Bloomberg — Los aguaceros barrerán el centro de Texas un día más, complicando los esfuerzos de rescate después de que las inundaciones extremas en la región dejaran al menos 82 muertos y decenas de desaparecidos.
Aunque la noche pasó tranquila, el riesgo de fuertes lluvias aumentará este lunes, con hasta 10 centímetros (4 pulgadas) cayendo en una amplia zona y algunos puntos aislados recibiendo hasta 10 pulgadas, dijo el Servicio Meteorológico Nacional. Las advertencias y avisos de inundaciones cubren el corazón de Texas, incluyendo su capital Austin y la cercana San Antonio.
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“Desgraciadamente, hoy habrá otra ronda de tormentas en toda esa región”, dijo Allison Santorelli, meteoróloga del Centro de Predicción Meteorológica de EEUU. “Con suerte, mañana y sobre todo el miércoles, las cosas deberían empezar a calmarse”.
Las aguas crecieron rápidamente la semana pasada en los ríos de la zona, especialmente en el Guadalupe, donde niños y familias acamparon durante las vacaciones del 4 de julio. Camp Mystic, un campamento para niñas en el río, confirmó este lunes la muerte de 27 niñas y consejeras.
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Funcionarios locales, estatales y federales se han enfrentado a críticas tras la tragedia, incluyendo preguntas sobre por qué el condado, propenso a las inundaciones, carecía de sirenas de advertencia y si las previsiones transmitían con precisión el riesgo de un diluvio catastrófico. El presidente Donald Trump ha aprobado una declaración de desastre para la zona.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que la legislatura estatal abordará la cuestión de los sistemas de alerta en una sesión especial.
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