Legado de Francisco y una Iglesia a prueba: lo que está en juego en el cónclave que se inicia hoy

La Iglesia elegirá a un nuevo pontífice con el reto de mantener su influencia espiritual en medio de asuntos terrenales como su déficit y los escándalos de pederastia.

World Leaders Gather For Pope Francis Funeral in The Vatican
07 de mayo, 2025 | 05:00 AM

La elección del nuevo papa definirá el rumbo de la Iglesia Católica y pondrá a prueba el legado reformista y social del papa Francisco en un entorno global marcado por la polarización, las crisis sociales, la fractura de la globalización y el regreso del proteccionismo.

La elección también pondrá a prueba la capacidad de la iglesia para mantenerse relevante frente a los desafíos contemporáneos.

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“El interés por parte de los sectores económicos por quién será el nuevo pontífice se puede interpretar como un cierto temor a la llegada de un papa que ponga un fuerte énfasis en la crítica de la Iglesia Católica contra el capitalismo”, dijo a Bloomberg Línea Hans Egil Offerdal, asesor de Asuntos Internacionales de la Universidad de Bergen, en Noruega.

Y si bien esta es una antigua crítica de la Iglesia Católica, basada en su enseñanza social sobre el rol de la economía en la sociedad, esta podría profundizarse o flexibilizarse en función del perfil del nuevo papa.

“¡Imagínense un papa que proclame que quien se halla en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí!”, ejemplificó Egil Offerdal, especialista en Teologías de la Liberación y Enseñanza Social Católica.

El presidente estadounidense Donald Trump, en el centro, en el funeral del papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano, el sábado 26 de abril de 2025.

Nathalie Méndez, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, en Colombia, y experta en liderazgo público, dijo que la elección de un papa sigue teniendo un gran impacto “no solo porque es el guía espiritual de los más de 1.400 millones de católicos del mundo, sino porque la Iglesia Católica puede enviar mensajes poderosos al mundo para promover el diálogo interreligioso y el liderazgo en la defensa y reflexión de temas que afectan a toda la humanidad”, opinó.

La influencia global se evidencia en la asistencia de líderes mundiales de diferentes orillas ideológicas al funeral del papa Francisco, incluso de algunos de sus contradictores acérrimos, como el presidente estadounidense, Donald Trump, o el argentino, Javier Milei. “El mundo está expectante de la elección del nuevo papa y del mensaje que dé la Iglesia sobre el rumbo que se tomará en los próximos años”, dijo Nathalie Méndez.

Explica que el rol que se espera del nuevo papa es de alguna forma seguir el legado de Francisco y los mensajes que lideró en torno a la apertura al diálogo, la escucha, la empatía y la defensa de los vulnerables.

En un escenario tan polarizado, Nathalie Méndez señala que el nuevo papa deberá seguir tendiendo puentes interculturales, interreligiosos y seguir rompiendo paradigmas. “Sigue siendo relevante una voz que invite a escuchar y entender al otro, en vez de cerrar puertas y juzgar a quien es diferente”, dijo.

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Legado del papa Francisco será puesto a prueba

Papa Francisco

La Iglesia Católica conserva una tradición institucional y doctrinal de más de 2.000 años, manteniendo una relevancia cultural, educativa y social como ninguna otra entidad religiosa, pero sus cimientos se han sacudido por los casos de pederastia que llevaron al papa Francisco a pedir perdón “por omisión” en nombre de ésta en el marco de su política de tolerancia cero con estos casos.

Mantener este legado será decisivo para cuidar la influencia de la iglesia y su reputación ante los fieles a medida que los reflectores siguen exponiendo los errores cometidos en el pasado.

Durante su gestión de doce años, el papa Francisco se caracterizó también por promover el diálogo interreligioso, su vocación por los pobres y por emprender una serie de reformas para combatir la corrupción enquistada al interior de la institución.

Durante su pontificado, el papa Francisco transmitió mensajes contundentes sobre la necesidad de una transformación profunda en la iglesia.

En su primer viaje como pontífice, en julio de 2013, el papa visitó la isla italiana de Lampedusa, epicentro de la crisis migratoria en Europa, para solidarizarse con los inmigrantes.

Francisco fue un papa entregado a la causa política y económica, crítico del capitalismo, al mismo tiempo que manifestó su preocupación por nuevos fenómenos como la inteligencia artificial.

Francisco también fue el primer pontífice en intervenir en una sesión conjunta del Congreso de EE.UU., en donde abogó por los migrantes, pidió el fin de la pena de muerte y reclamó acciones por el medioambiente y la distribución de la riqueza.

“Desde el punto de vista social y político, el principal legado del papa Francisco puede sintetizarse en sus encíclicas sociales: Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común, y Fratelli Tutti, sobre la fraternidad universal”, dijo Alfonso Santiago, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral, en Argentina.

También se refiere al valor la Declaración de Abu Dabi, firmada conjuntamente con la máxima autoridad doctrinal musulmana, y el reciente Documento Dignitas Infinita, sobre la dignidad de la persona humana y sus principales amenazas en nuestros días.

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Los retos del nuevo papa

El nuevo papa se enfrenta a múltiples retos tanto en la estructura misma de la iglesia ante los tan sonados escándalos de corrupción y pederastia, como en mantener una comunicación constante con los feligreses (especialmente los jóvenes).

En términos prácticos, según la analista Nathalie Méndez, el papa enfrentará el reto de continuar poniendo orden en la iglesia y fomentando espacios que promuevan la cercanía y la empatía entre las personas.

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El nuevo papa se enfrenaría a un mundo que, aunque parece estar altamente interconectado, evidencia relaciones humanas cada vez más frágiles.

Vigilia por el Papa Francisco

No sólo la influencia de la iglesia se pone a prueba, sino también su misión de cara los tiempos turbulentos que afronta el mundo.

“Es cierto, la iglesia tiene poder terrenal, económico y político”, dijo Egil Offerda. “Y es justamente cuando la iglesia se aferra a estos intereses que pierde su esencia. La verdadera influencia de la religión no está en el poder, sino en su capacidad de ayudarnos a ser más humanos y a crear sociedades donde todos puedan tener una vida digna y gozar del amor”.

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Las finanzas del Vaticano serán otro de los grandes desafíos que tendrá que gestionar el nuevo papa.

El manejo financiero de la Iglesia Católica ha cobrado especial relevancia durante el pontificado del papa Francisco, quien ha promovido una “limpieza financiera” en la Santa Sede.

De acuerdo a cifras adelantadas por el diario italiano La Repubblica, la Santa Sede afronta un déficit de unos 83 millones de euros en el balance de las cuentas de 2023, lo que supuso un aumento de 5 millones en comparación a 2022.

Esta preocupación ha estado presente en las recientes congregaciones de cardenales, según explica Wilmar E. Roldán Solano, profesor de Teología en la Pontificia Universidad Javeriana, en Colombia.

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Para el próximo papa, administrar los bienes de la iglesia será un reto clave que va más allá de lo técnico, pues según Roldán deberá tener una visión integral que asegure que los recursos estén al servicio de la evangelización y de una economía que beneficie a los más excluidos.

Roldán subraya que este tema tiene dos aristas centrales: comprender el estado actual de las finanzas vaticanas y definir nuevas políticas que favorezcan el bienestar, la misión evangelizadora y una Iglesia pobre, no como consigna, sino como forma de vida evangélica, tal y como lo planteaba Francisco.

El poder de influir en debates clave

“El papa tiene un triple liderazgo mundial”, según Alfonso Santiago, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral.

De un lado, explica que es la autoridad suprema en temas espirituales y doctrinales para los fieles católicos, confirmándolos en la fe.

Por otra parte, le corresponde gobernar la Iglesia Universal, como sucesor de San Pedro, en comunión con todo el Colegio Episcopal.

Además, es una de las autoridades religiosas y morales más importante del escenario global.

“Desde esa triple función puede contribuir a iluminar las conciencias de los creyentes, de los ciudadanos y de los gobernantes ante los grandes desafíos y dilemas éticos de nuestro tiempo: convivencia internacional pacífica, centralidad y dignidad de la persona humana, derechos humanos, justicia social, pobreza, ecología, impacto de las nuevas tecnologías, entre otros”, dijo el académico Alfonso Santiago.

El nuevo papa tendría un camino recorrido por Francisco en la expansión del catolicismo en territorios como Asia y África, al mismo tiempo que se consolida su importancia en varios países de América Latina y Europa.

En una institución que sigue siendo tan tradicionalista, el nuevo papa puede aprovechar estas nuevas (y viejas) audiencias para amplificar su voz y consolidar nuevas plataformas de diálogo.

Según la analista Nathalie Méndez, el nuevo papa puede seguir marcando una posición humana y empática en torno a temas como la relación con las comunidades y poblaciones históricamente excluidas, el cambio tecnológico, el lugar de la mujer en el liderazgo de la iglesia o el cambio climático.