Bloomberg Línea — En la cúspide de la comida gourmet, la llamada sexta gama, se encuentran platos únicos y exclusivos, presentados como obras de arte culinarias con productos de primera calidad.
¿Alguna vez se ha preguntado por qué algunos bistecs cuestan un ojo de la cara? La respuesta está en el corte. La elección del filete puede marcar la diferencia entre una comida buena y una excelente.
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La marca inmobiliaria de lujo Sotheby’s International Realty identificó el corte más caro del mundo y su procedencia, basándose en su excepcional sabor, ternura y lujoso marmoleado.
Según la selección, la carne de vacuno de Kobe es la más cara del mundo debido a su altísimo veteado y a su limitada disponibilidad. Estas vacas de pura raza Wagyu de la subcategoría Tajima, con el sello de autentificación floral deben criarse en la prefectura de Hyogo, en la región de Kansai sobre la isla de Honshū, Japón.
La popularidad de la carne de Kobe comenzó en 1868, durante la época de la Restauración Meiji, después de que un inglés degustara una res de la zona. La carne de Kobe fue uno de los menús favoritos de Hirofumi Ito (1841-1909), el primer gobernador de la prefectura de Hyogo (1868-1872) y más tarde primer ministro.
Las reglas para la cría de este ganado son muy estrictas, establecidas por la Asociación de Promoción de Comercialización y Distribución de Carne de Vacuno de Kobe. En la actualidad, dado que sólo se crían 3.000 de estas vacas con esta genética grasa al año, una vaca entera con esta calificación puede costar unos US$25.000, y entre US$480 y US$700 por libra.
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La calificación más alta puede llegar hasta A5, la más alta en el sistema de clasificación de carne de la Asociación de Clasificación de Carne de Japón (JMGA), con una puntuación BMS (Beef Marbling Standard) de 12, que evalúa la cantidad de grasa intramuscular, lo que significa que más del 65% de la carne es grasa.
Por esas características, la carne de Kobe ha capturado los paladares y los corazones de los gourmets de todo el mundo. El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, solicitó carne de Kobe en su visita oficial a Japón en 2009.
El galardonado chef Corey Siegel, basado en Charlotte, Carolina del Norte, explicó en un post en LinkedIn que “la carne es increíblemente tierna y llena de sabor incluso cuando se come cruda”.
“No hay nada como asar uno de estos filetes al carbón, pero otra forma de disfrutar de otros cortes es cortarlos en lonchas finas y saltearlos rápidamente con sal y un toque de salsa”, agregó.