Bloomberg — Una tensión latente en la industria de las criptomonedas resurgió después de que el presidente Donald Trump firmara una orden largamente esperada para crear una reserva estratégica de bitcoines y una reserva adicional de otros activos digitales.
Incluso cuando los ejecutivos de criptomonedas publicaron efusivas publicaciones en las redes sociales elogiando la medida, el bitcoin cayó hasta un 5,7%. El mayor activo digital redujo las pérdidas a alrededor del 3,2% a US$86.946 a mediodía en Singapur.
Otros cuatro tokens digitales que habían sido destacados previamente por Trump —Ether, XRP, Cardano y Solana— cayeron al menos un 3%.
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Si bien la creación de la reserva específica de Bitcoin cumple una promesa que Trump hizo en la campaña electoral, los detalles no estuvieron a la altura de las expectativas del sector.
La orden, compartida inicialmente como una publicación en X por el zar de las criptomonedas de la Casa Blanca, David Sacks, indicaba que el gobierno no utilizaría el dinero de los contribuyentes para financiar una reserva estratégica del mayor activo digital.
En su lugar, la reserva se capitalizaría con bitcoines que ya poseyera el gobierno federal. Cualquier adquisición adicional requeriría “estrategias neutrales para el presupuesto para adquirir bitcoines adicionales, siempre que esas estrategias no impongan costes incrementales a los contribuyentes estadounidenses”, decía la orden.
Según la orden, Estados Unidos tampoco venderá los bitcoines depositados en la reserva.
Stefan von Haenisch, director de operaciones extrabursátiles en Asia-Pacífico de la empresa de custodia de criptomonedas Bitgo Inc, dijo que la posible falta de nuevas compras estaba afectando al mercado.
“Antes, los inversores se lanzaban al mercado anticipándose a que el gobierno comprara bitcoines. Con este último acontecimiento, estas posiciones se están deshaciendo”, dijo.
Las estipulaciones en torno a la reserva de no-Bitcoin fueron aún más estrictas.
Según la orden, el gobierno no adquiriría criptoactivos adicionales para la reserva “más allá de los obtenidos a través de procedimientos de decomiso”.
Y a diferencia del requisito de no vender ningún bitcoin, la orden señalaba explícitamente que el Tesoro “puede determinar estrategias para una administración responsable, incluidas posibles ventas” de la reserva.
En la actualidad, Estados Unidos posee alrededor de US$16.400 millones en bitcoin y alrededor de US$400 millones en otros siete tokens, en gran parte atribuibles a decomisos de activos relacionados con casos civiles y penales.
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La orden llega justo antes de una reunión de ejecutivos de criptomonedas en Washington D.C.: unas dos docenas de representantes de empresas, entre ellas Coinbase Global Inc. (COIN) y Robinhood Markets Inc. (HOOD), se dirigen a la Casa Blanca para reunirse con Trump y Sacks.
“La importancia de esta orden ejecutiva es principalmente simbólica, ya que marca la primera vez que el bitcoin se reconoce formalmente como un activo de reserva del gobierno de los Estados Unidos”, dijo Andrew O’Neill, director general de activos digitales de S&P Global Ratings.
Fortunas divergentes
La promesa de campaña de Trump de crear una reserva estratégica de bitcoins fue una de las muchas promesas diseñadas para atraer a una industria que ha surgido como fuente de importantes donaciones políticas.
Esa promesa, además de su promesa de despedir a Gary Gensler de su entonces cargo como presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU., ayudó a impulsar una subida de los precios de las criptomonedas antes de su toma de posesión.
Pero la confianza en el mercado se volvió negativa en febrero cuando los inversores reaccionaron a las noticias sobre los aranceles, un ciberataque a las criptomonedas de US$1.500 millones y las salidas de los ETF de activos digitales.
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Entonces, Trump provocó un repunte intenso pero efímero durante el fin de semana cuando dijo en Truth Social que Solana (SOL), Cardano (ADA) y XRP se incluirían en los planes del gobierno junto con Bitcoin y Ether.
Los defensores de Bitcoin reaccionaron con consternación al anuncio en las redes sociales en ese momento, criticando los méritos de los otros tokens menos establecidos.
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