Bloomberg Línea — La inflación de Colombia está perdiendo relevancia a la hora de tomar decisiones de política monetaria y podría dejar de ser el dato clave para que la Junta Directiva del Banco de la República decida en septiembre si retoma, o no, los recortes de tasas de interés.
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Son varios los analistas que ven la inflación “estancada” nuevamente, sin embargo, consideran que el determinante para que la Junta reinicie los recortes viene por el lado de cómo evoliciona el panorama fiscal y la transacción de manejo de deuda que planea el Gobierno.
La política monetaria en Colombia transita por un terreno incierto mientras el banco central evalúa los próximos pasos para controlar la inflación y sostener el crecimiento económico.
Los analistas no coinciden en si la inflación podría mostrar un nuevo descenso en julio o por el contrario, un leve repunte, pero advierten que factores fiscales, presiones salariales y recientes paros en el país complican el panorama y podrían limitar los recortes de tasas de interés en lo que queda del año.
Las proyecciones apuntan a una inflación anual cercana al 4,8 % para julio, lejos aún de la meta del 3 %, y un escenario en el que la Junta del banco central optará por actuar con mayor prudencia antes de retomar una senda más agresiva de reducción de tasas.
Estancamiento refuerza la cautela
Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas en Credicorp Capital, anticipa que el dato de inflación mensual para julio se ubique en 0,22 %, lo que llevaría la cifra anual a 4,84 %.
“Esto significa dos básicos más por arriba del dato de junio”, señaló. Para Velandia, esta lectura refuerza los argumentos del grupo mayoritario de la Junta del banco que, en su última reunión, decidió mantener estable la tasa de referencia.
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“El factor de preocupación más grande fue que la inflación núcleo, la inflación básica, había dejado de caer”, explicó. “Ese fue un factor de preocupación muy grande para ese grupo de codirectores, y ahora vamos a ver un relativo estancamiento también del dato de inflación total, lo cual debe reforzar y consolidar ese punto de vista de estos miembros de Junta”.
El economista reveló que Credicorp Capital ajustará nuevamente su proyección de política monetaria luego de analizar las últimas minutas del Emisor colombiano y el contenido del reporte de inflación. “Nos parece bastante claro que el banco va a ser aún más cauto de lo que ya se pensaba”, afirmó.
“En general lo que esperamos entonces es que haya solo dos recortes más de la tasa este año. Probablemente no sea en septiembre, pero de aquí a allá pues hay información buena que podría modificar el escenario”.
Velandia agregó que los riesgos fiscales y el posible incremento del salario mínimo para 2026 son elementos que pesan en la balanza de decisiones de la Junta.
“Todo eso eventualmente puede imponer presiones inflacionarias adicionales hacia futuro”, dijo. “Ojalá no sigamos teniendo datos negativos desde el lado fiscal, que creo que es lo que está primando”.
Contexto global condiciona
David Cubides, economista jefe del Banco de Occidente, prevé una variación mensual más moderada, de 0,15 %, lo que llevaría la inflación anual a 4,77 %.
Según su análisis, los componentes de vivienda y servicios públicos, junto con restaurantes y hoteles, volverán a presionar el índice de precios.
Para Cubides, la política monetaria no tendrá cambios inmediatos en agosto. “Claramente, así en agosto no vamos a tener decisiones”, afirmó. “Eso le da un poquito más de tiempo al banco central para volver a barajar las cosas”.
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El experto sostiene que el mercado tendrá que esperar a septiembre para evaluar una eventual reducción de tasas, decisión que no dependerá únicamente de la inflación sino también de la actividad económica y del panorama fiscal.
“De pronto de aquí a allá tenemos algo más de información de lo que pueden ser las decisiones del Fondo Monetario, en materia de acceso a la Línea de Crédito Flexible, que fue uno de los temas de esas condiciones de financiamiento que están un poco más apretadas”, explicó.
Cubides prevé que, de concretarse los recortes, las tasas de interés podrían cerrar el año en torno al 8,75 %, aunque la magnitud y el calendario aún son inciertos.
“Queremos ver finalmente en qué reuniones, si va a ser a partir del mes de septiembre o si de octubre, y tal vez en el mes de diciembre. También tendremos que estar atentos a cómo esto se acomoda con la FED”, dijo, subrayando que la política monetaria local no puede desligarse del contexto internacional.
Salarios y frente fiscal añaden incertidumbre
Más allá del dato puntual de inflación, el déficit fiscal y la discusión sobre el salario mínimo para el próximo año concentran la atención de los analistas. Daniel Velandia advirtió que ambos factores pesan más de lo que el mercado había anticipado. “Queda en evidencia que el staff y esa mayoría de la Junta están preocupados por muchos factores, pero sobre todo por lo fiscal y por lo que puede pasar con el salario mínimo el próximo año”, dijo.
El riesgo, según el experto, es que un incremento salarial por encima del 7 % eleve las expectativas de inflación a mediano plazo, dificultando la convergencia hacia la meta del 3 %.
Este escenario obligaría al banco central a mantener una postura más restrictiva durante más tiempo, incluso si la inflación total muestra descensos moderados en los próximos meses.
Wilson Tovar, director de Investigaciones Económicas de Acciones y Valores, coincide en que el frente fiscal es hoy el mayor obstáculo para una política monetaria más expansiva.
“La situación fiscal es el gran palo en la rueda para la política monetaria”, aseguró. “Más aún cuando los vecinos andan por el lado del 15 % y sin duda no hemos pasado al tablero con Trump, eso es importante”.
Para Tovar, la combinación de presiones fiscales y la incertidumbre internacional —particularmente frente a la política económica de Estados Unidos— limita el margen del banco central colombiano para actuar con rapidez.
“Habrá que evaluar cómo se mueven las expectativas de los agentes ante un aumento salarial del 7 %”, añadió.
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Paros añaden riesgos inflacionarios
El comportamiento de los precios de los alimentos, golpeado por los recientes paros y bloqueos en diferentes regiones del país, es otra variable que podría alterar el rumbo de la inflación en el corto plazo.
Munir Jalil, director de Investigaciones Económicas de BTG Pactual, estima que el dato de julio podría verse afectado al alza por estos factores. “Creo que el dato tiene un sesgo al alza por alimentos”, afirmó.
“Infortunadamente es probable que la inflación anual se suba como consecuencia de los diferentes paros que han tenido lugar en el país”, dijo Jalil.
El analista considera que será necesario esperar la publicación de la inflación de agosto para evaluar si los argumentos que llevaron al BanRepública a pausar los recortes se mantienen.
“Tendremos que esperar cómo se ve la inflación de agosto y cómo evolucionan las expectativas para ver si los argumentos usados por banco para mantener la pausa se mantienen o mejoran”, explicó.
Wilson Tovar también alertó sobre el impacto potencial de los bloqueos en la dinámica de precios. “La coyuntura de paros hay que evaluar qué impacto alcista trae a la inflación”, dijo, resaltando que los costos de transporte y abastecimiento podrían traducirse en incrementos sostenidos en alimentos y bienes básicos.
Atentos al manejo de deuda
Otro factor que será clave en la toma de decisiones del Emisor es la operación de manejo de deuda que prepara el Gobierno. Velandia anticipó que esta transacción será seguida de cerca por los inversionistas y por los miembros de la Junta.
“Seguramente el mercado lo va a hacer, lo que pase con la transacción de crédito público, con esa operación de manejo de deuda, qué tipo de efecto genera sobre el mercado, sobre el dólar, que hoy por hoy es tal vez un riesgo y una preocupación de los miembros de la Junta”, dijo.
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Un eventual aumento de la prima de riesgo país o una depreciación acelerada del peso frente al dólar podría complicar aún más el margen para recortes de tasas, al elevar el costo de la deuda y alimentar presiones inflacionarias por vía cambiaria.
Prudencia y expectativas contenidas
Con los datos disponibles y los riesgos en juego, los analistas coinciden en que el Banco de la República se mantendrá prudente en lo que resta del año.
Velandia proyecta únicamente dos recortes adicionales, con alta probabilidad de que el primero no se dé en septiembre. Cubides también prevé ajustes, pero distribuidos en los últimos meses de 2025 y con un cierre cercano al 8,75 %.
El escenario base apunta a una inflación moviéndose en torno al 4,7 %–4,9 % en los próximos meses, con presiones puntuales por alimentos y servicios.
Sin embargo, el verdadero reto para la autoridad monetaria será manejar las expectativas a mediano plazo, especialmente si el Gobierno impulsa un aumento salarial elevado y la situación fiscal no muestra señales claras de corrección.
Como lo resumió Velandia: “Ojalá no sigamos teniendo datos malos negativos desde el lado fiscal, que creo que es lo que está primando”.
Y mientras los analistas esperan que la inflación siga cediendo, la prudencia del Banco de la República al parecer se mantendrá como la regla, en un contexto donde cada dato y cada decisión fiscal pueden redefinir el rumbo de la política monetaria colombiana.