Los demócratas siguen usando el populismo de manera equivocada

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Demócratas
Por David M. Drucker
07 de octubre, 2025 | 07:58 AM

Los demócratas tendrían que dejar de satanizar a los estadounidenses que ganan mucho dinero, si lo que quieren es ganar las elecciones. Pues resulta que los ansiados votantes de la clase trabajadora admiran a los ricos.

Esto no lo dice Donald Trump, nuestro a menudo vanidoso presidente multimillonario, ni los mordaces republicanos del Congreso. Esta aseveración es el reflejo de las encuestas y los datos de los grupos focales recabados por los operadores demócratas del Working Class Project (Proyecto Clase Trabajadora), una iniciativa del super PAC American Bridge 21st Century.

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Con el fin de ayudar a los demócratas a impulsar su debilitado apoyo entre los votantes de clase trabajadora, el Working Class Project puso a prueba mensajes contrapuestos como parte de un sondeo realizado a finales de agosto entre 3.000 votantes de esta clase social en 21 estados.

“El discurso sobre el trabajo duro y el interés porque las personas alcancen el éxito debe ser parte de los mensajes demócratas”, señala un memorándum difundido por la mencionada iniciativa. “Los votantes de la clase trabajadora nos han repetido en numerosas ocasiones que interpretan los ataques de los demócratas a la riqueza como un castigo al trabajo duro y al éxito”.

Cuando se les pidió que escogiesen el argumento económico más atractivo entre dos mensajes contrapuestos, el 52% prefirió “Arreglar la economía para que las personas que trabajan duro puedan permitirse salir adelante, no solo sobrevivir”, frente al 43% que prefirió “Arreglar la economía para que funcione para la clase trabajadora, en lugar de para las grandes compañías y los ricos”.

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También una mayoría de los independientes prefirió el primer mensaje, al igual que más del 50% de los votantes descritos como “persuasibles” y proclives a votar a favor de los demócratas en las elecciones de mitad de mandato de 2026.

Asimismo, el 53% prefería “un candidato que dice que las personas que trabajan duro en este país no solo deberían poder sobrevivir, sino también progresar, y que debemos ayudar a los ciudadanos de EE.UU. a aumentar sus ingresos y conservar una mayor parte de lo que ganan”.

En comparación, el 42% prefería “un candidato que dice que nuestra política está en crisis y que debemos reformar el sistema para que vuelva a funcionar para la gente común, con límites a los mandatos de los miembros del Congreso y eliminando el dinero oscuro de la política”.

El primer mensaje fue el ganador entre la mayoría de los demócratas, independientes, afroamericanos, hispanos y hombres de 50 años o menos.

Cabe destacar que el Working Class Project descubrió que solo una tercera parte de los votantes obreros cree que los demócratas quieren que la gente tenga éxito. Esto podría representar un problema importante para el Partido Demócrata: podría privarles de oportunidades en la contienda por el Congreso del próximo año y perjudicar a su candidato en la carrera por la Casa Blanca en 2028.

“El movimiento obrero es una cultura de aspiraciones”, afirmó Brad Todd, estratega republicano. “Creo que la izquierda académica lo concibe como resentido”.

Todd narró el atractivo de Trump para los votantes obreros como coautor del libro de 2018 The Great Revolt: Inside the Populist Coalition Reshaping American Politics (La gran revuelta: dentro de la coalición populista que está remodelando la política estadounidense).

“Desde una perspectiva de izquierda, la redistribución [de la riqueza] es la única respuesta posible, y eso significa que el éxito debe ser castigado”, añadió Todd. “Creo que los votantes de clase trabajadora, en general, desconfían de quienes están en la cima por aprovecharse del sistema. Pero, al mismo tiempo, creen que el sistema [capitalista] es el correcto”.

Sin duda, no todos los demócratas piensan así.

Además, la caída de los índices de aprobación de Trump en temas clave, como la economía, el comercio e incluso la inmigración, demuestra que hay muchas oportunidades para los demócratas en las próximas elecciones, si saben aprovecharlas. Pero el partido tiene una merecida reputación de mirar con recelo a los estadounidenses ricos y considerar sus ganancias financieras ilícitas.

Especialmente entre la creciente guardia de los socialdemócratas declarados, el mensaje económico del partido gira en torno a la idea de que los llamados “ricos” adquirieron su riqueza injustamente, y a expensas de la clase trabajadora (y, por cierto, de la clase media).

Solo gravando excesivamente a quienes más ganan y redistribuyendo su riqueza se puede ayudar a los estadounidenses de los estratos más bajos de la escala económica.

Los demócratas no podrían estar más equivocados, me dijo la científica social Joan C. Williams en una entrevista.

“Los demócratas se han enfrentado a un gran desafío a la hora de crear un mensaje culturalmente competente para llegar a la clase trabajadora”, afirmó Williams, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en San Francisco y autora de Outclassed: How The Left Lost The Working Class and How to Win Them Back (Superados: Cómo la izquierda perdió a la clase trabajadora y cómo recuperarla) .

“El trabajo duro es fundamental para el orgullo de la clase trabajadora. Están orgullosos de su trabajo duro. Nosotros, la gente adinerada, estamos orgullosos de nuestros trabajos adinerados. Pero ellos están orgullosos de su trabajo duro”.

Este consejo podría sonar extraño para los demócratas.

Después de todo, Trump ha triunfado políticamente porque ha logrado convertir en sus más firmes partidarios a muchos votantes de clase trabajadora que durante décadas apoyaron a los demócratas. Y lo hizo, en parte, afirmando que la cultura, la economía y la sociedad estadounidenses estaban injustamente manipuladas.

Por lo tanto, considerando que los demócratas son naturalmente propensos a la lucha de clases, no sorprende que respondieran al presidente intentando contrarrestar sus afirmaciones sobre nuestra economía supuestamente manipulada.

Pero, como me explicó Williams, los demócratas siguen malinterpretando qué es lo que atrae a los votantes obreros de Trump y su discurso.

Lo que los votantes de clase trabajadora escuchan de Trump es una crítica a las élites culturales y económicas de la sociedad estadounidense. Lo que escuchan es una promesa de crear igualdad de condiciones y, al hacerlo, darles la oportunidad de progresar económicamente. El populismo anti-ricos que promueven los demócratas simplemente no refleja eso.

“Despotricar contra los ricos no es una retórica antielitista eficaz”, explicó Williams.

“Muchos votantes de clase trabajadora sienten resentimiento hacia los profesionales, pero admiran a los ricos. No quieren ser como nosotros; eso significaría que tendrían que ser culturalmente completamente diferentes. Quieren ser como Trump: habla como un trabajador, en muchos sentidos actúa como un trabajador, solo que con un montón de dinero”.

Los demócratas podrían pensar que es abrumadoramente frustrante que tantos votantes hayan pasado por alto con tanta frecuencia las debilidades éticas y las aparentes inconsistencias de Trump.

Por ejemplo, este es un presidente que, al igual que los republicanos antes que él, ha impulsado algunos de los mayores recortes de impuestos federales de la historia, con una gran parte destinada a individuos y corporaciones adineradas. Pero la relación de Trump con la clase trabajadora es sólida porque habla su idioma cultural.

Los demócratas tal vez quieran intentarlo, si pueden.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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