Bloomberg — El presidente Donald Trump ofrecerá una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a Elon Musk para conmemorar la salida del hombre más rico del mundo de su rol oficial al frente del esfuerzo de la administración para reducir el tamaño y el alcance del gobierno federal.
“Tendré una conferencia de prensa mañana a la 1:30 p.m. EST, con Elon Musk, en la Oficina Oval”, dijo Trump en una publicación el jueves por la noche en Truth Social. “Este será su último día, pero no realmente, porque él estará, siempre, con nosotros, ayudando en todo momento. ¡Elon es estupendo! Nos vemos mañana en la Casa Blanca”.
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El acto tendrá lugar después de que Musk, CEO de Tesla Inc. (TSLA) y SpaceX, criticara la mayor prioridad legislativa de Trump -la propuesta de recorte fiscal conocida como “One Big Beautiful Bill”- por no hacer lo suficiente para reducir el déficit federal.
Dijo a CBS News en una entrevista que se emitirá este fin de semana que estaba “decepcionado de ver el proyecto de ley de gasto masivo, francamente, que aumenta el déficit presupuestario, no sólo lo disminuye, y socava el trabajo que el equipo del DOGE está haciendo”.
Sus comentarios parecieron hacerse eco de las preocupaciones de algunos republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado que creen que la legislación cuesta demasiado y exigen más reducciones del gasto.
“Creo que un proyecto de ley puede ser grande o puede ser bonito”, dijo Musk en una parte de la entrevista, “pero no sé si puede ser ambas cosas. Es mi opinión personal”.
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La campaña de Musk para reducir drásticamente el tamaño del gobierno estadounidense provocó conmociones en Washington, con la eliminación total de algunas agencias y la purga de decenas de miles de trabajadores federales o la persuasión para que aceptaran compras de despidos, pero la iniciativa no alcanzó sus propias altas expectativas de ahorro de costos.
Steve Davis, que fue de facto el segundo al mando de Musk en el DOGE también se marcha, dijo el jueves una persona familiarizada con el movimiento.
Su marcha deja el futuro del esfuerzo en manos de funcionarios de perfil más bajo en la Casa Blanca y las agencias federales.
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