Bloomberg — Las tensiones geopolíticas y una serie de elecciones en todo el mundo están aumentando el riesgo de que los inversores se vean sacudidos por sorpresas negativas y pongan en peligro la estabilidad financiera, advirtió el Banco Central Europeo.
Hasta ahora, los mercados han adoptado una actitud relajada ante tales amenazas, lo que les expone a cambios repentinos de sentimiento en caso de que se produzcan sacudidas, señaló el Banco Central en su Informe semestral sobre la estabilidad financiera, publicado el jueves. También advirtió de que las votaciones nacionales y de la Unión Europea aumentan la incertidumbre sobre la trayectoria de las finanzas públicas.
“El margen para sorpresas económicas y financieras adversas es elevado y, en consecuencia, las perspectivas de riesgo para la estabilidad financiera de la zona del euro siguen siendo frágiles”, dijo el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en el informe. “El sentimiento puede cambiar rápidamente, sobre todo teniendo en cuenta el entorno geopolítico y la fijación de precios a la baja, que crea la posibilidad de grandes reacciones del mercado ante noticias decepcionantes”.
Los peligros mundiales no han hecho más que aumentar desde que Rusia invadió Ucrania en la frontera de la zona del euro en 2022, y Oriente Medio representa el último punto caliente. Las elecciones -incluido el intento de Donald Trump de volver a la Casa Blanca en noviembre y las elecciones al Parlamento Europeo el mes que viene- añaden aún más incertidumbre a la mezcla.
A pesar de este telón de fondo, las posibilidades de un aterrizaje suave en Europa han aumentado, a medida que la inflación se acerca al 2% sin que se produzca una recesión profunda ni un repunte del desempleo. La Comisión Europea pronosticó el miércoles que el crecimiento de los precios se moderará más rápidamente de lo previsto, mientras que las perspectivas de recuperación económica se mantendrán intactas.
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Según el BCE, esto significa que las amenazas generales a la estabilidad financiera han disminuido en comparación con el último informe de hace seis meses. Añadió, sin embargo, que los interrogantes sobre las políticas gubernamentales y las condiciones económicas siguen siendo elevados.
Esto se refleja en las opiniones sobre la trayectoria de las tasas de interés del BCE. Los funcionarios no se han atrevido a comprometerse a mucho más allá de un muy probable primer recorte en junio, citando la necesidad de seguir dependiendo de los datos entrantes.
“La volatilidad en los mercados financieros podría aumentar significativamente, en caso de que la inflación se desviara sustancialmente de las expectativas de consenso, si el crecimiento económico se debilitara o si los conflictos geopolíticos se intensificaran aún más”, advirtió el BCE.
Otra preocupación son las finanzas públicas. Según las previsiones de la Comisión, los déficits presupuestarios, que aumentaron significativamente debido a la pandemia y a las ayudas energéticas, no se están reduciendo tan rápidamente como se pensaba.
Aunque actualmente disfrutan de unas condiciones relativamente benignas en los mercados financieros, los elevados niveles de deuda están dejando a los gobiernos vulnerables a los choques externos si exigen un aumento del gasto, según el BCE. Por otra parte, los profundos problemas económicos de la zona euro complican la tarea de hacer frente a estas cargas.
“Los obstáculos estructurales al crecimiento potencial, como la debilidad de la productividad, están suscitando inquietud acerca de la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, haciendo que las finanzas públicas sean más vulnerables a perturbaciones adversas y elevando los riesgos para las perspectivas de estabilidad financiera”, señaló el BCE.
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También advirtió de que las restrictivas condiciones financieras están poniendo a prueba a los hogares y a las empresas, que hasta ahora han resistido el aumento de los costes de endeudamiento.
“Esto no debería ser motivo de complacencia, ya que persisten focos de vulnerabilidad”, afirmó Guindos. El BCE está especialmente preocupado por los hogares con menores ingresos y las empresas con menor calificación crediticia.
Estos retos se ven agravados por las recientes turbulencias en el sector inmobiliario, dijo el BCE, aunque espera que la desaceleración “siga siendo ordenada”.
En un tono más positivo, el BCE señaló que, aunque las insolvencias empresariales han aumentado por encima de los niveles anteriores a la pandemia en varios países, “los impagos y las tasas de morosidad se han mantenido relativamente bajos”.
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