Bloomberg — El presidente Donald Trump ordenó a los funcionarios federales que amplíen los esfuerzos para deportar a los migrantes en las ciudades más grandes de Estados Unidos ante las protestas y los desafíos judiciales, incluso cuando su administración busca aliviar el impacto de la represión en sectores clave de la fuerza laboral estadounidense.
“Por la presente se ordena a los oficiales del ICE, mediante la notificación de esta VERDAD, que hagan todo lo que esté a su alcance para lograr el importantísimo objetivo de llevar a cabo el mayor Programa de Deportación Masiva de la Historia”, dijo Trump en un mensaje en las redes sociales el domingo.
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“Para lograrlo, debemos ampliar los esfuerzos para detener y deportar a los extranjeros ilegales en las ciudades más grandes de Estados Unidos, como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde residen millones y millones de extranjeros ilegales”, añadió.
La medida de Trump de intensificar la aplicación de la ley federal de inmigración en las grandes ciudades controladas por los demócratas se produce una semana después de que el presidente reconociera el impacto que su agenda de deportaciones ha tenido en las comunidades rurales, duramente golpeadas por la pérdida de trabajadores agrícolas.
El presidente dijo que elaboraría cambios de política para cubrir a los trabajadores agrícolas y de la industria hotelera, reconociendo las preocupaciones de los líderes empresariales sobre el impacto que su mano dura contra la inmigración está teniendo en algunos sectores críticos de la mano de obra del país.
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Trump hizo campaña para llevar a cabo la mayor deportación de la historia de EE.UU. y se movió rápidamente en su segundo mandato para cumplir con la agenda. Los datos de principios de este mes mostraron que la mano de obra estadounidense se redujo en mayo, en parte debido al mayor descenso consecutivo del número de trabajadores extranjeros en la población activa desde 2020.
El llamamiento de Trump, realizado mientras viajaba a la cumbre de líderes del Grupo de los Siete en Canadá, se produce tras días de disturbios en Los Ángeles por las deportaciones masivas.
Las protestas en Los Ángeles, desencadenadas por las agresivas redadas del ICE, se intensificaron tras la decisión de Trump de desplegar tropas de la Guardia Nacional para ayudar a sofocar la violencia en la ciudad, a pesar de las objeciones del alcalde de la ciudad y del gobernador de California, Gavin Newsom. Trump también desplegó hasta 700 infantes de marina en servicio activo, que han recibido órdenes de proteger la propiedad y a los funcionarios federales.
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Newsom ha demandado a la administración argumentando que el despliegue de la Guardia Nacional excedía la autoridad de Trump. Aunque un tribunal inferior emitió una orden que limitaría el uso de tropas de la Guardia Nacional para responder a las protestas, un panel del tribunal federal de apelaciones está revisando esa decisión.
Durante el fin de semana, los manifestantes se concentraron en cientos de ciudades estadounidenses para denunciar lo que calificaron de tendencias autoritarias de Trump, incluido el aumento de las deportaciones y las tácticas empleadas para llevarlas a cabo.
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