Bloomberg — Israel lanzó ataques en el sur de Siria el lunes tras los enfrentamientos mortales que involucraron a la comunidad drusa, un grupo minoritario que el Estado judío se ha comprometido a proteger.
Las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron varios tanques que avanzaban hacia la provincia de Suwayda, donde estallaron enfrentamientos el domingo y persistieron hasta el lunes. “Las FDI golpearon los tanques para impedir su llegada a la zona”, dijo el ejército en Telegram.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, describió los ataques como una “clara advertencia” al régimen sirio de que Israel no permitiría que se perjudicara a los drusos.
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Tres ataques aéreos israelíes tuvieron como objetivo diferentes partes del campo de Suwayda, informó la agencia de noticias estatal siria Sana. Israel ha bombardeado periódicamente la infraestructura militar de su vecino desde el derrocamiento en diciembre del presidente Bashar Al-Assad.
La violencia en Suwayda, donde se concentran los drusos, mató a unas 100 personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Dijo que grupos drusos se enfrentaron a combatientes tribales y a fuerzas militares y policiales del Estado.
Los combates comenzaron entre grupos armados en Suwayda y las zonas circundantes. Los ataques contra las fuerzas estatales no dejan lugar a dudas de que hay intentos organizados de desestabilizar el país, dijo el ministerio sirio de Asuntos Exteriores.
Un portavoz del ministerio de Defensa sirio, Hassan Abdul-Ghani, dijo que se habían desplegado tropas gubernamentales en Suwayda para poner fin a la violencia que había estallado antes. Los ataques de hombres armados mataron a 18 miembros de las fuerzas estatales, añadió.
En mayo, Israel atacó un objetivo cerca del palacio presidencial de Damasco, la capital siria, después de que la comunidad drusa de ambos países pidiera ayuda tras una serie de violentos enfrentamientos entre el grupo minoritario y las fuerzas estatales sirias.
Tras ese ataque, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y Katz dijeron que no permitirían ninguna amenaza contra los drusos, un grupo étnicamente árabe cuya fe es una rama del islam.
El presidente sirio, Ahmed Al-Sharaa, cuyo grupo Hayat Tahrir Al-Sham lideró un levantamiento islamista contra Assad, ha estado intentando evitar la violencia que estalló en Siria unos meses después de la caída de su predecesor. Ha intentado confiscar todas las armas y disolver las facciones armadas del país.
En marzo, hombres armados que, según las autoridades, estaban afiliados al régimen derrocado atacaron lugares de seguridad y locales estatales a lo largo de la costa mediterránea de Siria. Esto avivó la violencia contra la minoría musulmana alauita, a la que pertenece Assad. Tres meses después, un terrorista suicida se inmoló dentro de una iglesia en el este de Damasco, matando a 22 personas.
Con la colaboración de Dan Williams.
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