Bloomberg Línea — Si la economía mundial se divide en dos bloques por la disputa entre EE.UU. y China, el impacto en el PIB global podría ser mayor que el de la crisis financiera de 2008-2009, advirtió la directora general adjunta de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Johanna Hill.
La fragmentación del comercio mundial en dos bloques, integrados por China y EE.UU. como fuerzas antagónicas, podría generar un retroceso en la economía mundial equiparable al que se produjo a comienzos de este siglo por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y la crisis de las hipotecas subprime.
“Existe una preocupación de que si se crearan dos bloques comerciales, el impacto sobre el PIB mundial sería importante, posiblemente mayor que el que se sintió en la crisis financiera del 2008-2009”, dijo en exclusiva Hill en entrevista con Bloomberg Línea. “Y los que más sentirían ese impacto, tal vez a doble dígito, serían los países menos desarrollados”.
La guerra mundial ha alterado las proyecciones de crecimiento del comercio global de bienes y servicios.
“Creemos que la previsibilidad y la estabilidad de las relaciones comerciales son importantes”, dijo Hill, de origen salvadoreño. “No debemos menospreciar el tema de la incertidumbre que pueden causar los cambios en las políticas comerciales y cómo eso puede afectar a los actores económicos”.
La OMC proyectaba un crecimiento cercano al 3% a comienzos de año para el comercio global de bienes y servicios.

En abril pasado, ajustó a la baja las previsiones al -0,2% en medio del aumento de los temores por la guerra arancelaria del presidente Donald Trump.
Ya en agosto pasado, con las negociaciones de los gobiernos que llevaron a EE.UU. a ajustar las tarifas adoptadas, la proyección de crecimiento de la OMC para el comercio global de mercancías se ajustó a un 0,9% en 2025.
“En el primer semestre, vimos un aumento en las exportaciones hacia Estados Unidos, posiblemente para anticiparse a la entrada en vigor de los aranceles, lo que ayudó a mejorar las cifras hacia final del año”, manifestó la directora General Adjunta de la OMC.
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Sin embargo, “sí vemos que los aranceles van a tener un impacto adicional sobre el comercio y eso reducirá la proyección de crecimiento del volumen comercial para 2026: de un 2,5% inicialmente previsto, ahora se ajusta a 1,8%”.
Según las proyecciones actuales, este año no se prevé un impacto importante en los flujos marítimos del Medio Oriente y el Norte de África, a diferencia de lo ocurrido el año pasado.
El cambio climático y su adaptación es considerado uno de los principales desafíos para el comercio global en los próximos años.
Para Sudamérica, la OMC prevé que las exportaciones de bienes crezcan solo un 0,6% en 2025 y un 0,9% en 2026, según se desprenden de sus proyecciones regionales de abril, las últimas disponibles.
En octubre próximo, los economistas de la OMC divulgarán una actualización de las previsiones del crecimiento global del comercio de bienes y servicios.
La amenaza del proteccionismo comercial

La guerra comercial entre EE.UU. y China ha alterado las reglas del intercambio global.
A principios de año, el 80% del comercio mundial de bienes se regía por las normas de “nación más favorecida” de la OMC. Tras los aranceles aplicados en abril, este porcentaje ha disminuido al 72%, según Johanna Hill.
A pesar de esta reducción, señala que casi tres cuartas partes del comercio global siguen operando bajo las reglas de la OMC.
En su opinión, la principal razón por la que el sistema comercial no ha sufrido un daño más grave es la respuesta de los países, que se ha basado en las normas de la OMC.
La prioridad ha sido el diálogo en lugar de una escalada agresiva de aranceles, considera ese organismo.
Esta estrategia ha evitado una guerra comercial descontrolada y ha mantenido el sistema relativamente estable.
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Según Hill, las tensiones en el sistema del comercio mundial son una oportunidad para examinar qué se puede hacer para identificar los problemas.
Explica que la apertura y un sistema comercial predecible han sido clave para sacar a millones de la pobreza, en tanto que el sector es un motor de desarrollo y bienestar.
En Ginebra, contó la directora general adjunta de la Organización Mundial del Comercio, ya se inició un proceso para identificar áreas prioritarias de reforma y reposicionamiento del sistema comercial.
El objetivo es elevar estas discusiones al nivel ministerial en la conferencia prevista para marzo del próximo año y comenzar a construir soluciones.
Cuestionada sobre el rol de EE.UU. y la responsabilidad de estas potencias económicas en las alteraciones generadas al comercio, Johanna Hill dijo que en la secretaría de la OMC no valoran las medidas de los miembros, recordando que existen procedimientos para resolver diferencias.
Explicó que la OMC ha insistido en la importancia de escuchar, entender las preocupaciones y fomentar el diálogo.
“Muchas de estas preocupaciones no se vieron en el corto plazo, vienen de algún tiempo. Algunos temas que en el sistema multilateral de comercio se vienen gestando tienen que tener una solución”, dijo Hill.
Mayor integración de las cadenas

Desde hace unos años, la organización ha estado promoviendo la idea de una globalización 2.0.
El objetivo de esta nueva globalización es incluir a más personas, zonas y países en las cadenas de valor y en los beneficios del sistema de comercio multilateral.
“Si esta situación lleva a que más países, más sectores y más grupos participen dentro de los beneficios del comercio mundial, creemos que eso podría ser algo positivo”, comentó Hill.
En su opinión, la coyuntura actual “es una gran oportunidad, un gran momento para pensar en la integración económica regional, hacer las profundizaciones (...)”.
“Se puede lograr todavía afianzar más las reformas, aumentar la productividad, bajar costos de comercio y lograr una competitividad mayor”, dijo Hill.
Según la OMC, la exportación de servicios es el segmento que más está creciendo en la última década en materia del comercio mundial y ofrece una mayor oportunidad para regiones como Latinoamérica.
Las exportaciones de servicios comerciales de América Latina y el Caribe aumentaron casi tres veces entre el 2005 al 2024.
De acuerdo a la directora general de la OMC, hay países que se están desarrollando muy bien en esa área como Brasil, México, Costa Rica y Argentina.
La OMC identificó cinco retos principales para aprovechar este potencial que van desde mejorar la estadística y el mapeo de regulaciones, adoptar un enfoque competitivo para identificar sectores de especialización, especializar las agencias de promoción de exportaciones en servicios y aprender de los casos de éxito de otros países.
“Creemos que el tema competitividad, bajar los costos del comercio y buscar mayor valor agregado son importantes en el mediano plazo (en Latinoamérica y el Caribe). Así que cualquier programa o proyecto que vaya en ese sentido es muy importante”, manifestó Hill. “Definitivamente, la diversificación tanto de destino como de canasta son importantes, al igual que poder entrar siempre a una producción con mayor valor agregado”.
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