Bloomberg — El gobernador de California, Gavin Newsom, acusó al presidente Donald Trump de abusar de su poder al movilizar tropas en Los Ángeles y advirtió a otros estados que se preparen para disturbios similares, mientras las protestas por las redadas de inmigración se extendían por quinta noche y provocaban un toque de queda en partes del centro de la ciudad.
Casi 380 personas han sido detenidas en el área metropolitana de Los Ángeles desde el fin de semana en medio de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que se concentraban en respuesta a las redadas cada vez más agresivas de los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
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La alcaldesa Karen Bass impuso el martes un toque de queda de 8 de la tarde a 6 de la mañana en una sección de una milla cuadrada del centro de la ciudad, donde las tensiones se han disparado durante las manifestaciones. Dijo que 23 negocios habían sido saqueados la noche anterior, muchos también habían sido objeto de vandalismo y la zona había sido cubierta de pintadas.
“Si no vive o trabaja en el centro de Los Ángeles, evite la zona”, dijo Bass.
Trump ha autorizado el despliegue de hasta 4.000 soldados de la Guardia Nacional y 700 infantes de marina en servicio activo en la ciudad, una medida tomada a pesar de las objeciones de Newsom y Bass. Ambos dicen que la presencia federal es innecesaria y podría agravar aún más las tensiones.
En un discurso pronunciado el martes por la noche, Newsom dijo que Trump había pasado por alto a los funcionarios estatales y locales para organizar lo que calificó de despliegue militar ilegal e incendiario. Instó a la gente a “levantarse” contra el momento.
“Puede que California sea la primera, pero está claro que esto no acabará aquí. Otros estados son los siguientes”, dijo Newsom. “La democracia está siendo asaltada ante nuestros ojos. Este momento que hemos temido ha llegado”
La administración Trump ha argumentado que las condiciones en Los Ángeles están empeorando y que se necesitan fuerzas federales para apoyar a los agentes de inmigración y restaurar el orden.
La advertencia del gobernador demócrata se produjo mientras los marines en servicio activo del 2º Batallón, 7º Regimiento llegaban a la zona de Los Ángeles. Un portavoz del Comando Norte de EE.UU. dijo que las tropas reforzarían la seguridad en los sitios federales y ayudarían en operaciones de “reacción rápida”, aunque no se reveló su ubicación específica.
Se espera que los marines se unan a los cerca de 2.100 miembros de la Guardia Nacional de California ya destacados en la ciudad. Antes de desplegarse en las calles, las tropas en servicio activo están recibiendo formación sobre tácticas de control de multitudes, incluido el uso de escudos antidisturbios, informó la CNN citando a personas familiarizadas con el asunto.
El Pentágono ha dicho que las fuerzas están allí para proteger a los agentes de inmigración y la propiedad federal, no para enfrentarse directamente con los manifestantes. El Comandante General del Cuerpo de Marines, Eric Smith, dijo a los legisladores el martes que las tropas están equipadas con escudos y porras, pero carecerán de autoridad para hacer arrestos.
Pero los funcionarios de la ciudad y del estado se han opuesto firmemente a la demostración de fuerza. El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, dijo que su departamento no recibió ningún aviso previo de la llegada de los marines y advirtió de problemas operativos si los despliegues continúan sin coordinación.
Las protestas comenzaron después de que una oleada de redadas públicas de agentes del ICE recorriera partes de Los Ángeles a partir del viernes, golpeando lugares de trabajo desde el distrito de la moda de la ciudad hasta los aparcamientos de Home Depot donde se reúnen los jornaleros. Según funcionarios locales, se espera que las redadas continúen diariamente durante al menos un mes.
Newsom dijo en su discurso del martes que las detenciones incluían a una ciudadana estadounidense embarazada de nueve meses y a una niña de 4 años. Describió a los agentes saltando de furgonetas sin matrícula y deteniendo a personas en barrios con gran presencia de latinos. “Esta administración está impulsando deportaciones masivas, apuntando indiscriminadamente a familias inmigrantes trabajadoras, sin tener en cuenta sus raíces o su riesgo”, dijo Newsom.
El ICE aún no ha revelado cuántas personas han sido detenidas en las últimas redadas en el área de Los Ángeles.
Las protestas diurnas se han mantenido en su mayoría pacíficas, pero al caer la noche, algunas concentraciones se han vuelto volátiles. La policía ha disparado ráfagas menos letales contra la multitud, mientras que los manifestantes han lanzado botellas y han incendiado vehículos, entre ellos varios vehículos autoconducidos de Waymo.
Las protestas se han limitado a unas pocas partes de una ciudad que se extiende a lo largo de 500 millas cuadradas y está conectada por una red de autopistas. No ha habido señales de disturbios en zonas como Century City, Hollywood Hills y Santa Mónica que están a kilómetros del centro de la ciudad, con negocios y residentes en gran medida no afectados.
Trump y Newsom se han enfrentado en repetidas ocasiones por la respuesta a las protestas, y el estado ha demandado a la administración por movilizar a la Guardia Nacional y a los Marines en la ciudad. Newsom ha acusado a la administración de enviar tropas sin proporcionar alimentos o agua y diciendo que se están enviando más mientras cientos se sientan en edificios federales sin órdenes.
El presidente dijo el martes que las tropas permanecerían en Los Ángeles hasta que “no haya peligro”.
“Quiero decir, podría decirles que había ciertas áreas de Los Ángeles, se podría haber llamado una insurrección”, dijo Trump. “Fue terrible. Pero estos son insurrectos pagados. Estos son alborotadores pagados”.
Mientras se dirigía a las tropas en Fort Bragg, en Carolina del Norte, el martes, Trump también afirmó que los manifestantes que llevaban armaduras y escudos faciales estaban siendo financiados por una entidad desconocida y que el Departamento de Justicia investigaría.
Un día antes, Trump sugirió que Newsom, un demócrata ampliamente considerado como posible aspirante a la presidencia en 2028, podría ser arrestado si interfiere en las redadas federales de inmigración o en la respuesta a los disturbios.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, al testificar ante el Congreso el martes, rebatió las críticas y dijo que la administración Trump busca proteger a los agentes de inmigración y evitar que las manifestaciones se salgan de control.
El ICE “tiene derecho a llevar a cabo operaciones con seguridad en cualquier estado y cualquier jurisdicción del país, especialmente después de que 21 millones de ilegales hayan cruzado nuestra frontera bajo la administración anterior”, dijo Hegseth.
Hablando junto al secretario de Defensa, el interventor interino del Pentágono, Bryn MacDonnell, dijo que se calcula que el despliegue costará US$134 millones, que cubren viajes, alojamiento y comida.
La ley estadounidense prohíbe en general el uso de las fuerzas armadas estadounidenses en servicio activo, el Ejército, la Armada, las Fuerzas Aéreas y los Marines, para llevar a cabo tareas de aplicación de la ley en el ámbito nacional. El despliegue de los marines se suma a la orden de Trump del fin de semana que ordenaba al Mando Norte de EE.UU. que asumiera el control de la Guardia Nacional y la enviara a Los Ángeles.
California y Newsom pidieron el martes a un juez federal de San Francisco que limite temporalmente la movilización de forma que las tropas sigan protegiendo físicamente los juzgados federales, las oficinas y el personal, pero les prohíba ayudar en la aplicación de la ley federal, como las redadas de inmigración. En su solicitud de una orden de emergencia a primera hora de la tarde, los abogados del estado argumentaron que el despliegue militar “crea un daño inminente a la soberanía del estado” y “aumenta las tensiones”.
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Después de que Trump y Hegseth pidieran tiempo para responder a la petición del estado, el juez fijó plazos para que cada parte presentara argumentos por escrito y programó una vista para el jueves por la tarde.
El toque de queda nocturno en el centro de Los Ángeles, que probablemente durará al menos varios días, tiene como objetivo detener a “los malos actores que se están aprovechando de la caótica escalada del presidente”, dijo Bass.
“Las fuerzas del orden detendrán a las personas que infrinjan el toque de queda, y serán procesadas, dijo en un post en X.
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