Recordatorio: el oro no es un activo libre de riesgo

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Lingotes de oro
Por Allison Schrager
10 de octubre, 2025 | 07:34 AM

La impresionante alza en los precios del oro nos recuerda lo primitivos que somos los seres humanos, en especial aquellos conocidos como operadores activos. Sin embargo, esta subida también debería servirnos para recordar la importancia de utilizar las partes más evolucionadas de nuestro cerebro.

Hay que considerar que no existe ninguna razón lógica para que el oro, que ha aumentado un 50% este año y llegó a los US$4.000 la onza este semana, sea intrínsecamente valioso. Su cotización tiende a subir cuando el mundo se muestra incierto, ya que se supone que es un “refugio seguro” (alerta de redundancia) como alternativa al dólar.

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Sin embargo, ¿por qué el oro tiene este estatus?

Con un dólar se pueden adquirir productos. El mercado de valores permite adquirir participaciones en empresas rentables. Un bono promete una serie de pagos. ¿Qué ofrece el oro?

Tiene ciertos usos industriales, pero su principal atractivo parece ser que es brillante y escaso. Cuando los tiempos son inciertos, las partes más primitivas de nuestro cerebro hallan estas cualidades irresistibles.

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Deberíamos resistir este impulso. El oro no es un activo seguro. Como cualquier otra materia prima, sus precios son sumamente volátiles. Y lo único que aporta a una cartera es el riesgo.

Para ser justos, los inversionistas también se inclinan por el oro a causa de su larga historia como divisa. Cuando parece que el gran experimento económico moderno, los mercados, la deuda segura y las monedas fiduciarias, podrían fracasar, o sencillamente complicarse, se produce una tendencia natural a recurrir al valor refugio original: el oro.

Oro

Y sin duda, el oro ha tenido un buen rendimiento durante los últimos sesenta años, inclusive en comparación con el índice S&P 500 y, sobre todo, con los bonos del Tesoro a 10 años. No obstante, no está en absoluto libre de riesgos. Su precio es extremadamente volátil, y los inversores han recibido buenos rendimientos precisamente por aceptar ese riesgo.

El oro ni siquiera ofrece una cobertura consistente.

Es cierto que, en algunos mercados, el oro puede superar a las acciones y, a veces, presenta una correlación negativa con ellas. Pero eso no significa que sea un activo más estable. Si los mercados cambian, no hay garantía de que el oro mantenga su valor. Durante una de las peores crisis financieras de 2008, el precio del oro cayó un 6%.

Tal vez, como suelen decir los inversores, esta vez sea diferente. Después de todo, hay buenas razones para estar nerviosos por los mercados en este momento.

A diferencia de 2008, la inflación es una seria preocupación en EE.UU.: hay indicios de que podría aumentar justo cuando la Reserva Federal ha iniciado un ciclo de recortes de tasas. Eso podría empeorar la inflación.

Dadas estas renovadas preocupaciones sobre la inflación y el compromiso bipartidista con un futuro de alto endeudamiento para Estados Unidos, las perspectivas para los bonos también están lejos de estar exentas de riesgos.

Es cierto que, en los últimos 60 años, nada ha superado a los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años (excepto los bonos de menor duración) para los inversores que buscan una rentabilidad estable y segura. Pero quizá esto no sea así por mucho más tiempo.

Mientras tanto, el mercado bursátil también se ve efervescente, con inversores e incluso el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, especulando con que las acciones están caras y que podría haber una corrección. Y ni hablar de las criptomonedas.

Pero una vez más, nada de esto hace del oro una alternativa de bajo riesgo.

Invertir en oro está bien si te gusta especular y crees que seguirá subiendo. Pero cuando se argumenta que “es un activo de bajo riesgo que además supera al mercado”, me permito mostrarme escéptica. Ambas cosas no pueden ser ciertas. Y cualquier inversor que piense que sí lo son, sin duda se llevará una decepción.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial de Bloomberg LP y sus propietarios.

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