Buenos Aires — El consumo en Argentina muestra comportamientos dispares y no logra consolidar una recuperación generalizada, a pesar de la desaceleración de la inflación. Así lo exponen datos oficiales y del sector privado durante los primeros meses del año: entre ellos, el Índice de Ventas Minoristas de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que arrojó una caída del 2,9% interanual en mayo, además de una merma del 0,7% contra abril de este año.
Los últimos datos del Indec, en tanto, manifestaron que las ventas en supermercados crecieron 8,9% interanual en abril de 2025 y un 0,5% respecto del mes previo. Sin embargo, en el caso de autoservicios mayoristas, disminuyeron 2,9% frente al mismo período de 2024 y un 3,2% en la variación mensual.
A su vez, las estadísticas oficiales expresaron que las ventas en centros de compras aumentaron un 19,2% interanual en abril de 2025.
Para mayo, los datos del sector privado no exhiben señales favorables. La consultora Focus Market reportó que el consumo masivo bajó 3,2% el mes pasado frente a abril, al tiempo que la merma interanual fue de 0,9%.
Por qué no rebota con contundencia el consumo
“El consumo masivo aún no repunta y mayo no fue la excepción. En los últimos meses, los datos oficiales muestran una desaceleración de la inflación, lo que en teoría debería permitir cierta recomposición del ingreso real. Sin embargo, este fenómeno no se traduce automáticamente en una mejora en el poder adquisitivo, especialmente en los sectores de clase media”, explicó Damián Di Pace, director de Focus Market.
De esa manera, subrayó: “Aunque la inflación promedio mensual se modera, el alza de precios en servicios resta capacidad de consumo en bienes. La recomposición salarial viene muy en línea con la inflación y los ajustes paritarios resultan insuficientes para revertir la caída acumulada del ingreso real”.
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En declaraciones a Bloomberg Línea, Florencia Iragui, economista de la consultora LCG, evaluó: “Vemos una relación de ida y vuelta. Para confirmar la desaceleración de la inflación en el tiempo se necesita una actividad en crecimiento y la recuperación de los salarios”.
“Es verdad que los salarios se recuperan, pero desde mínimos. También es verdad que la inflación desacelera, aunque todavía queda un terreno por atravesar. El consumo tiene un sendero menos claro que el de la inflación, ya que la recuperación de la actividad tiene una forma más errática entre meses", resaltó.
El consumo, sector por sector
Un informe de Wise Capital señaló que, en lo que va del año, las ventas minoristas acumulan una suba de 11%“, aunque aclaró que los primero cinco meses de 2024 ”fueron malos, producto del ajuste cambiario sobre finales de 2023″.
“En mayo las ventas cayeron 2,9% interanual y para el día del Padre tampoco hubo repunte. Las ventas cayeron 1,7%, lo que podría anticipar un junio también con números en rojo”, pronosticó.

Un trabajo de la CAME informó que, ante la baja de casi 3% de mayo, al analizar rubro por rubro, de los siete sectores relevados, dos registraron crecimientos interanuales. Perfumería lideró con un alza del 5,2%, seguido por Farmacia (1,5%).
Por otro lado, cuatro rubros presentaron caídas: Alimentos y bebidas, con un descenso del 7,6%, seguido por Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-2,6%), Textil e indumentaria (-1,6%) y Calzado y marroquinería (-0,5%). Finalmente, el rubro Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles mantuvo niveles similares a los de 2024.
En declaraciones a este medio, Gustavo Levinson, secretario general de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas, destacó que en el caso de su sector, “al contar con variedad de precios, se resiste bastante a la crisis del consumo”, aunque aclaró: “Desde marzo se empezó a ver una baja en las ventas”.
“Se percibe un consumidor que sigue saliendo a comer, pero gasta menos. Si antes se pedían dos gaseosas por persona, ahora se pide una. Si se pide vino, pide de la línea más económica”, describió.
En ese sentido, consideró que “los clientes ahora preguntan precios, hacen cuentas, pero siguen saliendo”. “En los locales se ve gente, pero el ticket promedio es más bajo”, puntualizó.
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Además, remarcó que “en medio de la baja de ventas, no se puede acompañar con aumento de precios”. “Si la cantidad está disminuyendo, hay que pensar qué hacer con los precios. Se acumula un incremento de costos del 10%. Los márgenes de ganancia son bajos y eso implica ir perdiendo rentabilidad”, contó.
“Aunque la inflación sea baja, al vender menos no se pueden trasladar los pequeños aumentos al público. También hay que recordar que los locales que se alquilan se ajustan por IPC, al igual que los salarios”, indicó y destacó que, en ese escenario, particularmente en la Ciudad de Buenos Aires se percibe el impacto de la caída de turismo internacional.