Bloomberg — Volodymyr Zelenskiy intenta resistir un acuerdo de paz posiblemente humillante propuesto por funcionarios de Estados Unidos, justo cuando el presidente ucraniano enfrenta una creciente presión interna para apartar a su asesor más cercano en la guerra contra Rusia.
Zelenskiy ha recibido señales de Estados Unidos de que debería aceptar el acuerdo elaborado en consulta con Moscú, según una persona familiarizada con el tema, que pidió no ser identificada por lo delicado del asunto. La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El mandatario sostendrá conversaciones en Kiev este jueves con funcionarios militares estadounidenses encabezados por el secretario del Ejército, Dan Driscoll. La delegación, que ya se reunió con la primera ministra, Yuliia Svyrydenko, y el jefe del Ejército, Oleksandr Syrskyi, analizará vías para forzar a Rusia a poner fin a los combates, según personas al tanto.
El más reciente intento del gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reactivar las negociaciones incluye un plan de 28 puntos inspirado en el alto al fuego de Gaza. El documento plantea exigencias rusas que Kiev ha rechazado reiteradamente y que hasta ahora han obstaculizado cualquier avance hacia un acuerdo de paz.
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El plan contempla que Ucrania ceda territorio en la región oriental de Donbás al Kremlin, levante las sanciones contra Rusia y suspenda las investigaciones por crímenes de guerra, según una persona con conocimiento del tema. Ucrania también tendría que aceptar límites al tamaño de su Ejército, lo que la dejaría vulnerable ante una posible nueva ofensiva ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien ya había respaldado un acuerdo de paz previo sobre el este de Ucrania antes de iniciar la invasión de 2022.
Diplomáticos europeos expresaron escepticismo sobre el plan, señalando que Putin suele aceptar acercamientos cuando enfrenta presión. El Kremlin busca evitar que entren en vigor el viernes las sanciones de Estados Unidos contra las petroleras Rosneft PJSC y Lukoil PJSC, según fuentes que pidieron anonimato.
Zelenskiy enfrenta la presión de Estados Unidos para hacer concesiones que detengan la guerra, al tiempo que intenta calmar la indignación pública por un escándalo de corrupción. Investigadores anticorrupción vincularon a su antiguo socio comercial con un esquema de malversación de hasta US$100 millones, una pesquisa que ya provocó la salida de dos ministros.
Algunos miembros de su partido quieren que Zelenskiy reemplace al jefe de gabinete, Andriy Yermak, su mano derecha, quien participa directamente en decisiones clave sobre nombramientos y la estrategia bélica, según una fuente. El presidente podría enfrentar una crisis parlamentaria si no lo destituye, dijo la persona.
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Yermak, quien acompaña con frecuencia a Zelenskiy en giras internacionales, ha acumulado gran influencia en el gobierno. El mandatario lo defendió el año pasado, describiéndolo como un “gestor poderoso”.
Las dos agencias anticorrupción independientes de Ucrania revelaron la semana pasada detalles de una investigación de 15 meses sobre presunto lavado de dinero en el sector energético. El esquema implicaba sobornos de contratistas que construían defensas para proteger instalaciones nucleares de ataques rusos con misiles y drones, según los investigadores.
Las agencias poseen grabaciones inéditas de supuestos implicados discutiendo diversos esquemas de corrupción, y los funcionarios en Kiev están a la expectativa de quién más podría verse involucrado.
El escándalo estalló mientras los ucranianos sufren apagones prolongados tras intensos ataques rusos contra la infraestructura energética antes del invierno. Zelenskiy intentó en julio asumir control de las agencias anticorrupción, pero retrocedió ante las mayores protestas callejeras desde el inicio de la guerra y la condena de los aliados internacionales.
El presidente dijo a Bloomberg TV en una entrevista el 13 de noviembre que apoya plenamente la investigación. “Lo más importante son las condenas para quienes sean culpables”, afirmó. “El presidente de un país en guerra no puede tener amigos”.
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El desafío político interno ocurre mientras los funcionarios ucranianos buscan claridad sobre el plan impulsado por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y el emisario del Kremlin, Kirill Dmitriev.
El secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, Rustem Umerov, se reunió con Witkoff esta semana en Miami y fue informado sobre el plan, que parecía beneficiar a Rusia, según una fuente.
Tanto funcionarios ucranianos como europeos aún desconocen si Trump respalda las propuestas o qué sucedería si Kiev las rechaza. Ucrania depende del apoyo de inteligencia estadounidense para su defensa aérea y de las armas financiadas principalmente por los europeos.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea expresaron alarma ante las propuestas durante una reunión en Bruselas este jueves. “Para que cualquier plan funcione, debe contar con los ucranianos y los europeos”, dijo la jefa de política exterior del bloque, Kaja Kallas.
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