Bloomberg Línea — La escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores mundiales de petróleo, ha dejado al sector bajo una fuerte presión ante la expectativa, cada vez más consensuada, de caída de la demanda y, en consecuencia, de precios más bajos.
Desde Petrobras (PETR3, PETR4) hasta los operadores independientes – los llamados junior oils– las empresas brasileñas no deben ser inmunes al escenario actual, según expertos del sector escuchados por Bloomberg Línea.
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La reducción del precio del barril no debería afectar la curva de producción en Brasil, ya que los ciclos de los proyectos offshore son de largo plazo, lo que los protege de las fluctuaciones de precios, según Flávio Ferreira Menten, analista de petróleo y gas para América Latina de Rystad Energy.
Sin embargo, advirtió que habrá impactos en los resultados financieros de las empresas del sector. “Aunque Brasil tenga breakevens [precios de equilibrio] muy competitivos, la caída del precio impacta en los márgenes de las empresas de exploración y producción”, dijo Menten.
Según el analista del sector de Ativa Investimentos, Ilan Arbetman, este impacto en los resultados no debería limitarse a las empresas que exploran nuevos yacimientos de petróleo, como Petrobras y las majors globales, como Shell (SHEL) y Total (TTE).
“Cuanto mayor es el precio [del barril], mayores son los resultados de las empresas, ya sean grandes como Petrobras o junior”, dijo el analista, que citó a Prio (PRIO3), Brava (BRAV3) y PetroRecôncavo (RECV3).
Según un informe de los analistas de Itaú BBA del pasado 11 de abril, si el precio del petróleo se mantiene en torno al nivel actual de US$65 en 2025, Petrobras necesitaría aumentar la deuda bruta a US$64.000 millones hasta el final del año para cumplir con los pagos de dividendos ordinarios del período.
Si los precios del petróleo caen por debajo de los US$50, un escenario ya esbozado por algunas casas de investigación, sería necesario aumentar la deuda más allá del techo de deuda bruta fijado por la estatal (US$75.000 millones) el próximo año para mantener la política de dividendos, según los analistas del informe del banco de inversión.
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“Reconocemos que la compañía podría considerar oportunidades de apalancamiento para priorizar el pago de dividendos en el corto plazo, aunque no estamos seguros de cuánto tiempo serían necesarias tales acciones”, dijeron los analistas de Itaú BBA.
Arbetman, de Ativa, dijo que el tipo de petróleo extraído marca la diferencia en el contexto de los múltiples desafíos. En el caso de Brava, explicó, la producción de la empresa se concentra en tierra (onshore).
“Este petróleo [en yacimientos onshore] suele venderse con mayor descuento. No es casualidad que la compañía haya sido más penalizada [en bolsa] que sus pares”.
El analista también señaló que, desde el punto de vista bursátil, algunos gestores han estado revisando sus operaciones en el sector. “Con la tesis del petróleo más débil, es posible que también haya menos disposición a entrar en acciones de empresas junior”, dijo Arbetman.
El experto señaló que la caída de la demanda es de esperar en medio de las crecientes tensiones entre EE.UU. y China, que son los mayores mercados consumidores de petróleo del mundo.
“Si efectivamente hay una guerra arancelaria muy intensa, es natural que haya una revisión a la baja de los niveles de demanda. Incluso antes de esta situación ya había un escenario de sobreoferta en 2025, con los grandes bancos revisando el precio objetivo del barril a entre US$60 y US$70″, dijo.
Aún así, subrayó que la caída de precios fue más rápida de lo esperado. “Cuando hablamos de demanda en el sector, no se puede descuidar a Estados Unidos y China”.
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Exceso de oferta de petróleo
Los analistas que cubren el sector llevan tiempo advirtiendo de la perspectiva de una caída de los precios del petróleo, dado el exceso de oferta en el mundo.
Desde el llamado “Día de la Liberación”, el 2 de abril, cuando la administración de Donald Trump anunció una serie de aranceles recíprocos a sus socios comerciales, la tendencia a la baja de los precios del barril se ha acentuado.
Al mismo tiempo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+) anunció un aumento de la oferta de más de 400.000 barriles por día (bpd) por parte de ocho miembros del grupo, a partir de mayo.
En este contexto, Estados Unidos redujo su proyección de crecimiento de la demanda mundial de petróleo y de la producción interna para 2025.
Según la consultora mundial Wood Mackenzie, si los aranceles anunciados el 2 de abril siguen en vigor para 2025 y 2026, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo debería acercarse a los 900.000 bpd este año, lo que supone un recorte de 400.000 bpd respecto a la estimación anterior.
Para 2026, el consumo experimentaría un ajuste aún más drástico, de 1 millón de bpd, lo que se traduciría en un crecimiento de la demanda de 500.000 bpd. En este escenario, Wood Mackenzie prevé un precio medio del Brent para el próximo año de US$64, lo que supone una revisión a la baja de US$7 por barril.
La consultora mundial Rystad Energy también ha reducido su previsión de precio medio del Brent para 2025, pero por ahora sigue por encima de los US$70.
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Movimientos globales
Rystad Energy ha señalado que el gobierno estadounidense ha tratado de reducir los precios al consumo del petróleo y sus derivados, al tiempo que ha aumentado la producción nacional.
En Europa, en cambio, no parece vislumbrarse una solución al conflicto entre Rusia y Ucrania. “Incluso si esto ocurre, es improbable que los flujos de petróleo ruso superen los niveles obligatorios de la OPEP+”, señala la consultora en un informe.
La marcha atrás del cártel en el aumento de la oferta podría permitir a Estados Unidos imponer sanciones a Irán en breve, según el informe. Y entonces la OPEP+ compensaría la pérdida de barriles iraníes aumentando su cuota de mercado mundial.
En Estados Unidos, sigue creciendo la preocupación entre los productores de gas de esquisto, según informa Bloomberg News, dado que es probable que las iniciativas de Trump en materia de comercio exterior afecten al objetivo de “impulsar” la producción de combustibles fósiles.
Según Bloomberg News, los ejecutivos del segmento se muestran reacios a aumentar la oferta en los EE.UU., y el precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI) ha caído más de un 20% desde que Trump asumió el cargo.
El precio del WTI ronda ahora los US$60 por barril, por debajo del nivel que, según estos productores, es necesario para que los nuevos pozos alcancen el breakeven.
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