Brasil se puede posicionar como un jugador cada vez más relevante para el suministro de materias primas estratégicas en medio de la guerra comercial mundial debido a su alto potencial en la producción de tierras raras, un grupo de elementos químicos que sirven para fabricar productos clave en la industria tecnológica y de seguridad.
Estos elementos se convirtieron en una joya codiciada ante la carrera tecnológica y la transición energética, lo que abre una ventana de oportunidad para el gigante sudamericano, que cuenta con poderosos jugadores como la minera brasileña Serra Verde Group.
Serra Verde, basada el estado de Goiás, está impulsando la producción de esas materias primas y prevé entregar 5.000 toneladas de óxido de tierras raras anualmente en 2026, según informó Bloomberg. La empresa prevé que la demanda de sus productos aumentará un 8,5% anual hasta 2035, lo que impulsaría el balance de la empresa.
“Convertirse en un proveedor global de materias primas -sumando las tierras raras al conjunto de productos que ya se exportan- se vuelve un punto crucial para la economía brasileña, es decir, ser un suministrador global de commodities e importador de productos con mayor valor agregado”, dijo Francisco Américo Cassano, profesor y consultor en Brasil.
El gigante sudamericano es el segundo país con mayores reservas de tierras raras en el mundo, equivalente a unas 21 millones de toneladas en 2024, siendo superado solo por China, que posee 44 millones, de acuerdo a información del Servicio Geológico de Estados Unidos, citadas por Statista.
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Después le siguen India (6,9 millones), Australia (5,7 millones), Rusia (3,8 millones), Vietnam (3,5 millones) y EE.UU. (1,9 millones).
En Latinoamérica y el Caribe, otros productores importantes de tierras raras son Chile, seguido por Argentina, Perú y República Dominicana.
Alexander Londoño, analista de Mercados en la firma ActivTrades, explica que “América Latina en realidad apenas está empezando a explorar el potencial que tienen las tierras raras, pero la inversión vale la pena a largo plazo, ya que son los materiales que más se van a usar a futuro”.
Explica que si bien América Latina tiene una gran oportunidad de diversificarse y aprovechar la demanda por las tierras raras, la explotación de dichos elementos también depende mucho de la voluntad de los gobiernos de la región y del impacto ambiental que dicha minería pueda tener sobre el medioambiente.
Según el analista Londoño, precisamente uno de los retos de las empresas mineras es la conservación del medioambiente, ya que se requiere alterar ecosistemas para poder obtener las tierras raras.
Adicionalmente, se requiere de una gran inversión en maquinaria, conocimiento y experiencia para la obtención de las tierras raras.
Aparte de las tierras raras, en América Latina también está aumentando la producción de otros elementos como el cobalto, el litio, el manganeso y el silicio.
Aunque esos elementos no son considerados tierras raras, también son muy usados en las nuevas tecnologías.
El cobalto es usado en las baterías recargables junto con el litio y Brasil es también uno de los principales productores en la región, junto con Chile y Cuba. El litio también está siendo producido en Chile, Argentina y Bolivia.
La importancia de las tierras raras en la industria

La importancia de las tierras raras radica en que se necesitan para múltiples aplicaciones en tecnología, ya sea para dispositivos móviles, carros eléctricos, energías renovables, telecomunicaciones o computación.
Por ejemplo, el iterbio se usa en los cables de fibra óptica y en láser. El tulio también se usa en láser quirúrgicos y máquinas de rayos x. El neodimio se usa en los magnetos para impulsar motores eléctricos y turbinas. Y el europio, el terbio y el itrio se usan en las pantallas de dispositivos y televisores.
Según Cassano, este grupo de elementos químicos recibe esta denominación debido a la complejidad de separar los óxidos de tierras raras de su elemento químico principal, el oxígeno.
De esta manera, las tierras raras, aunque estén generalmente disponibles en la naturaleza, siguen recibiendo esta denominación debido a la dificultad de su extracción y procesamiento.
En comparación con otros minerales, especialmente el hierro, las tierras raras son más competitivas y su demanda ha aumentado principalmente en las industrias electrónica y aeroespacial, además de tener aplicaciones en tecnologías de punta y, sobre todo, en la generación de energía limpia.
El analista financiero Gregorio Gandini dice a Bloomberg Línea que la perspectiva apunta a un aumento en el precio de las tierras raras a medida que crece la demanda de estos en medio de la carrera tecnológica.
Un ejemplo es el óxido de lantano, que además de tener aplicaciones en la industria farmacéutica, se utiliza en la fabricación de vidrio óptico y en ciertos catalizadores. Actualmente, se negocia en la Bolsa de Metales de Shanghái a un promedio de US$550 por tonelada métrica, pero se espera que su precio alcance los US$1.100 hacia 2030, según Gandini.
En el caso de Brasil, considera que esto podría incentivar un aumento en la extracción; sin embargo, considera importante tener en cuenta el efecto ambiental que pueda tener, en especial en lo relacionado con la Amazonía.
Brasil puede aprovechar mejor su potencial

Según el académico Américo Cassano, llama la atención que Brasil no aproveche el potencial que tiene en tierras raras para su aplicación directa en industrias y proyectos tecnológicos locales. “Este desaprovechamiento del potencial local para el desarrollo tecnológico exige una reflexión por parte de las autoridades, especialmente las educativas”.
A su juicio, Brasil tiene la oportunidad de utilizar mejor los recursos para formar científicos capaces de generar conocimiento/tecnología destinados al uso local, y no para exportar cerebros a países más avanzados en esta área.
En Brasil, se han identificado importantes reservas de tierras raras y ya existen proyectos para su producción y exportación en firme, con el objetivo de aprovechar el momento de turbulencia en el comercio internacional y la búsqueda de cadenas de suministro que desean contar con proveedores confiables.
En enero pasado, por ejemplo, la minera saudí Ma’aden anunció una inversión de unos R$8.000 millones (US$1.408 millones) en la exploración de minerales en Brasil, según informó el ministro brasileño de Minas y Energía, Alexandre Silveira.
El funcionario recalcó la opción de explorar alianzas con Medio Oriente para optimizar el procesamiento de minerales estratégicos, incluyendo las tierras raras.
Carrera global por las tierras raras
En medio de la guerra comercial, las tierras raras vuelven a estar en el centro del pulso entre EE.UU. y China, que controla el 61 % de la producción mundial de estos elementos, de acuerdo a cifras de la Agencia Internacional de la Energía.
“Una de las batallas que se está librando en la guerra comercial entre Estados Unidos y China es por las tierras raras y América Latina podría aprovechar el momento para ampliar su producción y mercados de esos elementos”, dijo Alexander Londoño, de ActivTrades.
A mediados de este mes, Trump anunció una investigación sobre la necesidad de aplicar aranceles a los minerales críticos, incluyendo las tierras raras, que el gobierno de EE.UU. considera “bloques de construcción de la base industrial de defensa”.
EE.UU. depende de las importaciones de al menos 15 minerales críticos. Según cifras compiladas por Bloomberg, un 70 % de las importaciones de tierras raras proceden de China.
Ante el control casi absoluto de ese mercado por parte de China, en marzo Trump firmó una orden ejecutiva para impulsar la explotación nacional de minerales críticos y tierras raras.
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