Bloomberg — Las conversaciones entre el líder chino, Xi Jinping, y el ruso, Vladimir Putin, incluirán esta semana negociaciones en torno a un gasoducto de gas natural muy retrasado que conectará ambas economías, reactivando unas conversaciones obstaculizadas durante años por desacuerdos sobre el costo, la ruta y la urgencia del proyecto
Moscú lleva mucho tiempo intentando conseguir un acuerdo sobre el enlace Power of Siberia 2, para estrechar lazos, pero también para aumentar los flujos de gas hacia el mayor importador de energía del mundo.
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Rusia depende cada vez más de las ventas a China en su lucha por reemplazar el mercado europeo, reducido drásticamente tras la invasión de Ucrania en 2022, y que podría cortarse por completo en 2027. Para Pekín, con otras opciones de suministro y una política de diversificación de las importaciones, un acuerdo ha sido mucho menos urgente.
Sin embargo, las tensiones económicas de ambas partes pueden estar acercándolas un poco más a un compromiso: Rusia está sometida a fuertes sanciones occidentales y las propias dificultades industriales y comerciales de China hacen atractivo un gas más barato.
Durante la visita, Pekín podría estar dispuesta a romper el punto muerto anterior permitiendo negociaciones sobre un precio de venta más alto que el que se había considerado hasta ahora, según personas familiarizadas con las discusiones gubernamentales.
Ahora está buscando una tarifa entre el precio del gas doméstico ruso y lo que paga por el gas a través del gasoducto original Power of Siberia, que comenzó a enviar combustible en 2019, dijeron las personas. Pidieron no ser identificados ya que las discusiones no son públicas.
Aún hay puntos de desacuerdo. China presionará a favor de un enlace directo, dijeron las personas, prefiriendo evitar un camino a través de Mongolia. El Poder de Siberia original conecta a los vecinos directamente, pero había otras rutas posibles para la segunda iteración.
El Poder de Siberia 2 permitiría a Rusia enviar 50.000 millones de metros cúbicos (1,8 billones de pies cúbicos) adicionales al año y a China sustituir las importaciones más caras de gas natural licuado. A modo de comparación, Rusia espera enviar 38.000 millones de metros cúbicos de gas por gasoducto a China este año, cuando el original Poder de Siberia alcance su capacidad de diseño.
Aún así, las conversaciones sobre el enlace llevan años en marcha, con Pekín reteniendo incluso un acuerdo preliminar, mientras que Moscú ha anunciado repetidamente un acuerdo inminente. Varias personas familiarizadas con el asunto dijeron que no se esperaba que se firmara formalmente un acuerdo durante la visita.
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Una incógnita en las conversaciones serán los esfuerzos estadounidenses por explorar contactos más estrechos con Rusia en torno al gas, incluida una posible colaboración con el gigante energético Gazprom PJSC (OGZD).
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino no respondió a una solicitud de comentarios. El asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov, dijo el martes que se discutirían cuestiones económicas y energéticas, incluido el gasoducto, pero no dio detalles. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. Gazprom tampoco respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico.
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