Bloomberg — La administración Trump está investigando si los aviones importados, los motores a reacción y las piezas representan una amenaza para la seguridad nacional, un precursor de la imposición de nuevos aranceles dirigidos a la industria aeroespacial comercial.
El Departamento de Comercio anunció la investigación, que comenzó el 1 de mayo, en una presentación el viernes. La investigación se centra en aviones comerciales y motores a reacción, así como en componentes, según la presentación. El departamento no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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Los funcionarios examinarán “la concentración de las importaciones estadounidenses” de esos artículos “a partir de un pequeño número de proveedores y los riesgos asociados”, así como “el impacto de las subvenciones de gobiernos extranjeros y las prácticas comerciales depredadoras en la competitividad” de la industria, según la notificación.
Es la última de una avalancha de consultas que Trump ha lanzado para allanar el camino a los aranceles con el fin de proteger lo que considera industrias críticas. Trump ya ha aplicado aranceles en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial a metales, automóviles y piezas, al tiempo que ha lanzado otras sondas sobre importaciones de cobre, medicamentos farmacéuticos, chips semiconductores y camiones pesados y medianos.
Las sondas bajo esa ley generalmente producen conclusiones en un plazo de 270 días, aunque la administración Trump se ha movido para ejecutar acciones comerciales más rápidamente.
Las investigaciones no garantizan que Trump vaya a imponer nuevos impuestos a las importaciones, pero el presidente ha confiado mucho en ellas como herramienta clave para apuntalar las industrias estadounidenses.
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Por separado, Trump ha impuesto aranceles a docenas de socios comerciales en virtud de poderes de emergencia. Son esos gravámenes los que han centrado las negociaciones, incluidas las conversaciones en curso con la Unión Europea, sede del fabricante de aviones Airbus SE, rival de la estadounidense Boeing Co. (BA).
La medida es la última amenaza al orden mundial que ha dominado el sector aeroespacial durante medio siglo y subraya cómo Boeing y Airbus corren cada vez más el riesgo de verse envueltos en una guerra comercial. Los representantes de las dos empresas no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
La UE amenazó con atacar las importaciones de aviones de fabricación estadounidense, y por extensión a Boeing, con aranceles más elevados si fracasan las conversaciones comerciales con la administración Trump.
Los ejecutivos de la industria aeroespacial y de la aviación han estado presionando furiosamente a la Casa Blanca y al Congreso para que se adhieran a un tratado de 45 años de antigüedad que permitía que las aeronaves y sus piezas se comercializaran en su mayor parte libres de aranceles a través de las fronteras.
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El CEO de GE Aerospace, Larry Culp, habló con Trump en persona en abril para explicarle cómo ese marco ha beneficiado a la cadena de suministro aeroespacial y ha generado un superávit comercial para la industria nacional.
Como parte del marco comercial con el Reino Unido anunciado el jueves, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, dijo que una aerolínea británica, que según informó más tarde Bloomberg News era la matriz de British Airways, IAG SA, comprará aviones Boeing por valor de US$10.000 millones. Los motores y piezas de aviones de Rolls-Royce Holdings PLC también podrán entrar en el mercado estadounidense sin aranceles, dijo Lutnick.
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