Buenos Aires — Los bancos argentinos elevaron las tasas y priorizan liquidez para afrontar el escenario de incertidumbre y escasez de pesos que dejó la turbulenta eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (LeFi). Mientras las tasas en pesos buscan un punto de equilibrio tras haberse hundido a mínimos y disparado a máximos recientes en apenas una semana, las principales entidades financieras del país aumentaron el precio que cobran por otorgar créditos y la tasa que pagan por los plazos fijos.
Al menos cinco de los 10 principales bancos con mayor volumen de depósitos del país elevaron en las últimas horas la tasa que pagan por colocaciones a 30 días: BBVA (BBAR) llevó la TNA de 29,5% a 32%; Macro (BMA) llegó a subirla a 37% el martes antes de llevarla ahora a 34%; Santander la elevó de 27,5% a 30%; Galicia (GGAL) la subió a 32% y ICBC a 31,4%.
Según reflejan las estadísticas oficiales del Banco Central argentino (BCRA), las tasas promedio para los depósitos a plazo ya venían subiendo desde 23,67% el 15 de julio a 31,34% el martes 22.
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Desde una de las entidades que subieron la tasa en estas últimas horas confiesan que el aumento convalidado se mantendrá hasta que se normalice el mercado. Según explicó una persona con conocimiento del asunto, que pidió reserva por no estar autorizada a hablar públicamente del tema, tanto la suba de tasas de plazos fijos como las de los créditos responden a una búsqueda de priorizar liquidez en este contexto, aunque subraya que no observa en estos momentos una cuestión de falta de liquidez problemática, sino a una búsqueda preventiva de las entidades de ‘curarse en salud’.
La persona incluso descarta que las recientes ventas de dólares propios por parte de bancos obedecieran a la escasez de pesos que dejó la última licitación de deuda del Tesoro. En cambio, aseguró que la venta se produjo para aprovechar una oportunidad de mercado: las entidades vendieron dólares, se posicionaron en pesos a tasa y se cubrieron con futuros baratos que ofrece el BCRA, dijo.
En esa línea, añadió que estas operaciones responden a incentivos de mercado de corto plazo, no a tensiones. Incluso recordó que los bancos, por normativa, no tienen grandes posiciones de dólares como para cubrir el sistema ni es su función hacerlo, aunque destacó que hoy el sistema financiero es sólido, líquido y está bien capitalizado.
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La suba de tasas para los plazos fijos de bancos llega después de que elevaran también el costo de los créditos. Gonzalo Lacunza, economista de la consultora Empiria –que encabeza su padre, el exministro de Economía Hernán Lacunza– señala que los últimos datos disponibles reflejan que la tasa de Adelantos (mayormente créditos a empresas) pasó de 35% de TNA antes del fin de las LeFi a un 54% de TNA el lunes. El martes 22, esa tasa llegó a situarse en 86,32%.
La volatilidad y tasas elevadas, dijo, no son más que un reflejo de las “expectativas desancladas” que quedaron en una transición post desarme de LeFi a la que calificó como desordenada y costosa.
“Desordenada por la volatilidad que vimos en las tasas. Y costosa porque al final del día terminamos con tasas más elevadas y dólar más alto”, explicó.
En ese escenario de incertidumbre, añadió el economista, los bancos prestan caro para cubrirse, y advirtió que esto tiene un costo sobre la actividad. “A tasas reales elevadas, el crédito sufre (y por ende, la actividad también) en un contexto donde la economía venía mostrando claros síntomas de enfriamiento”, dijo.
“Hay un tema de liquidez, y obviamente la poca que tienen no la pueden rifar”, coincide el economista Andrés Salinas. “Al haber tanta demanda de hipotecarios eso te permite ser más selectivo con la persona a quien es lo otorgas, y eso se lo cargas a la tasa. Por eso estuvieron subiendo últimamente”, agregó el analista, quien sigue habitualmente al detalle la evolución de los créditos hipotecarios.
Para Gonzalo Lacunza, tanto para el mercado como para la economía en general “es peor la volatilidad que las tasas altas”, ya que los recursos se emplean más ineficientemente si las condiciones cambian todo el tiempo que con estabilidad, aunque sea mala.
Sin embargo, consideró que “el mercado terminará de acomodarse la próxima semana con la licitación del Tesoro”. A su juicio, “un buen resultado sería lograr colocar deuda a tasas similares a las de la última vez (que en su momento nos parecieron caras)”.
Aun así, Gonzalo Lacunza resaltó que la reacción del Gobierno en el trade off que enfrentó refleja que el equipo económico prioriza contener tipo de cambio estable, aunque eso signifique tasas reales más altas.
Además de elevar el costo de los créditos para empresas, hay entidades que aumentaron también las tasas para los préstamos personales. En uno de los principales bancos del país, por caso, exhibía este jueves una Tasa Nominal Anual del 87%, frente a expectativas de inflación que según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central se sitúan en 20,8% para los próximos 12 meses.
Al respecto, el analista Federico Machado anticipó que “con estas tasas reales deberíamos ver una desaceleración fuerte del crédito, que viene creciendo de forma muy sólida todos los meses”.
“Si se mantiene así, impactará fuerte en la actividad. Tiendo a creer que en la próxima licitación (semana que viene) habrá demanda por liquidez”, agregó.
Pero aun si los bancos bajaran las tasas, Amilcar Collante, economista de Cesur, consideró que “ya hay un problema del crédito”, dados los riesgos asociados a tomar créditos con este nivel de tasas. “Los indicadores ya están medio en rojo y no hay mucho margen”, expresó.
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“Insumo” para bancos
Más allá de la coyuntura actual, desde los bancos reconocen la necesidad de sumar ‘insumo’ ante la demanda creciente créditos. Para prestar pesos, explica una persona de una entidad líder que pidió reserva, primero hay que capturarlos.
En ese sentido, recordó que hay muchos mecanismos que se tienen que desarrollar, cuando el mercado siga normalizándose. Una de ellas, es la securitización, ya que eso les permitiría descargar cartera de préstamos en una compañía de seguros o un fondo de inversión, permitiéndoles volver a tener liquidez para prestar.
Pero mientras eso ocurre, recordó que los plazos fijos se colocan a un promedio de 35 días, mientras que los créditos hipotecarios y los préstamos para inversión, capital de trabajo, se colocan a plazos muchos más largos. Según explicó, por eso es que subieron las tasas de hipotecarios UVA y por eso también es que los bancos están haciendo hincapié en las diferentes tasas impositivas que cobran los municipios.
Por último, añadió que si a eso se le suman ingresos brutos, impuestos nacionales, sueldos con paritarias atadas a la inflación real y la mora en aumento, no es tan lineal que ambas variables -es decir, plazos fijos y préstamos, tengan que ir a una convergencia.