Bloomberg — El presidente Donald Trump expresó cautela sobre el acercamiento entre China y Rusia, describiendo planes para mejorar los lazos con dos países que se han unido para oponerse a EE.UU. en el escenario mundial.
“Como estudiante de historia, que lo soy, y la he observado toda, lo primero que aprendes es que no quieres que Rusia y China se unan”, dijo el líder estadounidense a Fox News, en comentarios que se produjeron poco después de que concluyera unas conversaciones con el presidente ruso, Vladímir Putin, que no llegaron a asegurar un alto al fuego de 30 días en Ucrania.
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El líder republicano puso en duda los cimientos de la relación bilateral de Moscú y Pekín, diciendo que no era “natural”. “Probablemente sean amistosos ahora, pero vamos a ser amistosos con ambos”, añadió.
El abrazo de Trump a Rusia ha sido visto por algunos analistas como un intento de separar a Moscú de Pekín, en un llamado “Nixon a la inversa”, una referencia a los esfuerzos de Estados Unidos en la época de la Guerra Fría por dividir a las dos potencias. El Secretario de Estado Marco Rubio rechazó esa idea el mes pasado, advirtiendo de que, aunque Estados Unidos quería impedir que Rusia se convirtiera en el socio menor de China, tener a los vecinos con armas nucleares enfrentados sería malo “para la estabilidad mundial”.
El presidente Xi Jinping declaró una amistad “sin límites” con Putin días antes de la invasión de Ucrania por Moscú en 2022, mientras que el acceso a los mercados chinos proporcionó a Moscú un salvavidas económico a medida que las sanciones lideradas por EE.UU. lo dejaban aislado. El gobierno chino ha elogiado a Rusia por mantener conversaciones con Washington para poner fin a la guerra, y ha calificado de “condenado al fracaso” cualquier intento de sembrar la discordia.
En su entrevista, Trump remontó el calentamiento de los lazos entre Rusia y China a la era de Barack Obama, diciendo que las dos naciones se vieron forzadas a unirse por “malas políticas energéticas”, sin dar más detalles. El líder estadounidense ha argumentado que países como China recibieron una ventaja injusta al dejárseles utilizar la energía del carbón mientras las anteriores administraciones estadounidenses impulsaban una agenda de energía limpia.
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Mientras que Trump ha hablado directamente con Putin desde que llegó al poder, aún no ha mantenido conversaciones con el líder chino, a pesar de que EE.UU. ha subido dos veces los aranceles a la segunda economía mundial.
“China nos necesita mucho en términos de comercio y pero tenemos que enderezar el déficit”, dijo Trump. “Y con Rusia, les gustaría tener algo de nuestro poder económico”.
Con la colaboración de Clara Ferreira Marques.
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