Bloomberg Línea — En octubre, la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco de la República volvió a marcar un punto de inflexión en el panorama de política monetaria en Colombia: los analistas no prevén recortes de tipos en el corto plazo.
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La razón es clara, según Andrés Pardo, jefe de estrategia de XP Investments: “No se prevén recortes de tipos, mientras que los riesgos de inflación podrían dar lugar a un debate sobre el endurecimiento de la política monetaria”.
El informe, que recoge las proyecciones de los analistas del mercado financiero, muestra que el promedio esperado de la tasa de intervención se mantendría en 9,25 % entre octubre de 2025 y febrero de 2026, para luego descender gradualmente hasta 8,25 % en diciembre de 2026 y 7,5 % en agosto de 2027.
Sin embargo, Pardo advierte que el escenario podría cambiar: “Seguimos destacando el aumento de los riesgos al alza para nuestras perspectivas sobre los tipos de interés oficiales, incluida la creciente posibilidad de subidas de tipos en los próximos meses”.
El estratega explica que las presiones inflacionarias están aumentando a medida que la demanda interna se fortalece y supera el crecimiento de la producción.
Según señala, “las presiones alcistas sobre la inflación están aumentando a medida que los indicadores de la demanda interna se fortalecen y superan el crecimiento de la producción, el déficit comercial se amplía y la tasa de desempleo cae a mínimos históricos”.
En efecto, la inflación, que había descendido a un mínimo de 4,8% a comienzos de 2025, se ha acelerado durante tres meses consecutivos. Para octubre, Pardo anticipa que la cifra “será aún mayor, del 5,5%, mientras que las expectativas de inflación tienden al alza”.
A este panorama se suma el frente fiscal, que sigue siendo una fuente importante de desequilibrio. “El aumento del déficit fiscal sigue alimentando gran parte de este desequilibrio, lo que sostiene la demanda interna y aumenta los riesgos inflacionistas”, advierte.
Aunque reconoce que la reciente fortaleza del peso colombiano podría ayudar a moderar las presiones sobre los precios, señala que “este efecto se ve más que compensado por la dinámica inflacionista impulsada por la demanda”.
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Por ahora, dice Pardo, estos factores deberían mantener al Banco de la República en una postura firme: “Por ahora, estos factores deberían mantener al Banco de la República en una postura firme, sin descartes de recortes de tipos. Sin embargo, podrían reavivar finalmente los debates sobre una política monetaria más restrictiva”.
XP Investments identifica además dos factores que podrían desencadenar un cambio en la dirección de la política monetaria: “un aumento excesivo del salario mínimo para 2026 (que podría decretarse por encima del 10% u 11 %); y una reversión significativa de la reciente apreciación del peso colombiano”.
En el frente cambiario, las proyecciones del mercado reflejan estabilidad relativa. El dólar se ubicaría en COP$3.922,93 al 31 de octubre de 2025, COP$3.990,27 al cierre del año y COP$4.027,56 en octubre de 2026. Para finales de 2026, la cotización promedio esperada es de COP$4.043,52, un nivel similar al registrado un año antes.
En cuanto a crecimiento, los analistas prevén un aumento del PIB de 2,57 % en 2025 y 2,84 % en 2026, reflejando una recuperación lenta en medio de una inflación persistente.
El déficit fiscal promedio se estima en 7,53 % del PIB en 2025 y 7,03 % en 2026, mientras que el déficit de cuenta corriente se ubicaría en 2,60 % y 3,03 %, respectivamente.
El mercado laboral mantiene señales mixtas: la tasa de desempleo se proyecta en 8,80 % para el cuarto trimestre de 2025, con un repunte hacia 9,79 % en el primer trimestre de 2026, antes de estabilizarse alrededor del 9% durante el resto del año.
Las expectativas de inflación promedio se sitúan en 5,21% para 2025 y 4,23% para 2026, con los cinco informantes más precisos proyectando niveles ligeramente superiores, de 5,31% y 4,38%, respectivamente.
En conjunto, las cifras dibujan un escenario de crecimiento moderado, inflación ascendente y deterioro fiscal persistente, en el que el Banco de la República podría mantener una postura prudente por más tiempo del previsto.
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Como resume Pardo, “seguimos destacando el aumento de los riesgos al alza para nuestras perspectivas sobre los tipos de interés oficiales”, lo que deja abierta la posibilidad de que los próximos movimientos de tasa no sean necesariamente hacia abajo.