Bloomberg — Los directores ejecutivos de más de una docena de compañías petroleras transmitirán un mensaje de gratitud -así como de cautela- cuando se reúnan este miércoles con el presidente Donald Trump.
Los líderes de la industria dicen que tienen muchas razones para dar las gracias. Trump es un defensor a ultranza de la producción estadounidense de petróleo y gas que ha prometido liberar el potencial de la industria. Tras dos meses en el cargo, ya ha tomado medidas para empezar a deshacer las políticas que aumentaron los costes operativos y redujeron la demanda de combustible.
Pero para los al menos 15 jefes petroleros que visitarán a Trump en la Casa Blanca, también hay señales de advertencia en ese camino hacia el dominio energético. El secretario de Energía, Chris Wright, ha planteado un objetivo de US$50 por barril para el crudo demasiado bajo para sostener parte de la producción estadounidense. El presidente ha pasado días elogiando con entusiasmo los descensos del precio del petróleo que se produjeron después de que presionara a la OPEP+ para que aumentara la producción y el cártel accediera.
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Mientras tanto, los aranceles amenazados por el presidente están avivando las preocupaciones de la industria sobre posibles descensos económicos, incluso cuando los gravámenes aumentan los costos de los materiales que las petroleras utilizan para refinar la gasolina y perforar pozos.
“Sospecho que los operadores están entusiasmados con las nuevas oportunidades de mercado” que plantea Trump, dijo Kevin Book, director gerente de la consultora de Washington ClearView Energy Partners LLC. Pero también es probable que estén “preocupados por los vientos en contra de la demanda derivados de una guerra comercial”. Y, en general, en el sector petrolero, los precios más altos tienen mejor acogida que los más bajos".
La reunión será la primera de este tipo desde la segunda toma de posesión de Trump y su creación de un nuevo Consejo Nacional de Dominio de la Energía para dar forma a la política. Está previsto que los participantes abarquen todo el espectro de la industria, incluidas las compañías petroleras integradas (Exxon Mobil Corp., Chevron Corp., Shell Plc, BP PLC, ConocoPhillips, Hess Corp.); los productores independientes (Diamondback Energy Inc., Apache de APA Corp., Occidental Petroleum Corp., Continental Resources Inc.); las refinerías (Marathon Petroleum Corp. y Phillips 66); un operador de oleoductos (Enbridge Inc.) y una empresa de servicios de campos petrolíferos (Baker Hughes Co.).
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También se espera que asistan funcionarios de la administración Trump, incluido el secretario del Interior Doug Burgum, el jefe del consejo de dominio energético de Trump, y Wright, el vicepresidente del panel.
Los detalles de la reunión fueron compartidos por personas familiarizadas con el asunto que pidieron no ser nombradas porque la reunión es privada. La sesión se considera una oportunidad para abrir líneas de comunicación. También es una oportunidad para hablar sobre la visión de Trump para liberar la energía estadounidense y cómo lograrlo, dijeron las personas.
“El mensaje del presidente Trump a los principales ejecutivos petroleros es alto y claro: Estados Unidos está abierto a los negocios”, dijo Wright en un comunicado enviado por correo electrónico. “El dominio energético de Estados Unidos es una prioridad para nuestra seguridad nacional y económica y esa discusión será una prioridad en la reunión de hoy”.
Es probable que el presidente y los funcionarios de la administración discutan el papel que desempeña la energía para ayudar a impulsar la innovación estadounidense, ya que EE. UU. busca ganar una carrera mundial para dominar la industria de la inteligencia artificial, hambrienta de energía, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
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Se espera que los ejecutivos del sector elogien las primeras medidas de Trump, incluida su decisión de poner fin a una pausa en la concesión de permisos de la era Biden que paralizaba las nuevas autorizaciones para exportar gas natural estadounidense al extranjero. Del mismo modo, están dispuestos a expresar su gratitud por la retórica de Trump sobre la energía, que está ayudando a sembrar la confianza entre los inversores y a justificar los planes de gasto a largo plazo.
“La agenda energética del presidente Trump ha puesto a nuestra nación en el camino hacia el dominio de la energía”, dijo Bethany Williams, portavoz del Instituto Americano del Petróleo, en una declaración enviada por correo electrónico.
El API, que tomó la iniciativa de organizar la sesión, ya expuso partes de su plan para lograr la visión energética de Trump con recomendaciones políticas detalladas para 10 agencias el pasado diciembre.
Una de las principales prioridades de la industria es agilizar la concesión de permisos y limitar la revisión judicial de las autorizaciones federales años después de que se hayan emitido las aprobaciones, un cambio que podría proporcionar más certidumbre para el desarrollo. Aunque algunos cambios pueden hacerse administrativamente, se consideran más duraderos si los aprueba el Congreso y se consagran en una ley.
Preocupaciones del sector
Algunos líderes de la industria petrolera también están advirtiendo de que la promesa de Trump de reducir drásticamente los precios de la energía no es compatible con el aumento de la producción nacional de crudo. Y los inversores han mostrado poca paciencia ante el gasto incesante en nuevas perforaciones.
No está claro hasta qué punto el presidente simpatiza con esa dinámica. El pasado octubre, cuando aún estaba en campaña para la presidencia, Trump se jactó de que los precios de la energía caerían en picado porque las compañías petroleras aumentarían agresivamente las perforaciones. “Si se autoexplotan, me importa un bledo”, dijo Trump entonces.
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Los principales asesores económicos del presidente consideran que unos precios energéticos más bajos son fundamentales para compensar cualquier presión inflacionista derivada de su uso de los aranceles para remodelar los flujos comerciales mundiales.
Pero Harold Hamm, el fundador de Continental Resources, que participará en la reunión, dijo a Bloomberg News la semana pasada que se necesitan precios de alrededor de US$80 por barril para desbloquear parte de la producción.
El miércoles, el crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia en Estados Unidos, cotizaba en torno a los US$67,33, por debajo de los US$75,89 del primer día completo de Trump en la Casa Blanca este año.
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