Bloomberg — El presidente Donald Trump dijo que llegó a un acuerdo comercial con Corea del Sur que impondría un arancel del 15% a sus exportaciones a Estados Unidos y que Seúl aceptaría US$350.000 millones en inversiones estadounidenses.
“Hemos acordado un arancel del 15 % para Corea del Sur. Estados Unidos no pagará ningún arancel”, declaró Trump el miércoles en una publicación en sus redes sociales.
El fondo de inversión anunciado por Trump evoca una cuenta similar de US$550.000 millones prometida por Japón en un intento exitoso por reducir los aranceles que amenazaba con imponer. Al igual que la promesa japonesa, comparable a un fondo soberano de inversión, el gasto de la cuenta surcoreana en inversiones en Estados Unidos sería gestionado por el propio Trump, afirmó el presidente.
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Trump también dijo que Corea del Sur había acordado “aceptar productos estadounidenses, incluyendo automóviles y camiones, productos agrícolas, etc”. Es probable que esto tome la forma de un acuerdo por parte de Seúl para aceptar automóviles y camiones fabricados según los estándares de seguridad de vehículos motorizados de Estados Unidos, sin someterlos a requisitos adicionales.
No estaba claro de inmediato si el acuerdo garantizaría aranceles reducidos para los automóviles y autopartes de Corea del Sur, un punto de tensión clave en las negociaciones recientes entre los países.
La tasa arancelaria del 15% es la culminación de meses de negociaciones comerciales y ayuda a Seúl, el sexto socio comercial más importante de Estados Unidos, a evitar un impuesto del 25% que debía entrar en vigor el 1 de agosto, junto con nuevas sanciones para docenas de socios comerciales de Estados Unidos.
“Además, Corea del Sur comprará US$100.000 millones de GNL u otros productos energéticos y, además, Corea del Sur ha acordado invertir una gran suma de dinero para sus fines de inversión”, dijo Trump el miércoles.
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Las negociaciones fueron especialmente delicadas para el joven gobierno de Corea del Sur, ya que el presidente Lee Jae Myung estaba considerando permitir a Estados Unidos un mayor acceso a los mercados de carne y arroz de Corea del Sur, un tema políticamente sensible que provocó protestas generalizadas en 2008.
Las concesiones de Lee podrían arruinar su luna de miel en el cargo, enfureciendo a los agricultores y fracturando su partido. Su victoria en las elecciones de junio, tras meses de agitación política, provocó una mejora en la confianza de empresas y consumidores, y un aumento de las acciones a niveles récord.
Pero el país también estaba tratando de ponerse al día en las negociaciones comerciales para evitar que aranceles universales más altos dañaran una economía frágil que apenas está saliendo de una contracción.
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