Olvídese de las exageraciones: así es como los “agentes” de IA le pueden ayudar realmente

Teclado
Por Parmy Olson
01 de febrero, 2025 | 11:44 AM

Los llamados agentes están considerados como la próxima gran novedad de la inteligencia artificial (IA) en este año. Y si nos atenemos a los titulares de prensa, es posible que piense que su empleo está en peligro. No lo está (al menos por el momento), pero es probable que algunos puestos administrativos sí lo estén.

OpenAI anunció la semana pasada su primera herramienta similar a un agente, denominada Operator, que ejecuta tareas en línea como navegar por un sitio en internet y pulsar botones, según informa la empresa.

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Pero esta idea no es única. Google, de Alphabet Inc. (GOOGL), Anthropic y Salesforce Inc. (CRM) han presentado plataformas para agentes, o sistemas de IA que pueden actuar de forma autónoma.

Imaginemos, por ejemplo, un bot de atención al cliente que no se limite a facilitar información, sino que además pueda concertar una cita o presentar una queja.

Este año, Mark Zuckerberg declaró que sustituirán a los ingenieros de software de nivel medio, y a comienzos de este mes, Axios informó de que una compañía tecnológica estaba preparando el lanzamiento de un software capaz de gestionar de forma autónoma tareas complicadas a un “nivel de doctorado”.

El entusiasmo en torno a los agentes de inteligencia artificial y sus capacidades ha alcanzado su punto álgido.

Si bien Silicon Valley sueña en grande, una pequeña startup de Londres llamada REKKI nos ofrece un anticipo más real de cómo estos agentes podrían transformar los negocios. Vende acceso a un bot llamado Claire, que tramita pedidos para proveedores de restaurantes.

Usando modelos de gran lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés) de proveedores como OpenAI y Anthropic, el software puede convertir mensajes de voz de los chefs a medianoche en datos estandarizados para los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) de un vendedor de alimentos.

Según Orat Benyamini, cofundadora y directora de operaciones de REKKI, el resultado es que un proveedor de vino ha cancelado sus planes de contratar a seis temporales durante las fiestas de fin de año de 2024, en tanto que otras empresas han disminuido sus equipos de procesamiento de pedidos de quince personas a solo tres o cuatro.

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“Cada vez vemos más proveedores con capacidad para hacer transiciones de personal, o sin necesidad de contratar”, explica. Asignar un nombre a estos agentes hace más fácil para los proveedores conceptualizar el retorno de su inversión. “Puede compararlo con el coste del salario de una persona”, añade Benyamini.

La startup cuenta con un segundo agente llamado Aileen, diseñado para respaldar el proceso de licitación de los restaurantes, escaneando una hoja de cálculo con, digamos, 800 ingredientes necesarios y comparando esos datos con un catálogo.

Y un tercer bot que se lanzará próximamente ayudará a los proveedores a aumentar sus ventas, escaneando los menús de los clientes potenciales y asesorándolos sobre qué ingredientes podrían venderse al restaurante.

Las empresas no tienen por qué esperar a que aparezcan agentes con un doctorado, ni siquiera al próximo gran avance de OpenAI. “Ahora se trata de ingeniería de software convencional, evaluación e iteración”, afirma Raza Habib, CEO de Humanloop, una startup de inteligencia artificial con sede en San Francisco.

También es más seguro mantener las tareas acotadas, cuando se sabe que los modelos de lenguaje grandes cometen errores. Si se combina el acceso a los datos de los clientes con la capacidad de tomar medidas, se obtiene un mayor riesgo, y no solo por cometer errores.

Uno de los primeros usos de los agentes de IA ha sido el envío de correos electrónicos de ventas personalizados.

El centro de San Francisco está actualmente repleto de vallas publicitarias que instan a las empresas a contratar a un “representante de ventas de IA”. Pero han tenido resultados dispares, según Habib: “Recibo tantos de estos mensajes (de ventas) ahora que no estoy seguro de si son enviados por humanos o no”.

La realidad es que los agentes de IA no serán genios que puedan realizar muchas tareas desde cero, sino que estarán altamente especializados en tareas repetitivas, en particular en aquellas en las que el riesgo de cometer un error no arruine el negocio.

“Mucho de lo que se dice sobre la IA y, en particular, sobre la ‘agenticidad’ es una fantasía”, afirma Matt Calkins, CEO de la firma de software empresarial Appian Corporation, una empresa que lleva años automatizando procesos para importantes bancos. “La IA no debería tomar grandes decisiones, sino realizar tareas específicas para las que está preparada, como parte de un equipo que apunta hacia un objetivo mayor”.

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A veces, la tecnología más poderosa no es la más ostentosa, sino la que hace el trabajo en silencio. (“Agentes secretos”, ¿alguien se imagina?).

Las empresas que esperan las herramientas de inteligencia artificial superinteligentes prometidas por OpenAI podrían perder una oportunidad más inmediata centrada en una automatización más específica. No se necesitan agentes con doctorado para procesar pedidos y manejar documentos rutinarios, pero por ahora, es más probable que delegar esas tareas en un software mejore los resultados.

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Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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