Bloomberg — Los aliados de Ucrania reunidos en Roma para discutir el renacimiento de la nación tras la guerra se verán obligados a lidiar con la realidad de que tal perspectiva parece más remota que nunca, ya que Rusia desató su último ataque aéreo mortal sobre Kiev.
Dos personas murieron y 16 resultaron heridas cuando cientos de aviones no tripulados, así como misiles balísticos, atacaron la capital ucraniana dejando la ciudad cubierta de humo, según informaron el jueves las autoridades locales. La alarma antiaérea duró casi 10 horas.
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La segunda noche consecutiva de ataques cada vez más implacables se produce tras la negativa de Moscú a discutir un alto al fuego. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha censurado esta semana a su homólogo ruso, Vladimir Putin, por “matar a demasiada gente” y se ha comprometido a enviar más armas a Kiev.
“Los medios de la diplomacia están agotados”, dijo el miércoles en Berlín el canciller alemán Friedrich Merz, que tiene previsto asistir a la reunión de Roma. Puso en la picota al Kremlin como un “régimen criminal” que amenaza el orden político de Europa, y dijo que hará “todo” para que la ayuda a Kiev siga fluyendo.
Todo ello retrasa cualquier planificación para la reconstrucción de Ucrania tras la guerra, ya que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, acoge el jueves la cuarta edición de la Conferencia para la Recuperación de Ucrania. En su lugar, los aliados se reagruparán sobre cómo reunir recursos para compensar el incierto apoyo estadounidense en la guerra, actualmente en su cuarto año.
El posible compromiso a largo plazo quedó al descubierto al considerar la Unión Europea la creación de un fondo de 100.000 millones de euros (US$117.000 millones) para ayudar a Kiev. Esos fondos podrían incluirse en una propuesta para el próximo presupuesto septenal del bloque, según dijeron personas familiarizadas con las deliberaciones. Si se aceptan, los fondos empezarían a desembolsarse en 2028, dijeron bajo condición de anonimato.
El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, hizo hincapié en la actual sangría fiscal de la nación asolada por la guerra. En una reunión en línea celebrada el miércoles antes de la conferencia, afirmó que 2026 “es un reto”, con un déficit presupuestario de más de US$40.000 millones que debe compensarse con financiación exterior.
Esas deliberaciones tuvieron lugar mientras los ataques aéreos de Rusia se cobraban víctimas entre los objetivos ucranianos. Un número récord, incluidos unos 730 aviones no tripulados, así como misiles balísticos y de crucero, fueron disparados contra Ucrania a última hora del martes y primera del miércoles.
Ausencias en Roma
Ese ataque se produjo justo después de que Trump se apartara de su lenguaje a menudo optimista sobre Putin, señalando que enviaría armamento a Ucrania, días después de que se detuvieran las entregas, y dijera que “no estaba contento” con el líder ruso.
“Está matando a demasiada gente, así que vamos a enviar algunas armas defensivas a Ucrania y yo lo he aprobado”, dijo el líder estadounidense a los periodistas en una reunión del Gabinete en Washington el martes.
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Trump no asistirá a la reunión, aunque fue invitado, dijeron personas familiarizadas con el asunto. EE.UU. enviará a Keith Kellogg, el enviado especial para Ucrania.

Aunque la URC no ha atraído a una lista completa de líderes en los últimos tres años, el francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer tampoco asistirán. En su lugar, ambos se unirán por videoconferencia desde el Reino Unido, donde el presidente francés se encuentra de visita de Estado.
Macron cogió desprevenidos a los aliados europeos este mes cuando rompió un silencio de tres años con una llamada telefónica a Putin, principalmente para hablar de Irán. Y aunque París reafirmó su compromiso con el esfuerzo bélico de Ucrania, la medida avivó los temores de que otras prioridades estén haciendo mella en un esfuerzo unificado por aislar al Kremlin.
Los cambios geopolíticos también han afectado a la financiación de la posguerra. BlackRock Inc. (BLK) interrumpió este año la búsqueda de inversores para respaldar un fondo de recuperación multimillonario tras la reelección de Trump. Previsto para ser presentado en Roma, estuvo a punto de asegurarse el apoyo inicial de entidades respaldadas por Alemania, Italia y Polonia, según informó este mes Bloomberg News.
BlackRock decidió en enero interrumpir las conversaciones con los inversores institucionales al decaer el interés en medio de la creciente incertidumbre sobre el futuro de Ucrania.
Pero Alemania, a la que a menudo se criticó en los primeros años de la guerra por su cauteloso apoyo, se ha mantenido firme. Merz, que asumió el cargo en mayo, confirmó el martes que su gobierno está en conversaciones con Estados Unidos para conseguir sistemas de defensa antiaérea Patriot para Ucrania.
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Berlín está dispuesto a proporcionar a Kiev dos sistemas Patriot adicionales, incluidos misiles interceptores, y a cubrir la totalidad de los costos de las tan necesarias entregas, según informó Bloomberg News la semana pasada.
Meloni, que ha cultivado estrechos lazos con Trump, ha sido un firme partidario de Kiev, en marcado contraste con el líder estadounidense. Aunque dispone de menos margen fiscal que Alemania, Italia está preparando su duodécimo paquete de ayuda militar a Ucrania, según las autoridades, con un valor estimado en cientos de millones de euros.
Con la colaboración de Daryna Krasnolutska y Michael Nienaber.
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