Bloomberg — Un juez de Georgia desestimó los últimos cargos penales restantes contra el presidente Donald Trump por presunta interferencia en las elecciones de 2020, poniendo fin a un caso desafortunado que había llevado a la descalificación de la fiscal original, la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis.
El juez del Tribunal Superior Scott McAfee desestimó el caso el miércoles después de que el nuevo fiscal, Peter Skandalakis, decidiera no proseguir con los cargos contra Trump y otros acusados.
El año pasado, un tribunal de apelaciones de Georgia descalificó a Willis y a su oficina por una “apariencia de conducta inapropiada” derivada de su relación romántica con un exmiembro de la fiscalía. Skandalakis, director ejecutivo del Consejo Estatal de Fiscales de Georgia, asumió el caso el 12 de noviembre después de que varios otros fiscales se negaran a continuar.
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“La LEY y la JUSTICIA han prevalecido en el Gran Estado de Georgia, ya que la corrupta Caza de Brujas de Fani Willis contra mí, y otros Grandes Patriotas Americanos, ha sido DESESTIMADA en su totalidad”, dijo Trump en un post en las redes sociales.
Trump se había enfrentado a dos acusaciones penales federales antes de su elección el año pasado, pero un abogado especial del Departamento de Justicia de EE.UU. las retiró dada la política de larga data del departamento contra el enjuiciamiento de presidentes en ejercicio. El año pasado, Trump fue condenado en un tribunal estatal de Manhattan por falsificar registros comerciales para ocultar pagos de dinero por silencio a una estrella del porno. Ha apelado ese veredicto.
En Georgia, una extensa acusación de chantaje acusó a Trump y a algunos de sus aliados clave de la campaña de 2020 de llevar a cabo una conspiración de interferencia electoral bajo la ley estatal. Willis consiguió varios acuerdos tempranos de culpabilidad, pero luego el caso se vio envuelto en la controversia tras la revelación de su relación con el fiscal especial Nathan Wade.
McAfee criticó la conducta de Willis, pero dictaminó el año pasado que ella y su oficina podían seguir supervisando la acusación contra Trump tras la dimisión de Wade. McAfee reprochó a Willis un “tremendo lapsus de juicio” y cuestionó que los testigos fueran honestos en el estrado sobre el momento de la relación entre Willis y Wade.
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Pero un tribunal de apelaciones de Georgia descalificó a Willis y a su oficina en diciembre pasado, lo que llevó a la revisión de Skandalakis.
“La persecución política del presidente Trump por parte de la fiscal descalificada Fani Willis por fin ha terminado”, dijo el abogado de Trump, Steve Sadow. “Este caso nunca debería haberse presentado. Un fiscal justo e imparcial ha puesto fin a esta persecución legal”.
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