Bloomberg Línea — La reciente escalada militar entre Israel e Irán, que alcanzó su punto más crítico el 22 de junio con ataques estadounidenses a tres instalaciones nucleares iraníes, ha reconfigurado temporalmente el mapa de riesgos geopolíticos globales.
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Pese a la gravedad del conflicto y su potencial para desencadenar una crisis energética internacional, Wells Fargo Economics sostiene que el impacto económico global seguirá siendo contenido, gracias a la frágil, pero vigente tregua alcanzada entre ambos países.
Según el análisis firmado por Azhin Abdulkarim, analista económico, y Brendan McKenna, economista internacional de Wells Fargo, el conflicto no ha sido lo suficientemente disruptivo como para alterar las dinámicas macroeconómicas globales.
“Mantenemos nuestra visión de que las perspectivas de crecimiento global están mejorando”, señala el informe, que reafirma una proyección de expansión del PIB mundial del 2,7% para 2025.

Este escenario base asume que, aunque el cese al fuego actual es frágil y podría quebrarse, el conflicto permanece contenido y no escala hacia un enfrentamiento regional de gran envergadura.
Un conflicto sin efectos significativos
La clave para evitar una disrupción mayor ha sido que Irán no cerró el Estrecho de Ormuz, ni atacó la infraestructura clave de Estados Unidos. Además, la diplomacia internacional ha logrado, al menos por ahora, contener una escalada directa que hubiera puesto en riesgo el suministro energético global.
Bajo estas condiciones, los precios del petróleo, que inicialmente repuntaron con fuerza, han regresado a niveles previos al conflicto. Así, los bancos centrales no enfrentan presiones adicionales para modificar sus trayectorias de política monetaria, y el contexto financiero global permanece estable.
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Wells Fargo caracteriza el actual entorno como geopolíticamente significativo, pero no como un punto de inflexión económico. La tregua, aunque precaria, basta para evitar disrupciones en los flujos comerciales y energéticos, y mantiene ancladas las expectativas de inflación.
En el plano cambiario, el informe destaca que el dólar estadounidense podría depreciarse de forma moderada hacia finales de 2025, a medida que mejora el apetito global por riesgo, se reducen las primas geopolíticas y se amplían los diferenciales de tasas de interés en favor de economías emergentes.
El análisis también contempla dos escenarios alternativos. En el caso de una escalada militar, donde Irán cierre el Estrecho de Ormuz o ataque infraestructura energética clave, los precios del petróleo se dispararían, impulsando la inflación global y reduciendo el crecimiento económico hasta el 2,5%.

Por el contrario, un alto al fuego prolongado y una distensión sostenida en Medio Oriente permitirían un crecimiento más robusto, cercano al 3,0%, junto a un entorno financiero más relajado y políticas monetarias más expansivas, especialmente en mercados emergentes.
En conclusión, aunque el conflicto entre Israel e Irán ha elevado el perfil geopolítico de Medio Oriente, Wells Fargo considera que sus implicancias económicas globales siguen siendo acotadas.
La estabilidad del escenario base dependerá en gran medida de que la tregua actual se mantenga, aunque frágil, y de que la región no sufra nuevas interrupciones críticas que alteren los flujos energéticos o el sentimiento de los mercados internacionales.