Bloomberg — El presidente Donald Trump está a punto de imponer nuevos aranceles a Canadá y México al tiempo que duplica un gravamen a China, medidas que ampliarían drásticamente su impulso para remodelar la economía estadounidense, obtener nuevos ingresos y trastocar los lazos con los mayores socios comerciales de EE.UU.
Los aranceles prometidos desde hace tiempo y programados para entrar en vigor el martes estarían fácilmente entre los más arrolladores de la era Trump, aplicándose a aproximadamente US$1.5 billones en importaciones anuales. Impondrían un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes de Canadá y México, excepto a la energía canadiense, que se enfrentaría a una tasa del 10%. También ha dicho que duplicará el arancel sobre China hasta el 20%.
Vea más: Trump dice que aranceles a México, Canadá y China entrarán en vigor el 4 de marzo
Los aranceles aún pueden retrasarse -las medidas sobre Canadá y México ya se paralizaron una vez-, pero cualquier indulto podría resultar temporal, con una serie de otros gravámenes de Trump previstos para abril. Trump dice que los aranceles son una herramienta para meter en cintura a las naciones vecinas a la hora de asegurar las fronteras frente a los migrantes y las drogas, en particular el fentanilo.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo el domingo que tanto Canadá como México han estado trabajando duro en el control de la frontera, pero que el fentanilo seguía siendo un problema y que los aranceles dependían de que ambos se resolvieran.
“Han hecho mucho, así que él está pensando ahora mismo cómo quiere jugar exactamente con México y Canadá y esa es una situación fluida”, dijo Lutnick en el programa de Fox News Hablando de Trump. “Va a haber aranceles el martes sobre México y Canadá, exactamente cuáles son, vamos a dejar que el presidente y su equipo negocien eso”.
Una pizarra de nuevos aranceles puede ayudar a recaudar ingresos para algunos de los recortes fiscales que quiere Trump y acabar, al menos por ahora, con la teoría de que las descaradas amenazas de Trump eran faroles para utilizarlos como palanca de negociación.
Sin embargo, también amenazan con reavivar una inflación que la Reserva Federal está encontrando obstinada, desorganizar las cadenas de suministro norteamericanas -especialmente la industria automovilística- e invitar a desafíos legales basados en un pacto continental de libre comercio que el propio Trump renegoció durante su primer mandato.
Guerra arancelaria
Los planes de Trump también corren el riesgo de debilitar una economía estadounidense que ya muestra signos de tensión. Las acciones y las criptodivisas han caído desde sus recientes máximos históricos, la confianza de los consumidores ha caído bruscamente y la inflación sigue cociéndose a fuego lento. Una nueva guerra arancelaria amenaza con desencadenar una liquidación más amplia.
Los aranceles sobre Canadá son casi generalizados, salvo para el crudo canadiense, el gas natural y otros productos energéticos, que son del 10%. El Gobierno del primer ministro Justin Trudeau ha sopesado la posibilidad de aplicar su propio impuesto a la exportación de crudo para asegurarse de que los conductores estadounidenses sientan el dolor de la guerra comercial de Trump. Aún no está claro si lo harán, y Trudeau está a punto de dejar el cargo.
El pasado octubre, el Gobierno canadiense impuso aranceles del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China y del 25% a una lista de productos chinos de acero y aluminio.
“Seguiremos trabajando para asegurarnos de hacer todo lo posible para que no haya aranceles el martes, pero si alguna vez los hubiera, como todos hemos visto -como estábamos dispuestos a hacer la última vez-, tendremos una respuesta firme, inequívoca y proporcional, como esperan los canadienses”, dijo Trudeau el domingo.
Los aranceles propuestos por Trump a México se aplican a todas las importaciones. La presidenta Claudia Sheinbaum ha sopesado sus propias medidas para evitarlos, incluidos nuevos aranceles potenciales a China. El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, lo calificó de “muy interesante” y animó a ambos vecinos a hacerlo. Canadá ya ha anunciado anteriormente medidas similares.
Lea más: Los aranceles a China podrían golpear a la economía de EE.UU. más de lo previsto, dice estudio
Las conversaciones entre EE.UU. y México sobre seguridad y lucha contra el narcotráfico están más avanzadas que sobre comercio y aranceles, según han declarado dos personas familiarizadas con las discusiones. En un intento por mostrar su voluntad de cooperar con EE.UU. en materia de seguridad, México entregó el jueves a 29 personas acusadas de narcotráfico y otros delitos para que se enfrenten a cargos en EE.UU. Los funcionarios mexicanos pensaron que eso podría ser suficiente para ganar más tiempo antes de que se impusieran aranceles y permitir que continuaran las conversaciones sobre las relaciones comerciales, según una persona familiarizada con el asunto.
Trump también está planeando otras corrientes arancelarias basadas en informes que debe recibir antes del 1 de abril. Una es para los llamados “aranceles recíprocos”, según los cuales Trump cobrará tarifas país por país, basándose en cálculos como los aranceles, las barreras comerciales y los regímenes fiscales de otro país. No está claro si el cálculo “recíproco” incluiría algún arancel ya en vigor, como las medidas de México y Canadá que Trump ha vinculado a la seguridad fronteriza.
“Vamos a evaluar eso y darles la oportunidad de remediarlo, así que podríamos ver un aumento de los aranceles, o si nuestros socios comerciales quieren remediar lo que ha sido un comercio injusto, entonces podemos ver que los aranceles se eliminan”, dijo Bessent en el programa de la CBS
Otra corriente es una serie de aranceles sobre sectores específicos. Eso incluye un arancel del 25% sobre el acero y el aluminio que entrará en vigor el 12 de marzo, y que afectaría fuertemente a Canadá y México.
Trump también planea aranceles sectoriales sobre los automóviles, los chips semiconductores y los fármacos, que podrían imponerse tan pronto como el 2 de abril. Inició una investigación que podría desembocar en nuevos aranceles sobre el cobre a finales de este año. Y el sábado, ordenó al Departamento de Comercio que investigara el daño a la seguridad nacional que suponen las importaciones de madera, sentando las bases legales para nuevos aranceles, que de nuevo parecen dirigidos a Canadá.
Maniobras
Tanto Canadá como México han trabajado para evitar los aranceles, aunque no está claro qué más pueden hacer. Canadá nombró a un zar del fentanilo y dedicó nuevas medidas a la seguridad fronteriza, como le había pedido Trump. Trump dice que no es suficiente, y un funcionario de la Casa Blanca ha dicho que la métrica que Trump está observando son las muertes domésticas por fentanilo.
Todo ello ha sembrado la confusión sobre qué puede ofrecer Canadá, si es que puede ofrecer algo, para evitar una guerra comercial, dado que sólo se han incautado 31,8 kg (70 libras) de fentanilo en la frontera norte de EE.UU. o cerca de ella desde octubre de 2021 y que ha impuesto restricciones existentes y prometidas a China.
Cualquier arancel está preparado para incluir al menos algunas represalias que afectarían a los exportadores estadounidenses. Canadá -donde la indignación por las amenazas de Trump está llevando a los consumidores a evitar ya los productos estadounidenses- planea imponer inmediatamente aranceles de represalia sobre 30.000 millones de dólares canadienses (US$20.750 millones) en productos estadounidenses, a los que seguirán gravámenes sobre otros 125.000 millones de dólares canadienses (US$86.400 millones) tres semanas después. México no ha detallado ningún plan de represalias.
Lea más: Trump ordena al Departamento de Comercio revisar posibles aranceles al cobre
También China dijo que EEUU debería centrarse en “reducir la demanda interna de drogas” y aumentar la aplicación de la ley para frenar el consumo interno de fentanilo.
“El aumento unilateral de aranceles por parte de EE.UU. viola gravemente las normas de la OMC y es un acto típico de unilateralismo y proteccionismo comercial”, dijo la embajada china en una declaración escrita.
Con la colaboración de Brian Platt, Jacob Gu, Derek Decloet, Nancy Cook, Maya Averbuch y Carolina Millan.
Lea más en Bloomberg.com
