Burocracia y altos costos frenan la atracción de capital extranjero hacia el comercio colombiano

La fragmentación institucional y la carga administrativa encarecen las operaciones y reducen la competitividad frente a pares regionales como Chile y México.

Burocracia y altos costos frenan la atracción de capital extranjero hacia el comercio colombiano.
26 de agosto, 2025 | 05:00 AM

Bloomberg Línea — Colombia enfrenta un escenario complejo para atraer inversión en comercio exterior. Altos costos logísticos, una burocracia regulatoria que ralentiza la creación y operación de empresas, y la falta de infraestructura moderna para el comercio internacional constituyen las principales barreras.

VER MÁS: TLC entre Colombia e Israel cumple cinco años: este es el balance

PUBLICIDAD

Un análisis al respecto realizado por Corficolombiana, la empresa que construye infraestructura del Grupo Aval, de propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento, muestra que estas restricciones no sólo limitan la integración del país a las cadenas globales de valor, “sino que también reducen la capacidad de las empresas —en especial micro y pequeñas— de expandirse hacia mercados internacionales”.

Uno de los mayores obstáculos es el entorno regulatorio. La multiplicidad de trámites y la fragmentación institucional encarecen la operación de las compañías y restan competitividad frente a pares regionales.

La creación de una empresa en Colombia tarda en promedio 11 días, con procesos aún presenciales como la notarización de escrituras, mientras que en Chile puede completarse en menos de 24 horas y de forma completamente digital.

PUBLICIDAD

A esto se suma que el país figura como el quinto más complejo del mundo para hacer negocios, de acuerdo con el Índice de Complejidad para Hacer Negocios 2025 de TMF Group.

El peso de la burocracia se refleja en cifras. Según Confecámaras, en 2024 se crearon 297.475 empresas, una caída de 2,8% frente a 2023 y de 4,2% frente a 2022.

La tasa de supervivencia empresarial a cinco años es apenas de 33,5%. En paralelo, la encuesta La voz de las empresas de la Universidad del Rosario muestra que 58% de los empresarios perciben a Colombia como uno de los países más difíciles para emprender y crecer.

“El ambiente para hacer negocios se ha deteriorado de forma sostenida, lo que limita la atracción de capital productivo y frena la participación en mercados externos”, señaló el Equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.

PUBLICIDAD

La logística es otro freno decisivo. Los costos de transporte, fletes y servicios aduaneros en Colombia equivalen hasta al 18% del valor del producto, según el gremio de los exportadores, Analdex.

Se trata de un sobrecosto que golpea con fuerza a las micro y pequeñas empresas, que representan más del 90% del tejido empresarial.

A ello se suman deficiencias en puertos, aeropuertos y pasos de frontera, que elevan los tiempos de operación y reducen la competitividad.

VER MÁS: Mercado suizo, otra alternativa para Colombia ante los aranceles de Trump

El Banco Mundial estima que el país presenta un índice de eficiencia operacional de apenas 36,6 sobre 100, penalizado por los elevados tiempos y costos de cumplimiento de requisitos de exportación.

La digitalización tampoco avanza al ritmo de los competidores regionales. La Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), que debía convertirse en un instrumento para reducir tiempos y costos, ha tenido un alcance limitado.

Hoy carece de interoperabilidad con los sistemas del sector privado, lo que impide la automatización de procesos. Su principal aporte ha sido en transparencia, más que en eficiencia.

“Para aprovechar las oportunidades del nuevo escenario internacional, Colombia debe reducir la incertidumbre regulatoria y modernizar sus procesos logísticos”, apuntó Corficolombiana.

Inversión fija rezagada

La economía colombiana enfrenta, además, un rezago estructural en la inversión fija. Este fenómeno obedece a factores internos como el deterioro de la confianza empresarial y la incertidumbre en sectores clave para el crecimiento.

El Banco Mundial muestra que, desde 2014, la calidad regulatoria en Colombia ha caído de manera constante y hoy está por debajo de países como Chile y Perú.

Las ineficiencias regulatorias impactan directamente en los costos empresariales. Según el Departamento Nacional de Planeación, los costos marginales de operar formalmente durante el primer año equivalen a cerca del 5% de la utilidad bruta de una microempresa.

En términos de carga administrativa, el país lidera en la región: el índice de burocracia del Adam Smith Center for Economic Freedom indica que una empresa promedio destina 2.620 horas al año a trámites de funcionamiento, el equivalente a un trabajador de tiempo completo solo para gestiones administrativas.

El panorama es más crítico para las pequeñas y medianas empresas del sector industrial y de la construcción, donde la carga burocrática puede llegar a 5.374 horas anuales.

“La falta de coordinación entre entidades y la fragmentación institucional generan redundancias y alargan los tiempos de respuesta”, señala el informe de Corficolombiana, que advierte sobre la necesidad de una normativa unificada de simplificación administrativa.

Cadenas de valor en reconfiguración

El escenario externo también se ha vuelto más desafiante. El gobierno de Estados Unidos anunció en abril de 2025 nuevos aranceles, que desde entonces han sufrido exclusiones parciales y ajustes sectoriales.

VER MÁS: Acercamiento de Colombia a BRICS podría suponer mayores aranceles de EE. UU.

Estas medidas han incrementado la incertidumbre y acelerado la reconfiguración de las cadenas globales de suministro. “El entorno internacional obliga a los países a mejorar su eficiencia regulatoria y logística para atraer inversión y capitalizar las oportunidades de relocalización de proveedores”, subrayó Corficolombiana.

América Latina enfrenta un dilema: captar inversión suficiente para integrarse en este nuevo mapa global. Chile se destaca en la región por ofrecer procesos simplificados y digitales que permiten abrir una empresa en menos de 24 horas.

México, pese a su complejidad normativa, ha logrado posicionarse como uno de los principales destinos de relocalización por su cercanía con Estados Unidos.

En contraste, Colombia aparece rezagada: su burocracia, sumada a los altos costos logísticos, lo convierten en un mercado menos atractivo frente a competidores regionales.

Según el Consejo Privado de Competitividad, entre 2010 y 2022 sólo el 5% de las empresas registradas en Colombia realizó exportaciones. De ellas, apenas 11% lo hizo de manera recurrente.

Esto contrasta con la necesidad de diversificar la oferta exportadora y aprovechar la ubicación geográfica del país, que cuenta con la mayor conectividad marítima de América Latina.

“La ventaja de la ubicación estratégica no se ha aprovechado plenamente por las ineficiencias internas en comercio exterior”, concluyó Corficolombiana.

Reto doble

El reto para Colombia es doble: resolver las trabas internas y adaptarse a un entorno global más competitivo.

La reducción de costos logísticos, la digitalización de trámites y la simplificación regulatoria aparecen como condiciones indispensables para atraer capital en comercio exterior.

VER MÁS: TLC con Corea del Sur, único país asiático con acuerdo comercial, deja superávit para Colombia

Al mismo tiempo, se requiere recuperar la confianza empresarial y fortalecer la productividad.

La ventana de oportunidad está abierta. El nearshoring y la relocalización de cadenas productivas ofrecen un espacio para que Colombia aumente su participación en los mercados globales.

Pero para lograrlo, debe avanzar en la modernización de su infraestructura y en la creación de un marco normativo ágil y eficiente. De lo contrario, el país corre el riesgo de seguir rezagado frente a sus competidores regionales.

PUBLICIDAD