Eliminar el CO₂ que emitimos a la atmósfera y almacenarlo en la Tierra puede parecer una fantasía, pero está surgiendo toda una industria con ese objetivo. No obstante, hay un problema: ¿Quién compra?
Hasta el momento, se han comprado más de 13,5 millones de toneladas métricas de créditos de eliminación de dióxido de carbono (CDR por sus siglas en inglés), y solo el 4,7% de ellas se han entregado, lo que significa que el dióxido de carbono se ha eliminado y almacenado.
La razón es que la mayoría de las tecnologías CDR que se venden, desde el biocarbón y la captura directa del aire (DAC, por sus siglas en inglés) hasta la mejora de la alcalinidad de los océanos y el sumidero marino de biomasa, se encuentran todavía en fase de desarrollo o en las primeras fases de ampliación.
El problema es que en estos momentos no hay mucha demanda.
A pesar de que cientos de compradores figuran en CDR.fyi, una plataforma de datos abiertos que supervisa el mercado de las remociones, el 73% de las compras han sido realizadas por solo cuatro organismos: Microsoft Corp., Alphabet Inc., Airbus SE y Frontier, una apuesta de mercado anticipada de un grupo de empresas que incluye Shopify Inc. y Hennes & Mauritz AB.
Además, el número de nuevos compradores no crece con rapidez.

¿Por qué? Si su empresa busca establecer un objetivo climático, hay una organización a la que debe complacer: la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés).
Fundada en 2015, más de 10.000 empresas a nivel mundial se han comprometido a establecer objetivos de sostenibilidad utilizando los estándares de la organización, entre ellas McKinsey & Co., AP Moller-Maersk A/S y Nikon Corp.
Como organismo tan influyente, se ha culpado a SBTi de frenar la inversión en la eliminación de dióxido de carbono. Después de todo, las empresas no invertirán en nada que no les ayude a alcanzar sus objetivos según el estándar de SBTi, y con razón.
Quizás se pregunte si realmente existe un problema. Mientras emitamos alrededor de 40.000 millones de toneladas métricas de CO2 equivalente al año, su eliminación será más complicada y costosa que simplemente abandonar los combustibles fósiles. Estas eliminaciones cobrarán una gran importancia cuando queden emisiones residuales difíciles y costosas de eliminar.
Pero no se puede sacar una manzana de un árbol que no se ha plantado.
Muchos métodos de CDR requieren una infraestructura robusta, que hoy en día es prácticamente inexistente. La DAC y la Bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS, por sus siglas en inglés), por ejemplo, requieren grandes plantas y oleoductos para obtener y transportar el carbono hasta donde se almacenará a gran profundidad.
Otros enfrentan desafíos con el monitoreo y la verificación o la ampliación de las cadenas de suministro.
Para salvar la brecha entre el presente y la década de 2040, cuando es probable que la demanda aumente significativamente y la regulación gubernamental tenga mayor influencia, los desarrolladores han estado contando con un impulso del mundo corporativo.
La norma actual de la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia estipula que solo una vez que las empresas hayan alcanzado su objetivo de reducción de emisiones a largo plazo, deben neutralizar las emisiones residuales mediante la eliminación y el almacenamiento permanentes de CO2 de la atmósfera.
Esta postura, según los críticos, frena la mayor parte de la demanda de eliminación hasta al menos 2040 y, por lo tanto, no contribuye a escalar la industria a los niveles que necesitaremos entonces.
SBTi, al renovar su emblemático Estándar Corporativo Emisiones Netas Cero, publicó el 18 de marzo el primer borrador para consulta pública.
No ha adoptado una postura definitiva sobre la eliminación de carbono, pero ofrece tres opciones: exigir a las empresas que establezcan objetivos separados de eliminación a corto y largo plazo, además de los objetivos de reducción de emisiones, reconocer a las empresas que lo hagan, o permitirles la flexibilidad de abordar las emisiones sobrantes con medidas adicionales de reducción o eliminación.
Establecer objetivos separados para la eliminación de carbono y la reducción de emisiones es un paso positivo.
La eliminación del dióxido de carbono suele considerarse un riesgo moral, desviando la atención y los recursos del objetivo más importante: la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Por ello, estos objetivos diferenciados funcionan como una barrera de protección contra esta medida.
Los expertos del CDR no están contentos con que los cambios solo se apliquen a las emisiones directas, o de Alcance 1. De las 25 empresas con las mayores emisiones, solo dos se han comprometido a establecer un objetivo climático validado por SBTi, lo que significa que la demanda a corto plazo será insuficiente para ayudar a aumentar la absorción de carbono.
SBTi también ha dejado abiertas varias opciones para los umbrales de durabilidad, esencialmente, el tiempo que probablemente se almacenará el carbono eliminado, sugiriendo un aumento gradual de los requisitos de durabilidad o el principio de igualdad.
Este principio implica que las emisiones de combustibles fósiles, que permanecen en la atmósfera durante miles de años, deberían eliminarse y almacenarse permanentemente, mientras que otras emisiones, por ejemplo, las derivadas del cambio de uso del suelo, como la conversión de un área natural para la agricultura o la urbanización, podrían compensarse con absorciones basadas en la naturaleza, como la forestación. Esta debería ser la opción que SBTi elija.
SBTi también ha ignorado, en cierto modo, la capacidad de la eliminación de carbono para abordar las emisiones históricas. La norma incentiva a las empresas a ir más allá de sus objetivos basados en la ciencia, pero no ofrece ninguna justificación para ello.
Dado que aproximadamente dos tercios de las emisiones de combustibles fósiles y cemento añadidas a la atmósfera desde 1750 se atribuyen a tan solo 180 empresas (169 de las cuales siguen activas) , parece acertado añadir un requisito para abordar la contaminación pasada y reducir las emisiones futuras.
Si bien estas preguntas han quedado sin respuesta por ahora, el cambio ya está enviando una señal al mercado de que la absorción de carbono desempeñará un papel significativo, aunque limitado, en la lucha contra la crisis climática.
Las corporaciones y sus objetivos de sostenibilidad no serán decisivos para el éxito o el fracaso de la industria de la CDR, hay mucho trabajo por hacer en torno a la creación de confianza y la participación pública, pero podrían darle el impulso que necesita por ahora.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.
Lea más en Bloomberg.com