Si tuvieras el poder de evitar no solamente una Gran Depresión, sino dos, seguramente no dudarías en usarlo. Sin embargo, por alguna razón (poco misteriosa), eso es básicamente lo que hacemos cuando ignoramos un clima cada vez más caliente y violento.
Dos de los mayores mitos sobre el cambio climático son que 1) es un problema para las generaciones futuras y 2) intentar paliarlo perjudicará el crecimiento económico.
Lo cierto es que el cambio climático no es solo un desafío para aquellos de nosotros que tenemos la suerte de estar vivos actualmente, sino que además es una catástrofe económica. Ignorarlo resultará mucho más costoso que combatirlo.
La prueba más reciente la proporciona Bloomberg Intelligence, que ha calculado esta semana que las catástrofes vinculadas al clima han costado a la economía de EE.UU. como mínimo US$6,6 billones en primas de seguros más elevadas, en gastos de limpieza y en otro tipo de gastos durante los últimos 12 años.
Ajustadas a la inflación, las catástrofes climáticas ya duplican los US$3,3 billones en pérdidas registradas en la Gran Depresión durante el mismo periodo, según cálculos de BI.
Una vez más, para aquellos que se quedaron dormidos en ese párrafo:El cambio climático ya es dos veces más doloroso económicamente que la Gran Depresión.

Por ahora, los costos climáticos son solo la mitad de los de la crisis financiera de 2008 y la posterior Gran Recesión, que mantuvieron el crecimiento económico por debajo de su potencial máximo durante una década y sumieron en la pobreza a una generación.
No obstante, las pérdidas climáticas tendrían que aumentar solo un 2% anual durante los próximos doce años para convertirse en el mayor desastre financiero de la historia de EE.UU., según estimaciones de Bloomberg Intelligence.
Los resultados recientes sugieren que el 2% anual es un objetivo difícil de superar. Las pérdidas climáticas anuales se han más que duplicado, pasando de menos de US$500.000 millones en 2013 a casi US$1 billón en los últimos 12 meses, indica BI.
El crecimiento anual promedio en los últimos cinco años ha sido de casi el 15%. A ese ritmo, los costos climáticos superarán el impacto inicial de la Gran Recesión en tan solo cinco años.

Estas cifras concuerdan con el aumento del número de desastres en EE.UU. que causan daños por al menos US$1.000 millones.
La incidencia anual de estos se duplicó entre 2012 y 2024, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), gracias no solo a tormentas más destructivas, sino también al afán de los estadounidenses por establecerse en las zonas postales más peligrosas del país .
Dado que los desastres desaparecen por arte de magia cuando no los observamos, la NOAA del presidente Donald Trump ha dejado de registrar estos datos.
Sin embargo, ya en 2025 se han producido varias catástrofes naturales que han causado pérdidas por más de US$1.000 millones cada una, incluyendo los incendios forestales y tornados de Los Ángeles en enero, inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos en el centro de EE.UU.
Las estimaciones de daños de BLoomberg Intelligence, al igual que las de la NOAA, son, en cierto modo, insuficientes. No incluyen las miles de vidas estadounidenses perdidas por el calor extremo y otros desastres naturales en los últimos 12 años.
Tan solo las muertes causadas por el humo de los incendios forestales podrían causar US$244 000 millones en pérdidas económicas anuales para 2050, según un informe reciente de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés).
Las estimaciones de BI tampoco consideran los profundos efectos a largo plazo sobre la salud causados por el humo de los incendios forestales, el calor y otros peligros crecientes de un clima caótico. Tampoco incluyen el crecimiento potencial que se pierde al desviar el dinero hacia la reconstrucción y los seguros y alejarlo de inversiones más productivas.
Los economistas aún intentan determinar la magnitud del daño si la atmósfera se calienta más allá de los 1,3°C por encima de los promedios preindustriales que ya ha alcanzado.
Otro informe del NBER del año pasado estimó que cada grado Celsius de calentamiento reduce un 12% el PIB mundial, lo que significa que la trayectoria de 3°C que estamos siguiendo actualmente implicaría una economía global un tercio más pobre.
Aún hay tiempo para limitar este daño, pero no mucho.
Un informe de este mes, elaborado por decenas de destacados científicos del clima, sugiere que al mundo solo le quedan tres años de acción para limitar el calentamiento a 1,5°C, el objetivo ambicioso de los acuerdos climáticos de París. Después de eso, 2°C no tardará en alcanzarse.
Necesitamos dejar de quemar combustibles fósiles lo antes posible y fortalecer la resiliencia de las comunidades ante los desastres que ya se avecinan. Sin embargo, los gobiernos del mundo siguen estando a un paso de distancia de hacer lo necesario, advirtió la ONU el año pasado.
Estados Unidos, que en su día fue líder en la lucha contra el cambio climático, ha cambiado de bando en el segundo mandato de Trump.
Él y sus compañeros republicanos en el Congreso están haciendo todo lo posible para enriquecer aún más a las empresas de combustibles fósiles que les dieron millones de dólares de campaña en 2024. Esto incluye fingir que el cambio climático no es un problema, en contra de la ciencia y la opinión de la gran mayoría de los votantes de EE.UU.
Lo hacen con la excusa de mantener bajos los precios de la energía para esos votantes, argumentando que los combustibles fósiles son fuentes de energía más baratas y seguras. Pero llamarlas “baratas” o “seguras” exige no ver sus numerosos riesgos físicos y financieros. Estos se han vuelto demasiado grandes para ser ignorados.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.
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