Los centros de detención de migrantes no necesitan apodos ni productos para promocionarlos

Alligator Alcatraz
Por Patricia Lopez
26 de agosto, 2025 | 06:51 AM

El más reciente de una serie de centros de detención de ICE con nombres caricaturescos es el “Cornhusker Clink”, ubicado en un remoto rincón de Nebraska. Actualmente es una prisión de mínima seguridad, pero las autoridades afirman que en 60 días se convertirá en un centro de detención para cientos de inmigrantes en espera de deportación.

Se sumará así a una serie de otros apodos extrañamente poco serios que han proliferado con rapidez por todo el país. Speedway Slammer en Indiana, Lone Star Lockup en Texas, Deportation Depot en Florida y, el más conocido de todos, Alligator Alcatraz.

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Y lo más probable es que haya más. Una prisión inactiva en Mason, Tennessee, podría reabrir a fines de este mes.

Según se informa, ICE (por sus siglas en inglés, Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU.) tiene también en mente construir la primera instalación en un estado demócrata: una antigua prisión privada en Appleton, Minnesota. Teddy Tschann, portavoz del gobernador Tim Walz, señaló que nadie en la oficina había tenido conocimiento de ello. “No se han mantenido conversaciones formales sobre Appleton”, aseguró.

Alligator Alcatraz, que se anunció en junio y fue ocupada en julio, ya tiene incluso una próspera línea de productos promocionales: camisetas, gorras, koozies (funda para latas y botellas) y pegatinas para el parachoques.

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Según Evan Power, presidente del Partido Republicano de Florida, los productos “se venden como pan caliente”. El objetivo, dijo, “es dar a conocer mejor esta política”.

Por supuesto, ese no es el verdadero objetivo. A estas alturas, todo el mundo es plenamente consciente del deseo del presidente Donald Trump de realizar deportaciones masivas.

No, el verdadero objetivo de los apodos aliterados, la mercancía y las duras tácticas de los agentes federales es convertir el sufrimiento de los inmigrantes en una forma de entretenimiento para la base de Trump.

Un elemento central del “chiste” es la idea de que los inmigrantes no son personas reales con derechos ante la ley; son menos. Son “lo otro”. ¿Y acaso no es su culpa haber venido aquí ilegalmente?

Un elemento de crueldad absoluta siempre ha formado parte de la retórica de Trump.

Durante su primer mandato, el presidente habló repetidamente de su deseo de un muro fronterizo con un foso que pudiera llenarse de serpientes y caimanes, y se preguntó en voz alta por qué no se podía simplemente disparar a los migrantes.

La prisa con la que surgen estas instalaciones, al igual que sus nombres frívolos, también persigue un propósito mayor y más siniestro.

El ritmo vertiginoso deja poco tiempo para licitaciones competitivas que podrían ahorrar dinero a los contribuyentes. Hay mínimas oportunidades para el escrutinio o las audiencias.

La prisa también impulsa la necesidad de cumplir con las cuotas de arrestos, lo que obliga a los agentes a detener a quienes son fáciles de atrapar en lugar de a los “peores de los peores”. Como resultado, la mayoría de los inmigrantes detenidos no tienen antecedentes penales.

Trump tiene todo el derecho a construir nuevos centros de detención con fondos asignados por el Congreso para tal fin; la ley de inmigración estadounidense otorga a los presidentes un amplio margen de maniobra. Pero, por el bien de la dignidad y la credibilidad de este país, las instalaciones deberían prescindir de nombres absurdos y de oportunidades comerciales descabelladas.

Según la Ley de Inmigración y Nacionalidad, la detención es un proceso civil, no punitivo. Sin embargo, Alligator Alcatraz, que abrió sus puertas en tan solo 8 días, cuenta con jaulas de malla metálica, informes de inodoros desbordados y comida de mala calidad. Estas condiciones no serían toleradas por ningún administrador de prisiones federales del país.

En cambio, todas las instalaciones deberían cumplir con estrictos estándares de alojamiento, atención médica, alimentos nutritivos y agua potable, incluso a riesgo de ralentizar el proceso.

¿A qué velocidad avanza esta administración?

El gobernador de Nebraska, Jim Pillen, declaró en una conferencia de prensa el 19 de agosto que se había enterado de los planes de la administración apenas unos días antes.

“De hecho, nos pusimos en contacto con nuestros socios federales y les pedimos que tomaran un respiro y actuaran con calma”, dijo Pillen. “No sabíamos que esto podría convertirse en una realidad significativa hasta el viernes por la tarde”.

El senador estatal George Dungan III, demócrata, dijo en ese momento: “Estoy aprendiendo sobre esto como todos los demás, que es realmente sobre la marcha... Esta clase de decisiones se toman rápidamente y, aparentemente, sin consultar con la Legislatura”.

ICE debería reconsiderar su actitud de apresurarse.

Un juez federal de Florida acaba de dictar un fallo que ordena el desmantelamiento de Alligator Alcatraz y la expulsión de los reclusos en un plazo de 60 días, debido a la falta de una evaluación ambiental antes de construir en los sensibles Everglades.

“Moverse rápido y romper cosas” puede ser la vibra predominante en la administración Trump, pero esa esa falta de cuidado no es forma de tratar a los seres humanos.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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