Bloomberg — Es inquietante ver que los hombres y mujeres que han salvado la economía global en numerosas ocasiones estén tan desconcertados por la guerra comercial. Incluso si no tenían plena certeza sobre lo que finalmente sería necesario hacer, suelen actuar con decisión. Los funcionarios están tanteando el terreno en este drama de aranceles, igual que el resto de nosotros. Sin embargo, este tipo de cautela tiene fecha de vencimiento.
El Banco de Corea llegó el jueves a la conclusión, defendible, de que es mejor esperar mientras se desarrollan las negociaciones por los elevados aranceles que Donald Trump impuso a sus socios comerciales. Como gran exportador y firme aliado de Estados Unidos, Corea del Sur tuvo motivos para mostrarse prudente al mantener sin cambios la tasa de interés. Es imposible saber qué aceptará la Casa Blanca —o incluso si respetará algún acuerdo alcanzado durante los 90 días en los que se suspendieron los aranceles más duros. “Altamente impredecible” fue la expresión que usó el jefe del Banco de Canadá unas horas antes, en una formulación diplomática. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell —frecuente blanco de críticas por parte de Trump—, ve riesgos potenciales tanto para la estabilidad de precios como para el empleo. En algún momento, puede que deba inclinarse más por uno de esos dos mandatos. El miércoles, Powell restó dramatismo a los tiempos difíciles al citar una línea de la película Un experto en diversión (Ferris Bueller’s Day Off, 1986): “La vida pasa bastante rápido”. (Un día después, Trump insinuó la posibilidad de despedir a Powell).
El sentimiento colectivo de “no sabemos” dará paso, eventualmente, a subas o bajas de tasas. En Asia, la inclinación parece ser hacia lo segundo. El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, evitó una respuesta directa cuando se le preguntó si las subas de tasas que inició el BOJ pueden continuar. Pero hay un tono claramente moderado en su vacilación. Por supuesto, el banco está listo para volver a subir las tasas —desde un nivel muy bajo— si se mantiene el panorama razonablemente positivo. “Tomaremos una decisión adecuada según evolucione la situación”, dijo al diario Sankei.
Si los aranceles llegan a entrar en vigor, se espera que el crecimiento japonés reciba un golpe importante; las exportaciones ya se venían desacelerando en marzo. El escenario más probable es el que planteó Nomura Holdings Inc., que postergó su previsión para la próxima suba del BOJ de julio al comienzo del año próximo. Ahora, la firma espera solo un ajuste de acá a marzo de 2027, frente a los dos previstos anteriormente.
No hay muchas dudas sobre hacia dónde se inclina el Banco de Corea. Su comunicado dejó ver una clara preferencia por retomar los recortes iniciados el año pasado. Los seis miembros del comité de política monetaria indicaron estar abiertos a un recorte en los próximos tres meses; uno de ellos ya votó por bajar hoy. Según el gobernador Rhee Chang-yong, hay chances de que el producto interno bruto haya caído en el primer trimestre. La inflación está bajo control. Un detalle local: la confianza de empresas y consumidores se resintió tras la breve imposición de la ley marcial en diciembre, un error que llevó a la destitución del entonces presidente. Rhee, en la práctica, anticipó una baja para mayo.
El Banco de Reserva de Australia se mantiene al margen en la previa de las elecciones del 3 de mayo. Cuando recortó la tasa en febrero, su gobernadora Michele Bullock se esforzó por desalentar las expectativas de nuevas reducciones. Pero Trump cambió los cálculos y amplificó los riesgos de ir con cautela. Ahora, más economistas pronostican una baja en mayo, tal vez de hasta medio punto porcentual. (Se proyecta que el Banco Central Europeo relajará las condiciones de financiamiento varias veces antes de fin de año).
Sí, el “Día de la Liberación” fue un shock para la economía global. Fuera de EE.UU., se espera que perjudique el crecimiento y posiblemente limite la inflación. Todos esos productos chinos que quizás no encuentren compradores en EE.UU. tendrán que buscar otros destinos.
Quizás la escena más relevante hoy en Un experto en diversión, la película de John Hughes cuyo protagonista —interpretado por Matthew Broderick— se ausenta de la escuela sin justificación, transcurre en una clase de economía. El profesor les explica a sus apáticos alumnos que la Ley Smoot-Hawley de 1930, que erigió un muro proteccionista alrededor de EE.UU., fue una legislación profundamente equivocada. Intenta obtener alguna reacción. “¿Alguien? ¿Alguien?”, pregunta el docente para captar la atención. La administración Trump podría aprender algo viendo esa escena.
(El profesor está interpretado por Ben Stein, cuyo padre formó parte del Consejo de Asesores Económicos de Richard Nixon cuando el expresidente abandonó el sistema de tipo de cambio fijo de Bretton Woods, un cambio histórico).
Estaremos contando el costo de esta ofensiva de Trump contra el sistema comercial durante bastante tiempo. La política monetaria en Asia parece encaminarse en una sola dirección, más temprano que tarde.
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