Bloomberg — El presidente Donald Trump amenazó con imponer un arancel del 200% sobre el vino, el champán y otras bebidas alcohólicas europeas, la última escalada en una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea.
El presidente dijo el jueves en una publicación en las redes sociales que impondría los aranceles de importación si la Unión Europea no derogaba un impuesto sobre el whisky estadounidense, una medida adoptada en represalia por los aranceles sobre el acero y el aluminio de Trump que entraron en vigor el miércoles.
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“Si este arancel no se elimina de inmediato, Estados Unidos aplicará en breve un arancel del 200% a todos los VINOS, CHAMPAGNES Y PRODUCTOS ALCOHÓLICOS QUE SALGAN DE FRANCIA Y OTROS PAÍSES REPRESENTADOS EN LA UE”, dijo Trump sobre los gravámenes al whisky.
“Esto será genial para las empresas de vino y champán en Estados Unidos”, agregó.
Las acciones de los fabricantes europeos de bebidas alcohólicas cayeron, con LVMH, propietaria de las casas de champán Moët & Chandon y Veuve Clicquot, perdiendo hasta un 2,2%. El productor de coñac Remy Cointreau SA cayó un 4,5% y el fabricante de licores Pernod Ricard bajó un 3,6%.
Trump está “intensificando la guerra comercial que decidió desatar”, escribió Laurent Saint-Martin, ministro de Comercio de Francia, en un post en X. “No cederemos a las amenazas y siempre protegeremos nuestras industrias”.
D. Trump lance la surenchère dans la guerre commerciale qu’il a choisi de déclencher.
— Laurent Saint-Martin (@LaurentSMartin) March 13, 2025
La France reste déterminée à riposter avec la Commission européenne et nos partenaires.
Nous ne céderons pas aux menaces et protègerons toujours nos filières.
Los mercados bursátiles estadounidenses registraron el miércoles algunas ganancias tras semanas de volatilidad y pérdidas, y los futuros de este jueves cotizaban a la baja.
En respuesta a los aranceles de Trump sobre los metales, la UE planea contramedidas con aranceles sobre productos estadounidenses por valor de hasta 26.000 millones de euros (US$28.300 millones).
La UE también iniciará de inmediato consultas con los Estados miembros con el objetivo de adoptar las listas adicionales de productos agrícolas e industriales sujetos a aranceles de hasta el 25% a mediados de abril.
“Al Presidente le molestó mucho que los europeos hicieran esto”, declaró este jueves el Secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, a Bloomberg Television. “Se preocupa por Estados Unidos y quiere cuidar de los estadounidenses. ¿Y por qué los europeos se meten con el bourbon de Kentucky y las motos Harley-Davidson?”.
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Lutnick se refería a productos icónicos estadounidenses que fueron blanco de aranceles durante la disputa comercial del primer mandato de Trump con la UE. Esos aranceles fueron suspendidos en virtud de un alto al fuego de la administración Biden que está previsto que finalice el 31 de marzo, y sin un nuevo acuerdo o una prórroga, volverán a entrar en vigor a un ritmo aún mayor.
EE.UU. y la UE dialogarán este jueves
Lutnick, que dijo que planea hablar con funcionarios de la UE más tarde este jueves, dijo que con suerte, “se darán cuenta de que deben quitar estas cosas”.
Un portavoz de la UE confirmó que hay previstas llamadas.
Trump también ha prometido otra ronda de aranceles en apenas tres semanas, diciendo que comenzará a desplegar los llamados aranceles recíprocos. La Casa Blanca planea aplicar una tasa general a cada país, basada en un cálculo de sus propios aranceles y otras barreras comerciales, como impuestos digitales o gravámenes sobre el valor añadido.
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Eso amenaza con avivar aún más la guerra comercial, obligando a los países a tomar represalias que podrían incitar a Trump a añadir más gravámenes propios bajo el manto de la reciprocidad. El presidente también ha prometido aranceles sectoriales separados para industrias como la automovilística, maderera, de semiconductores, farmacéutica y del cobre.
El presidente ha promulgado su arrolladora agenda arancelaria de forma poco sistemática, una estrategia que ha estado salpicada de incertidumbre, incluidos retrasos, retrocesos y cambios de dirección. El martes, Trump amenazó con duplicar un próximo arancel a Canadá y se echó atrás horas después cuando Ontario puso en pausa un recargo a la exportación de electricidad.
El uso de los aranceles como palanca en las disputas económicas y geopolíticas está pesando en los mercados. El índice S&P 500 ha caído casi un 10% desde su máximo de febrero, lo que hace temer una recesión.
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Trump, que durante su primer mandato alabó repetidamente las subidas de las acciones como validación de sus políticas, se ha encogido de hombros ante las consecuencias, diciendo esta semana que la venta masiva era una oportunidad de compra y necesaria para rehacer la industria estadounidense y las cadenas de suministro. El apoyo a su ofensiva arancelaria es tibio en el mejor de los casos, con muchos grupos industriales instando a exenciones y economistas advirtiendo de las consecuencias en cascada en toda la economía.
Durante su primer mandato, Trump prometió imponer aranceles generalizados al vino francés por la postura fiscal de París hacia las empresas tecnológicas estadounidenses, pero más tarde se retractó de esa amenaza tras alcanzar una tregua con el presidente francés, Emmanuel Macron.
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