Bloomberg — Mazda Motor Corp. traerá una nueva versión de su modelo más vendido a los concesionarios de Estados Unidos, y llegará directamente desde Japón.
La tercera generación del CX-5, que hoy representa más de un tercio del total de las ventas estadounidenses de la compañía, tendrá una nueva pantalla táctil de 15,6″, más espacio de carga y un diseño renovado concebido para atraer a los conductores urbanos que aún quieren el agarre y la corpulencia de un SUV con tracción a las cuatro ruedas.
Sin embargo, continuará fabricándose únicamente en Japón, lo que lo expone a los agudos aranceles de Estados Unidos.
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Contrario a la mayoría de las marcas extranjeras, Mazda continúa dependiendo de las importaciones para la mayor parte de los vehículos que vende a los estadounidenses. Los aranceles sobre los automóviles fabricados en Japón se elevaron hasta el 27,5% a principios del 2025 como resultado de las políticas comerciales del presidente Donald Trump.
Mazda fabrica un modelo el SUV CX-50 en EE.UU., cuya producción comenzó a inicios del 2022 en una fábrica en Alabama de propiedad conjunta y operada por Toyota Motor Corp. (TM) Ambos vehículos, el CX-5 y el CX-50, representaron aproximadamente la mitad de las ventas de la compañía con sede en Hiroshima en Estados Unidos el año pasado.
Hasta el momento, Mazda ha mantenido bajo control los aumentos de precios en toda su gama, asumiendo la mayor parte de los costos adicionales. El fabricante no ha anunciado el precio del CX-5 2026, pero el modelo 2025 tiene un precio inicial de US$30.190.
Stefan Meisterfeld, vicepresidente de planificación estratégica de Mazda Norteamérica, dijo que la nueva versión puede tener un ligero aumento de precio, pero no lo suficiente para cubrir los costos arancelarios.
“Podría haber pequeños ajustes de precios, como es habitual con los cambios de modelo interanuales”, dijo en una entrevista. “¿Se incrementará significativamente para contrarrestar el impacto arancelario en este momento? No lo creemos”.
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Mazda tampoco tiene previsto retrasar el inicio de las ventas del nuevo CX-5, previsto para comienzos de 2026, afirmó Meisterfeld. Espera que las lentas conversaciones entre Tokio y Washington avancen antes de esa fecha.
En mayo, la compañía retuvo sus previsiones de ganancias anuales, alegando incertidumbre sobre el impacto de los aranceles. Su CEO, Masahiro Moro, afirmó que los aranceles a las exportaciones a EE.UU., solo en abril, podrían costarle hasta ¥10.000 millones (US$68 millones).
El volumen de ventas del fabricante de automóviles en Estados Unidos supera al de marcas de lujo como BMW y Mercedes-Benz, pero todavía está muy por debajo de rivales como Subaru, Kia y Nissan.
En el 2024, vendió 424.382 vehículos en EE.UU., rompiendo el récord establecido en 1986 y marcando un cambio radical desde 2019, cuando las ventas alcanzaron su mínimo en seis años con 278.552. Su objetivo es aumentar las entregas a 450.000 este año, impulsado por la continua demanda del CX-5.
La lámina metálica nítidamente esculpida y los acabados interiores de alta gama del SUV lo distinguen de otros vehículos en un mercado competitivo. Si bien el modelo de tercera generación conservará el motor de 2.5 litros y 187 caballos de fuerza de su predecesor, ya no contará con la opción de gasolina turboalimentada.
A partir de 2027, planea ofrecer un sistema de propulsión híbrido gas-eléctrico completamente nuevo.
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Los dos SUV compactos de Mazda, el CX-5 y el CX-50, son muy populares y tienen precios y tamaños similares. El modelo japonés se comercializa como una versión refinada de su primo de Alabama, más robusto y aventurero.
Pero el investigador del mercado automovilístico Edmunds.com ha declarado sin rodeos: “El CX-50 de Mazda es el competidor más fuerte del CX-5”.
Los funcionarios de la compañía sostienen que el mercado estadounidense de SUV compactos, dominado por los modelos RAV4 de Toyota y CR-V de Honda Motor Co., es lo suficientemente grande para sus dos vehículos en el segmento.
“Es posible que a veces compitan entre sí”, dijo Meisterfeld de Mazda. “Preferimos esta competencia interna a la competencia con otras marcas”.
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