Bloomberg — Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, sugirió que el presidente Donald Trump no participaría en una reunión de líderes del G-20 en Sudáfrica a fin de año, alegando que ese país ha estado “sistemáticamente desalineado” con la política de Estados Unidos.
“Elegimos no participar en el Grupo de los 20 de este año, que organiza Sudáfrica, ni a nivel de ministros de Relaciones Exteriores ni a nivel presidencial”, señaló Rubio este martes durante una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
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“Es evidente que, en la escena internacional y en múltiples organizaciones multilaterales, una y otra vez han votado en contra de los intereses estadounidenses”.
La Casa Blanca no respondió de forma inmediata a una solicitud de comentarios.
Vincent Magwenya, vocero del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, expresó este lunes que EE.UU. ha estado “participando en todas las actividades relacionadas con el G-20”. Y agregó que no se ha producido una comunicación formal sobre la participación de Trump y que la invitación para asistir se mantiene abierta.
“Todavía falta mucho para noviembre y aún pueden pasar muchas cosas”, afirmó.
Trump no se comprometió al respecto cuando le preguntaron sobre el G-20 la semana pasada. “Sudáfrica está fuera de control y lleva mucho tiempo fuera de control”, declaró Trump el 16 de mayo en la Casa Blanca. Al preguntársele si planeaba asistir a la reunión, respondió: “No estoy seguro, de verdad que no estoy seguro”.
Rubio, quien no asistió a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G-20 en febrero, también citó el caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel, un importante aliado estadounidense, de cometer un genocidio contra los palestinos en Gaza.
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La postura de Sudáfrica respecto a Israel “no solo es desequilibrada, sino que está completamente orientada hacia un solo bando. Y esto nos lleva a cuestionarnos estas acusaciones de influencia extranjera, incluso con Irán”, que circulan actualmente.
Trump recibirá a Ramaphosa en la Casa Blanca el miércoles, mientras Pretoria busca “reiniciar” las relaciones, que también se han visto deterioradas por acusaciones raciales sobre la persecución de los granjeros afrikáneres blancos.
La Casa Blanca ha ofrecido estatus de refugiado a los miembros del grupo minoritario sudafricano que, según Trump, enfrenta una “discriminación injusta” bajo las leyes de propiedad y equidad laboral para los negros.
Antes de la reunión de este miércoles, el gobierno de Sudáfrica planea ofrecer al multimillonario nacido en Pretoria, Elon Musk, un aliado de Trump, una solución alternativa a las leyes locales de propiedad negra para que su servicio de Internet Starlink opere en el país.
Ramaphosa, hablando en Washington este martes, también adoptó un tono optimista sobre la reunión y destacó las inversiones entre los países.
Sudáfrica se enfrenta a un “arancel recíproco” de Estados Unidos del 30%, que había estado suspendido durante 90 días mientras busca negociar algún tipo de marco comercial.
“Con el desempleo superando el 30% y una tasa de crecimiento económico promedio inferior al 1% durante la última década, para Ramaphosa, los problemas económicos prevalecen sobre los políticos durante su estancia de esta semana en la capital estadounidense”, escribieron los analistas de RBC Capital Markets en una nota el martes. El tema afrikáner, escribieron, ocupa un lugar muy bajo en la lista de prioridades.
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Cuando anunció sus planes a principios de este año de saltarse la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, Rubio también dijo que Pretoria estaba utilizando el G-20 para promover políticas de diversidad, equidad e inclusión y centrarse en el cambio climático, dos temas que la administración Trump ha buscado agresivamente excluir de las políticas estadounidenses.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, también se saltó la primera reunión de ministros de finanzas en Ciudad del Cabo en febrero, pero asistió a la segunda sesión celebrada en Washington en el marco de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial el mes pasado.
El Washington Post informó la semana pasada que el Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) había ordenado a las agencias y departamentos estadounidenses que suspendieran el trabajo con el G-20, citando fuentes que no identificó.
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