Bloomberg Línea — La intermediación de EE.UU. abrió la puerta para una posible cumbre entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, aunque el camino para lograr un histórico acuerdo para terminar la guerra aún es largo y está lleno de obstáculos.
Mientras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, apunta a que se celebre el encuentro “sin condiciones”, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha dicho a medios públicos que “cualquier contacto que involucre a los jefes de Estado debe prepararse minuciosamente”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó a Putin y le instó a que comenzara a planificar una cumbre con Zelenskiy, tras reunirse con el mandatario ucraniano y los líderes europeos en la Casa Blanca el lunes.
Trump presentó la propuesta como una cumbre bilateral entre los mandatarios de Ucrania y Rusia, seguida de una reunión trilateral en la que participarían los tres.
Bloomberg informó que EE.UU. y Europa trabajarán en garantías para Ucrania que permitan la cumbre con Rusia en búsqueda de la paz.
Según personas familiarizadas con el asunto, citadas por Bloomberg, las garantías se centrarán en reforzar las fuerzas y capacidades militares de Ucrania sin ninguna limitación.
Además, se prepararía un paquete de garantías de seguridad basado en la coalición de países liderada por Reino Unido y Francia, que podría incluir en el futuro una fuerza multinacional, aunque su formato aún no está definido.
La viabilidad de que Donald Trump logre sentar en una misma mesa a los presidentes de Ucrania y Rusia “es limitada y enfrenta obstáculos estructurales”, dijo a Bloomberg Línea la analista y académica Luz Rocío Corredor.
Explicó que Ucrania mantiene una postura clara de “cero concesiones territoriales”, sustentada en el principio de soberanía reconocido por la ONU.
“Según el Barómetro de Seguridad de Kyiv (2024), el 82 % de la población ucraniana rechaza cualquier cesión territorial como condición de paz“, dijo Corredor, coordinadora en Colombia del programa de Negocios Internacionales de la Universidad de América.
Entre tanto, explica que Rusia insiste en el reconocimiento de la anexión de Crimea (2014) y de las regiones ocupadas en el Dombás.
Según la académica, “este punto es irreconciliable en el corto plazo, pues para Moscú constituye un mínimo no negociable”.
Aunque Trump podría ejercer presión sobre Kiev con base en la ayuda militar y financiera que aporta EE.UU., Corredor considera que cualquier escenario que implique renuncias territoriales “generaría un quiebre con la OTAN y con la Unión Europea, actores clave que respaldan a Ucrania desde el inicio de la invasión en 2022″.
Factores determinantes para la cumbre
Para que una cumbre impulsada por Trump tenga éxito, Luz Rocío Corredor se refirió a que es necesaria una combinación de diversos factores geopolíticos, entre ellos:
- Reducción del apoyo occidental: si EE.UU. y la UE disminuyen sustancialmente la ayuda, Ucrania podría verse forzada a flexibilizar su posición. Actualmente, el Fondo Monetario Internacional estima que Kiev depende en más de un 40% de su presupuesto del financiamiento externo, indicó la académica.
- Garantías de seguridad a Rusia: Moscú podría aceptar un alto al fuego parcial si se le ofrece neutralidad ucraniana frente a la OTAN.
- Postura de China: Corredor también dice que Pekín representa un actor de veto o de apoyo decisivo. Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), China representa hoy el 20% del comercio exterior ruso, lo que le da un margen de presión sin precedentes.
- Unidad occidental: cualquier negociación auspiciada por Trump debe contar con el aval de la OTAN y la UE. De lo contrario, dice la académica, “se fracturaría la coalición que ha sido el pilar de la defensa ucraniana”.
¿Se logrará un acuerdo en la cumbre?

El analista internacional Alberto Villamarín considera que una eventual mediación de Donald Trump entre Rusia y Ucrania es “viable”, pero poco probable que conduzca a un acuerdo definitivo.
“Es viable que Trump los pueda asentar porque además a ambos les conviene”, respondió Villamarín a Bloomberg Línea. Según explicó, a Putin le serviría “para demostrar que él tiene el interés de resolver el problema”.
Y a Zelenskiy le permitiría “demostrar que hay que forzar a Putin a que responda por todos los daños que ha causado y desocupe Ucrania”.
Villamarín advirtió que un factor clave será el tono que adopte el presidente estadounidense frente a Europa.
“Trump tiene que cambiar el tono frente a Europa y entender que él hace parte de la OTAN y que en Europa no son subalternos ni súbditos de él”, dijo el analista. En su opinión, el más reciente encuentro de Trump con mandatarios europeos “fue un monólogo”.
En su visión, la diplomacia y la geopolítica deben avanzar juntas, pero con una línea roja: “Un solo soldado ruso que esté en territorio ucraniano será motivo siempre para que haya conflicto”.
De concretarse una negociación bajo el liderazgo de Trump, Villamarín advirtió que la principal ganancia sería personal: “Las implicaciones serían que a él le dieran el premio Nobel de Paz, pero eso le sirve a él y no al mundo ni a Estados Unidos”.
¿Qué implicaciones tendría un eventual acuerdo Rusia-Ucrania?

Más que un escenario de paz sostenible, un eventual éxito de Trump correría el riesgo de ser un acuerdo pragmático que “fragilice el orden internacional y legitime la política de hechos consumados”, apuntó la analista de la Universidad América.
Para la académica, este caso ilustra “cómo la diplomacia internacional contemporánea enfrenta el dilema entre realpolitik (política basada en criterios pragmáticos, al margen de ideologías) y principios normativos del derecho internacional".
Entre las probables implicaciones profundas de un eventual acuerdo mediado por Trump, la analista se refirió a:
- Precedente internacional: sentaría un precedente “riesgoso”, pues en su opinión avalaría la idea de que las conquistas militares pueden traducirse en reconocimiento diplomático. Según información de Freedom House (2024), citada por Corredor, esto podría incentivar reclamaciones territoriales en al menos 12 zonas de conflicto activo en el mundo.
- Credibilidad de EE. UU.: si Washington empuja a Kiev a concesiones, se debilitaría la confianza de sus aliados en su rol de garante de seguridad. “Países como Taiwán, Corea del Sur o Polonia podrían replantear su dependencia estratégica”, comentó Corredor.
- OTAN bajo presión: Trump ha cuestionado reiteradamente el gasto en defensa de los países europeos. Un acuerdo percibido como favorable a Rusia podría llevar a exigir que el gasto militar aumente del actual 2 % del PIB —meta fijada en 2014— hasta niveles cercanos al 3 o 5 %, lo que sería insostenible para varias economías de la UE.
- Autonomía estratégica europea: la UE probablemente aceleraría sus planes de defensa independiente, una aspiración que ya se materializa en el Plan Estratégico Brújula 2030.
- Vulnerabilidad ucraniana: un acuerdo con concesiones dejaría a Ucrania debilitada, con pérdida de legitimidad interna y externa. Según encuestas del Centro Razumkov (2024), más del 70 % de los ucranianos considera que un acuerdo territorial equivaldría a una “derrota nacional”.