Bloomberg Línea — Los riesgos para la estabilidad financiera mundial han “aumentado considerablemente” ante el endurecimiento de las condiciones financieras y la mayor incertidumbre geopolítica y en torno al comercio, concluyó un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Informe de Estabilidad Financiera Global señala que el aumento de los riesgos se evidencia con una elevada volatilidad de los precios de los activos en medio de la guerra arancelaria.
“Tras la serie de anuncios sobre los aranceles realizados por Estados Unidos desde febrero, se ha registrado un notable reajuste de los precios de los activos de riesgo que se aceleró después de que el pasado 2 de abril se desvelaran planes para aplicar aranceles mayores de lo que se había previsto”, señala el FMI.
El documento, presentado en el marco de las reuniones del organismo en Washington, se refiere al aumento “de forma generalizada” de la volatilidad en los mercados que golpeó a las acciones, bonos y monedas. “Las respuestas de otros países amplificaron aún más la incertidumbre”, señala.
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Precisamente, las implicaciones de la guerra comercial estuvieron entre los motivos para que el FMI recortara su proyección de crecimiento global para este año al 2,8 %, la expansión más lenta del PIB desde la pandemia de COVID-19 en 2020 y la segunda peor cifra desde 2009, según su informe actualizado del martes.
Asimismo, redujo su estimación para el próximo año al 3%, una caída de 0,3 puntos porcentuales.
El FMI también recortó su previsión del crecimiento para Latinoamérica y el Caribe en 2025 desde el 2,5% al 2% en medio de la guerra comercial que podría tener efectos directos en el comercio regional, golpeando con más fuerza a países como México.
En este contexto, y según el modelo del FMI, los riesgos macrofinancieros perjudiciales para el crecimiento han aumentado significativamente.
En medio de la guerra comercial, Trump aumentó los gravámenes hasta un 145% a las importaciones de productos chinos, lo que llevó a Pekín a contraatacar con aranceles del 125% a Estados Unidos.
Los choques de las dos potencias podrían tener consecuencias en su crecimiento, de acuerdo a las estimaciones del FMI.
En su informe, señaló que Estados Unidos crecería un 1,8% en 2025 y un 1,7 % en 2026, recortando sus proyecciones anteriores en 0,9 y 0,4 puntos, respectivamente.
En el caso de China, se anticipa un crecimiento de 4% tanto en 2025 como en 2026, con rebajas de 0,6 y 0,5 puntos porcentuales frente a los pronósticos previos.
El FMI cree que los riesgos actuales en la estabilidad financiera mundial pueden “amplificar los shocks y desencadenar un endurecimiento repentino de las condiciones financieras, agravando las desaceleraciones económicas con costos económicos adicionales que podrían ser cuantiosos”.
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Los riesgos para la estabilidad financiera mundial

El panorama financiero enfrentaría tres riesgos clave en el contexto actual marcado por la incertidumbre económica.
El primero de ellos tiene que ver con las valoraciones aún elevadas en acciones y bonos corporativos, pese a las recientes turbulencias en los mercados.
Si las perspectivas se deterioraran, esto podría derivar en mayores reajustes de las valoraciones.
Los movimientos a la baja de los precios de los activos podrían afectar considerablemente a los mercados emergentes.
“Sus monedas y los precios de sus activos ya se han depreciado por el debilitamiento de las perspectivas de crecimiento”, según el FMI.
En segundo lugar, se refiere a los riesgos para ciertas instituciones financieras fuertemente apalancadas y su nexo con los sistemas bancarios.
Y por último, a los riesgos de turbulencia en los mercados y las dificultades a las que se enfrentan las entidades soberanas muy endeudadas para mantener la sostenibilidad de la deuda.
Para enfrentar los riesgos financieros que pueden surgir por tensiones geopolíticas, recomienda a las instituciones financieras y a los reguladores reforzar las pruebas de tensión con el fin de detectar, cuantificar y gestionar los riesgos geopolíticos.
A su vez, los países emergentes y en desarrollo deben seguir fortaleciendo sus mercados financieros y mantener márgenes fiscales y reservas suficientes para enfrentar posibles crisis.
Entre otras medidas, considera clave reforzar las políticas para mitigar el apalancamiento no bancario y otras vulnerabilidades, así como fortalecer los marcos regulatorios prudenciales.
Los países con pocas reservas deberían usar herramientas macroprudenciales para aumentar la resiliencia sin endurecer demasiado las condiciones financieras. Y si la actividad económica se debilita, se pueden usar colchones de capital para que los bancos puedan absorber las pérdidas y apoyar el suministro de crédito a la economía.
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