Bloomberg — La presidenta de México sorprendió a Donald Trump en una llamada telefónica al hablar en un inglés fluido, una habilidad que rara vez ha encontrada con líderes latinoamericanos.
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La maniobra eliminó una barrera entre ambos al suprimir la necesidad de un traductor, lo que ayudó a crear compenetración entre los dos líderes en la interacción de la semana pasada, según personas familiarizadas con la conversación, que pidieron no ser nombradas al hablar de la llamada privada. Poco después, Trump la describió como una “conversación maravillosa” en un post en Truth Social.
Eso marcó un contraste con su primera llamada a principios de noviembre, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum llamó para ofrecer sus felicitaciones por la elección de Trump - todo en español y a través de un intérprete, dijeron las personas.
Sheinbaum, que asumió el cargo el 1 de octubre, destaca entre sus contemporáneos en las mayores economías de América Latina -incluidos el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, su predecesor Jair Bolsonaro y el favorito de Trump, Javier Milei, en Argentina- por su fluido dominio del inglés. Es una habilidad lingüística que perfeccionó durante el tiempo que vivió en Berkeley, California, mientras completaba su doctorado en ingeniería energética.
Sheinbaum rara vez hace gala de su inglés en público, lo que indica que su uso es estratégico. Días después de ser elegida en junio, en medio del nerviosismo de los mercados por el poder que su partido había acumulado en el Congreso, publicó un vídeo de una llamada en inglés con el director del Fondo Monetario Internacional.
Aunque el idioma común ayudó, Sheinbaum aún tiene mucho trabajo por hacer para ganarse al presidente electo, que ha arremetido contra México afirmando que el gobierno debería hacer más para frenar la migración indocumentada y el contrabando de fentanilo.
La conversación más reciente con Trump ha llevado a los funcionarios a creer que el tono de la interacción entre ambos ha mejorado -por ahora- después de que a principios de semana amenazara con un arancel del 25%, dijeron las personas. También representó un contraste con su predecesor Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, quien es monolingüe y rara vez viajó fuera de México, y Enrique Peña Nieto, quien canceló una reunión planeada con Trump después de una llamada telefónica de confrontación en 2018.
También ayudó a la interacción la insistencia de Sheinbaum en que México está impidiendo que las caravanas de migrantes lleguen a la frontera norte, dijeron las personas.
Sheinbaum está tomando varias medidas para preservar la relación con EE.UU., comprador del 75% de las exportaciones de México. Desde la conversación, México realizó una redada en un complejo comercial de Ciudad de México repleto de productos chinos presuntamente ilegales y anunció su mayor incautación de píldoras de fentanilo en el estado de Sinaloa, devastado por la violencia. También publicó un informe en el que esbozaba cómo los aranceles propuestos podrían costar a EE.UU. hasta 400.000 puestos de trabajo.
Preparación de conversaciones comerciales
Además, México está reabriendo su oficina comercial en Washington que AMLO cerró en medio de un impulso para reducir el gasto gubernamental, y haciendo otros movimientos para prepararse para las difíciles negociaciones que se esperan con la administración Trump sobre el acuerdo comercial entre EE.UU., México y Canadá, según personas familiarizadas con los planes.
La administración de Sheinbaum está contratando a Ernesto Acevedo, ex subsecretario de Economía y hasta hace poco máximo representante de México ante el Banco Mundial, para dirigir la oficina, dijeron las personas, que pidieron no ser nombradas antes de un anuncio público.
La oficina de prensa de la Secretaría de Economía de México declinó hacer comentarios. La oficina de prensa de Sheinbaum y el equipo de transición de Trump no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
La medida traerá de vuelta una oficina que fue cerrada por AMLO después de que asumió el cargo en 2018. Antes de eso, era una base importante para el gobierno mexicano en la capital estadounidense, dando a los expertos en comercio de la Ciudad de México que representaban sus intereses una base a pocas cuadras de la Casa Blanca.
Entre sus anteriores responsables se encontraban Ildefonso Guajardo, que más tarde se convirtió en ministro de Economía del país y principal negociador del TMEC, y Kenneth Smith Ramos, principal negociador técnico del acuerdo.
Más allá de la más reciente amenaza arancelaria de Trump, México se está preparando para la revisión y posible renegociación del TMEC, fijada para mediados de 2026 a más tardar. La Secretaría de Economía de México también está empezando a contratar de nuevo a algunos negociadores de carrera que trabajaron en el USMCA y que se marcharon bajo el mandato de AMLO, según confirmó el ministerio a raíz de una pregunta de Bloomberg News.
Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Economía para Comercio Internacional de México, dijo el jueves 5 DE DICIEMBRE en un evento empresarial en Washington que el país busca colaborar, en lugar de competir, con EE.UU. y Canadá como bloque económico. El objetivo es enfrentarse mejor a Asia, añadió en el evento.
El funcionario mantuvo 33 reuniones a lo largo de cuatro días, con representantes de multinacionales como Stellantis y General Motors, legisladores estadounidenses y asociaciones comerciales, según un comunicado.
Como parte de la visita, Gutiérrez se reunió con funcionarios del Departamento del Tesoro y del gobierno canadiense para conocer la mejor manera en que México puede implementar un proceso de selección de inversión extranjera para industrias estratégicas, similar al del Comité de Inversión Extranjera de Estados Unidos, que evalúa posibles riesgos a la seguridad nacional.
Tal mecanismo podría crearse por decreto y no requeriría necesariamente la aprobación del Congreso, ya que la primera podría ser una vía más rápida para su aplicación, dijo Gutiérrez a Bloomberg News al margen del evento.
"Nos gustaría tener el mismo marco para toda nuestra región", dijo.
--Con la colaboración de Maya Averbuch, Alex Vásquez, Josh Wingrove y José Orozco.
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