Ken Griffin, de Citadel, considera que optar por el efectivo durante el caos bursátil de los primeros meses del gobierno de Trump puede haber sido mejor que aprovechar la volatilidad, según señaló a Bloomberg la semana pasada.
Por su parte, Steve Cohen, del fondo de cobertura rival Point72, asegura que todavía le preocupa que haya casi un 50% de probabilidades de que se produzca una recesión en EE.UU.
Estos son los sentimientos que inquietan a los líderes de la banca de inversión: un exceso de cautela en torno a la guerra comercial de Donald Trump puede desatar una importante caída de los ingresos de los intermediarios.
Trump dio un paso atrás después de que los mercados de renta variable y renta fija se vendieran bruscamente como reacción a sus planes arancelarios, y los inversionistas parecen más confiados en que hay límites para contenerle.
Desde su capitulación, las mesas de negociación se han mantenido activas a pesar de la falta de claridad sobre cuál será exactamente el final de la política comercial.
Este es un buen presagio para los beneficios de los más importantes bancos a mitad del segundo trimestre, y al mismo tiempo para las remuneraciones y perspectivas de empleo de sus operadores, aunque sus comisiones por asesorar en operaciones y captación de fondos continúen siendo mediocres.
JPMorgan Chase & Co. (JPM) ha venido disfrutando de una “buena volatilidad”, según manifestó su CEO, Jamie Dimon, a Bloomberg TV la semana pasada. Esto permite a los intermediarios obtener unos diferenciales de oferta y demanda adecuados, con los que pueden obtener mayores beneficios sin ahuyentar a los inversionistas.
“Esta “volatilidad” ha sido buena, puede que la siguiente vez no sea tan buena”, explicó Dimon.
A los banqueros les inquietaba que la sacudida de abril pudiera volver a los inversionistas ultradefensivos, llevándoles a establecer coberturas y mantenerse a la espera hasta que finalizara la guerra comercial. No lo hicieron a pesar de la constante incertidumbre sobre lo que Trump podría hacer a continuación.
La gran pregunta está cambiando de “¿qué podría salir mal?” a “¿qué podría salir bien?”, según Mike Mayo, analista bancario de Wells Fargo & Co. (WFC).
“El abanico de posibles resultados es extremadamente amplio, casi el más amplio sin una crisis financiera, pero hasta cierto punto hay más evidencia de un mayor control sobre las acciones del gobierno: los mercados de bonos”, afirma. “La situación pinta un poco mejor para los bancos que al final del primer trimestre”.
Los gestores de fondos siguen siendo cautelosos, pero principalmente por la posibilidad de verse sorprendidos por los cambios de política durante los fines de semana. Esto está impulsando un aumento inusual en el volumen de operaciones los viernes, y las comisiones que los bancos pueden cobrar por ello, según Bloomberg News.
También está contribuyendo a mantener las operaciones bursátiles al alza este año en general: el número de acciones negociadas cada semana es más de un tercio mayor en 2025 hasta la fecha que el promedio de los cuatro años anteriores.
Los primeros tres meses de 2025 ya generaron un gran aumento en los ingresos por operaciones bursátiles en Wall Street, y a principios de abril se registraron volúmenes aún mayores. Algunos días superaron en un 30% los picos previos alcanzados durante la pandemia de Covid-19, según declaró Sergio Ermotti, CEO de UBS Group AG, en la conferencia telefónica sobre resultados del mes pasado.
Mayo ha caído desde los máximos de abril hasta la fecha, pero el valor diario promedio se mantiene más alto que en el pasado.
Mientras tanto, en el mercado de bonos y divisas, abril registró niveles récord para el crédito corporativo con grado de inversión y los bonos del Tesoro.
“El volumen de negociación en acciones y FICC (por sus siglas en inglés, Corporación de Compensación de Renta Fija) debería impulsar los ingresos del segundo trimestre de los bancos de inversión globales”, según Alison Williams de Bloomberg Intelligence.

Estas son buenas noticias para las empresas que aún sufren una escasez de ofertas públicas iniciales, fusiones y adquisiciones, y otros servicios de asesoría. También son prometedoras para las bonificaciones de los operadores y los cazatalentos del sector.
Paul Sorbera, de la firma de reclutamiento Alliance Consulting, considera que muchas mesas de operaciones están obteniendo ganancias récord. “Cuando los bancos ganan dinero, gastan dinero y pagan a sus empleados”, afirma. “Hay mucha contratación”.
Aun así, las cosas podrían salir mal y no se descartan más sorpresas comerciales de la Casa Blanca. Muchos fondos de cobertura e instituciones aún no están convencidos de una dirección definitiva para las acciones o los bonos, y han sido los inversores minoristas individuales quienes han impulsado gran parte de la recuperación del mercado comprando durante las caídas.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha dejado claro que a la administración le importa menos el S&P 500 que el rendimiento de los bonos del Estado.
No obstante, esto ha llevado a algunos banqueros a creer que han identificado los puntos débiles que frenarán a Trump: el rendimiento del bono a 10 años, del 4,5%, y el del bono a 30 años, del 5%. Se cree que cualquier medida del presidente que impulse los bonos del Tesoro por encima de esos niveles pronto se revertirá.
A Trump le encanta causar sensación, así que quizá sorprenda a los mercados en algún momento. Por ahora, al menos, les está dando a los operadores de bancos de inversión el tipo de circo que les da éxito.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.
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