Bloomberg — Mucho antes de que Elon Musk decidiera destruir su alianza con el presidente Donald Trump y el precio de las acciones de la compañía, Tesla Inc. (TSLA) ya se estaba jugando mucho con el esperado lanzamiento de su robotaxi.
Ahora los inversionistas están en busca de un triunfo que pueda ayudar a resarcir el daño a la marca y volver a colocar a Tesla en la senda del crecimiento.
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Musk dijo que Tesla pondría en marcha el nuevo servicio de automóviles autoconducidos en Austin tan pronto como el 22 de junio, como parte de la gran apuesta del fabricante de vehículos eléctricos por la inteligencia artificial y la conducción autónoma.
Si bien Tesla dio a la ciudad un bosquejo de sus planes provisionales, la empresa no había divulgado una fecha de lanzamiento, ni de forma pública ni de forma directa a los funcionarios de Austin, hasta las últimas horas del martes, cuando Musk advertía que el debut del servicio podría variar porque estaba “super paranoico con la seguridad.”
La declaración se enmarca en una serie de mensajes de Musk en las redes sociales que se prolongaron durante toda la noche y que incluían una casi disculpa en la que decía que “lamento algunas de mis publicaciones” sobre el presidente, que “fueron demasiado lejos.”
Sus comentarios contribuyeron a que las acciones subieran alrededor de un 3% este miércoles por parte de los inversionistas que han estado exhortando a Musk a que se reenfoque en su imperio empresarial.
El multimillonario ha declarado que el despliegue se iniciará paulatinamente, con entre 10 y 20 vehículos, y en una zona de pruebas verificada por Bloomberg News parece que los rasgos iniciales del debut se parecen más a los de una demostración mejorada que a los de un lanzamiento en todo el sentido de la palabra.
Puede que esto no les importe a los mayores fans de Tesla ni al precio de sus acciones. Los inversores, en general, han estado dispuestos a concederle a Musk el beneficio de la duda a corto plazo, ya que creen en su visión a largo plazo.
Por el momento, las ventas de Tesla se desploman en todo el mundo; sus acciones han caído alrededor de un 20% en el 2025 y los analistas han reducido sus expectativas sobre el rendimiento de la compañía.
Entre tanto Musk intenta reparar parte del daño causado por su descontento con Trump, el impacto inmediato en las acciones de Tesla y su propio patrimonio demuestra lo delicado que es el equilibrio.
El gobierno tiene una influencia desproporcionada sobre sus negocios, desde contratos multimillonarios hasta el marco regulatorio para los vehículos autónomos y la red de robotaxis de Tesla.
“Necesita bajarle el tono a la retórica y el dramatismo y volver al negocio de Optimus, los robotaxi y la conducción autónoma total”, declaró Nancy Tengler, CEO y directora de inversiones de Laffer Tengler Investments, a Bloomberg Television . “Por eso la gente compra acciones, y por su brillantez y genio, por supuesto, pero no por su histrionismo”.
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Musk ha prometido establecer una red de transporte compartido que combina Airbnb (ABNB) y Uber (UBER).
La compañía quiere que la flota se base en su tecnología de conducción autónoma completa y que, con el tiempo, incluya tanto cibertaxis diseñados específicamente sin pedales ni volante, como Teslas propios y con conductores particulares.
Musk prevé que habrá cientos de miles de vehículos en circulación para finales de 2026. El lanzamiento del robotaxi es el primer paso para demostrar a los inversores su capacidad de respuesta.
Tesla será el cuarto servicio de robotaxi que se lanzará en Austin en los últimos años. Si bien Tesla puede operar sus modelos de consumo estándar en Texas sin conductor, necesita exenciones federales para usar el Cyberca en su flota. En otros estados, como California, Tesla se enfrenta a una compleja normativa.
Los representantes de Tesla y Musk no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Campos de pruebas
Se han visto indicios de la preparación de la compañía en Austin.
Los vehículos Model Y con placas del fabricante se han vuelto frecuentes en las zonas sur y sureste de la ciudad, repletas de barrios residenciales y centros comerciales, y a pocos minutos en auto del centro. En algunos casos, los vehículos circulan en lo que parecen ser rutas circulares.
El área de operación inicial probablemente abarcará solo unas pocas millas cuadradas, según una persona familiarizada con el plan, quien no estaba autorizada a hablar públicamente al respecto. La zona podría cambiar antes del lanzamiento o modificarse rápidamente después del inicio del servicio.
Las normas que rigen los vehículos autónomos en Texas son notablemente laxas.
Si bien las empresas de viajes compartidos con conductores humanos deben obtener una licencia para operar en Texas, una laguna legal impide que los robotaxis como los operados por Tesla necesiten las mismas aprobaciones, según el Departamento de Licencias y Registro de Texas.
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Esto convierte al estado en una opción popular para las empresas que se encuentran en las primeras etapas de los servicios autónomos.
Waymo, la empresa de viajes compartidos sin conductor propiedad de Alphabet Inc. (GOOGL), la empresa matriz de Google, cuenta actualmente con unos 100 robotaxis en Austin en colaboración con Uber y planea aumentar su número a cientos con el tiempo.
Volkswagen ADMT y Zoox, de Amazon.com Inc. (AMZN), están probando sus vehículos allí. Varias empresas de transporte autónomo también están realizando pruebas en otras partes del estado.
Tesla ha adoptado un enfoque diferente para la autonomía, priorizando un sistema basado únicamente en cámaras en lugar de la combinación de lidar, radar y premapeo que utilizan sus competidores.
Musk lleva tiempo afirmando que este enfoque permitirá a la compañía escalar antes que sus rivales, incluyendo a Waymo, que considera demasiado caro.
Según algunas estimaciones, el sistema de sensores de Tesla cuesta unos US$400 dólares por vehículo; la flota de Waymo, que cuenta con 1.500 vehículos en California, Arizona y Texas, cuesta alrededor de US$9.300 dólares por auto.
Los críticos han señalado que el sistema de visión de Tesla es más arriesgado, ya que es más limitado en ciertas condiciones de menor visibilidad, como el resplandor del sol, la niebla o el polvo.
Independientemente de las especificaciones de los vehículos, las pruebas de vehículos autónomos en Austin y otros lugares han planteado desafíos.
El ahora desaparecido Cruise de General Motors Co. (GM) arrastró a una persona por una calle de San Francisco en un incidente macabro que dejó al peatón en estado crítico. Los vehículos de transporte compartido sin conductor han causado atascos virales en Austin y, la semana pasada, Waymo entró en una zona inundada tras una tormenta.
“En Waymo, la seguridad es nuestra máxima prioridad, tanto para quienes viajan con nosotros como para quienes comparten las calles. Mantenemos nuestro compromiso de mejorar la seguridad vial a través de nuestro aprendizaje y experiencia continuos”, declaró un portavoz de Waymo.
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En preparación para su lanzamiento, Tesla ha estado en contacto con funcionarios de la ciudad de Austin y personal de primera sevicios de emergencia para discutir las expectativas de seguridad, según correos electrónicos vistos por Bloomberg News que datan al menos de mayo de 2024. Tesla ha dicho que los robotaxis serán monitoreados de forma remota en un principio.
Sin embargo, varios aspectos clave del plan de Tesla aún no se han concretado con el grupo de trabajo de vehículos autónomos de la ciudad, que se comunica con las empresas de vehículos autónomos que operan en Austin.
Tesla solo ha mostrado a los funcionarios un borrador de la guía prevista para personal de primeros auxilios, y aún queda pendiente una capacitación de emergencia, según Andre Jordan, jefe de la división de seguridad nacional y operaciones especiales del Departamento de Bomberos de Austin y miembro del grupo de trabajo de la ciudad.
“Los vehículos autónomos deben cumplir la ley, pero ¿qué ocurre cuando la ley y las instrucciones de los servicios de emergencia entran en conflicto? Vivimos en un mundo complejo”, dijo Jordan.
Daño a la marca
También es un momento complicado para Musk presentar a Tesla como una marca confiable para llevar a pasajeros, muchos de los cuales no están acostumbrados a viajar en vehículos autónomos, adonde necesiten ir. Gracias a los meses que ha pasado sorteando la polémica política en Washington, el multimillonario y sus automóviles nunca han estado tan polarizados.
Aunque Musk ha intentado reducir la hostilidad con el presidente, la disputa pública del multimillonario con Trump amenaza con alejar aún a más clientes.
“Tesla, en este momento, es una marca con todo tipo de asociaciones”, dijo Tim Calkins, profesor de marketing en la Escuela de Administración Kellogg de la Universidad Northwestern. “Si la gente tiene sentimientos negativos sobre Elon Musk y se suben a un vehículo autónomo, no creo que estén dispuestos a subirse a un robotaxi. Hay muchas alternativas”.
Los vehículos sin conductor requieren un elemento adicional de confianza y los críticos estarán listos para amplificar cualquier contratiempo, afirmó Mike Paul, presidente de la consultora de crisis Reputation Doctor LLC.
“Cuando se parte de una situación deficitaria en cuanto a la confianza en la marca, con todo lo relacionado con Elon”, dijo Paul, “será muy difícil demostrar éxito”.
Musk lleva años generando expectativas para este lanzamiento. Si bien algunos inversores están dispuestos a ser indulgentes con él en cuanto al momento y los detalles exactos, muchos desean señales concretas de progreso.
El analista de Baird, Ben Kallo, rebajó la calificación de Tesla a neutral, citando, en parte, las expectativas exageradas de Musk en torno al lanzamiento del robotaxi y la intensificación de la competencia en el sector. Kallo también afirmó que el deterioro de la relación de Musk con Trump ha generado mayor incertidumbre.
“La valoración del robotaxi se ha adelantado”, declaró Kallo a Bloomberg Television. “Creo que su implementación tardará más. Al principio, se necesitará más personal, es decir, personal en los centros de control que se encargue de que los vehículos no sufran accidentes o algo similar”.
Por esa razón, Kallo afirmó que probablemente habrá dificultades a corto plazo. “Implementar esto será muy difícil”.
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