Bloomberg Línea — La presentación del Marco Fiscal del Gobierno Petro no despejó las preocupaciones de los analistas y, por el contrario, inyectó nuevas inquietudes al plantear un ajuste en 2026, que depende de la aprobación de una reforma tributaria que luce imposible de aprobar.
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“Si el Gobierno dice 7% del PIB pues entonces hay que preocuparse porque quiere decir que vamos a tener un déficit muy superior”, dice Catalina Tobón, directora de Investigaciones Económicas en Skandia, quien además cree que la probabilidad de que el Congreso apruebe una reforma tributaria en año preelectoral ”no es mayor al 10%”.
En contraste, cuando el ministro de Hacienda del Gobierno, Germán Ávila, presentó el llamado Marco Fiscal de Mediano Plazo el viernes pasado, dijo que “el 2025 se plantea la activación de la cláusula de escape y una propuesta de reforma tributaria para marcar el inicio del ajuste requerido”.
También aseguró que el “presupuesto general 2026 será austero”.
El marco fiscal es una hoja de ruta de la política fiscal del país, en la que se incluyen las principales proyecciones macroeconómicas colombianas para la siguiente década.
La cláusula de escape, por su parte, es una disposición que el Gobierno puede aplicar para suspender las restricciones establecidas para el gasto, si se presentan condiciones extraordinarias en la economía. Tanto el marco como la cláusula se encuentran consagradas en una ley conocida como la Regla Fiscal y que data de 2011.
Daniel Velandia, director de investigaciones económicas de Credicorp Capital, explicó que la aplicación de dicha cláusula es similar a la de un banco central que decide suspender su meta de inflación, debido a la dificultad de alcanzarla, y sostuvo que su activación “debilita materialmente la institucionalidad y la confianza en la política económica”.
Así mismo, Velandia sostiene que la decisión de activar esa cláusula refuerza la muy baja disposición de la administración Petro de realizar recortes en el gasto. También recordó que “el ministro Ávila afirmó que un ajuste del gasto, en las magnitudes necesarias, tendría un efecto indeseado sobre la actividad económica”.
El banco neoyorquino JP Morgan también criticó el plan fiscal presentado por el Gobierno, sobre el cual aseguró que “un mayor déficit fiscal, unido a la voluntad de aumentar la posición de liquidez del Tesoro, implica mayores necesidades de financiación, estimadas ahora en el 10,7% del PIB”.
Pero, además, dado que en 2024 y 2025 el Gobierno presentó planes que tuvieron que ser ajustados posteriormente, JP Morgan asegura que es cauteloso con respecto a la credibilidad del plan actualizado.
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“Dada la sobreestimación de ingresos experimentada tanto este año como en 2024 y que nos acercamos a las elecciones presidenciales, somos cautelosos sobre la capacidad que tendrá la administración para aprobar una reforma tributaria y aumentar los ingresos, y señalamos que son necesarios ajustes de gasto para encauzar la nave fiscal”, advirtió JP Morgan.
Velandia coincide con dicho banco y asegura que la probabilidad de la aprobación de una reforma tributaria es baja en medio de las tensiones políticas actuales.
El fin de semana se celebraron marchas en varias ciudades del país en solidaridad con el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, que se debate entre la vida y la muerte después de ser víctima de un atentado en contra de su vida el pasado sábado 7 de junio, y para rechazar las políticas del Gobierno Petro.
“En los últimos días, el presidente Petro ha radicalizado aún más su discurso, lo que hace compleja la discusión de una nueva reforma tributaria en el Congreso, en especial considerando que es año preelectoral”, dijo Velandia de CreditCorp.
Para Carlos Arias, analista político y gerente de comunicaciones en Estrategia & Poder, “no hay ninguna posibilidad de que le aprueben una reforma tributaria”.
El analista explica que “eso lo sabe el Gobierno”, y dice que, aunque en el calendario legislativo sea posible la presentación de una reforma tributaria, el Gobierno Nacional no tiene en contexto “el ambiente de crispación política que se ha generado alrededor de sus proposiciones de consulta popular y de Asamblea Constituyente”.
Incluso, dice que también hay que tener en cuenta, para la ecuación de una aprobación de un proyecto como la reforma que plantea el Gobierno, “la animadversión que varios congresistas de varias bancadas tienen con el Gobierno, debido a la exacerbación de emociones en el discurso por parte del presidente”.
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En ese sentido, para Arias, la eventual presentación de la reforma tributaria obedece a “una estrategia narrativa y discursiva” ya que “el Gobierno buscaría presentarla simplemente con la claridad de que se la van a negar, para decirle a la opinión pública y a las bases estructurales del petrismo, que el Congreso es un obstáculo para las reformas”.
