Bloomberg — El líder norcoreano Kim Jong Un pidió la “rápida expansión” del programa nuclear de su país, intensificando las tensiones con Estados Unidos y Corea del Sur mientras los aliados realizan ejercicios militares conjuntos que Pyongyang considera un preludio de guerra.
Durante su visita al destructor recién lanzado Choe Hyon, Kim afirmó que la situación de seguridad del país obliga a Corea del Norte a “expandir rápidamente su arsenal nuclear” y a desarrollar con rapidez su fuerza naval, informó el martes la agencia estatal KCNA.
“Kim Jong Un afirmó que la intensificación del vínculo militar entre Estados Unidos y la República de Corea y las demostraciones de fuerza son la manifestación más evidente de su voluntad de iniciar una guerra y la causa de la destrucción del entorno de paz y seguridad en la región”, informó KCNA. ROK son las siglas del nombre oficial de Corea del Sur: República de Corea.
Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron el lunes sus ejercicios regulares de verano, que Corea del Norte ha ridiculizado durante mucho tiempo como un ensayo de guerra.
Los comentarios de Kim son los últimos de una serie de declaraciones en las que rechaza las propuestas de paz de Corea del Sur. Desde que asumió el poder en junio, el presidente Lee Jae Myung ha anunciado una serie de medidas para rebajar las tensiones con Pyongyang, pero el Norte las ha rechazado como un “sueño absurdo”.
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Tras recibir un informe sobre los sistemas de armamento del nuevo buque de guerra, Kim expresó su satisfacción por el hecho de que “las principales tareas para hacer que la armada sea de alta tecnología y posea armamento nuclear avanzan por etapas según lo previsto”, dijo la KCNA.
La armada del país se compone principalmente de buques más pequeños para la defensa costera. El nuevo destructor fue diseñado para ampliar la potencia de fuego de la nación en el Mar Amarillo hacia el oeste y en aguas orientales en dirección a Japón.
El pasado noviembre, Kim prometió reforzar las capacidades nucleares de la nación “sin límite” para contrarrestar las amenazas percibidas que plantea la asociación de seguridad entre EE.UU. y sus aliados en la región.
El presidente Donald Trump y Kim se reunieron en persona tres veces durante el primer mandato del presidente estadounidense, pero esas interacciones no lograron convencer a Kim de que frenara el desarrollo de su programa de armas nucleares. Desde entonces, Corea del Norte ha rechazado la idea de volver a sentarse con EE.UU. y se ha convertido en un aliado clave del presidente ruso Vladimir Putin, apoyando su guerra contra Ucrania.
Kim dijo que la única forma de defender la seguridad del país es “hacer que los enemigos teman” a Corea del Norte y que sus capacidades se “expresarán mediante acciones prácticas”.
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