Bloomberg — El presidente Donald Trump dijo que México y Canadá no podían negociar una suspensión de los aranceles del 25% que entrarían en vigor el 4 de marzo.
“No queda espacio para México ni para Canadá”, dijo Trump a los periodistas el lunes cuando se le preguntó si los vecinos norteamericanos de Estados Unidos podrían llegar a un acuerdo para aplazar los aranceles. “Están listos. Entrarán en vigor mañana”.
Los aranceles prometidos desde hace tiempo y que entrarán en vigor el martes serían fácilmente de los más amplios de la era Trump, y se aplicarían a aproximadamente US$1.5 billones en importaciones anuales. Impondrían un arancel del 25% a todas las importaciones de Canadá y México, excepto la energía canadiense, que se enfrentaría a una tasa del 10%. También ha dicho que duplicará el arancel a China al 20%.
Los funcionarios de la administración Trump dieron anteriormente señales contradictorias sobre el resultado final para los socios comerciales de Estados Unidos en América del Norte, diciendo que dependerá de la decisión de Trump sobre su progreso.
Hace un mes, Trump lanzó una andanada de amenazas comerciales y sugirió que la fortaleza de la economía estadounidense le daba más poder en cualquier negociación. Ahora el crecimiento muestra signos de debilitamiento, en parte debido a la incertidumbre generalizada sobre los aranceles.
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Una encuesta privada publicada el lunes mostró que la actividad fabril estadounidense el mes pasado se acercó al estancamiento (una desaceleración del crecimiento combinada con una inflación más rápida) a medida que los nuevos pedidos y el empleo se contrajeron. Un indicador de los precios pagados por los materiales subió al nivel más alto desde junio de 2022.
Tras la publicación de los datos, el repunte de las acciones estadounidenses se tambaleó, mientras que los bonos subieron tras la publicación de los datos. Los mercados de valores de todo el mundo están superando a las acciones estadounidenses a principios de 2025.
En una señal de que la Casa Blanca está sentando las bases para la implementación, Trump modificó el domingo por la noche las órdenes ejecutivas emitidas anteriormente en su administración. El cambio pone en pausa una disposición de la medida arancelaria destinada a restringir los envíos libres de impuestos y le da tiempo a Estados Unidos para desarrollar e implementar un método de imponer aranceles a los artículos de bajo valor enviados desde México o Canadá que anteriormente habrían estado exentos de aranceles.
Durante una conferencia de prensa el lunes, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo que su gobierno esperará la decisión final de Trump antes de reaccionar con medidas de represalia, con las que Canadá también ha amenazado.
La respuesta de China
Beijing está considerando tomar represalias contra los productos agrícolas y alimenticios estadounidenses en respuesta a los aranceles de la administración Trump, según Global Times, un medio de comunicación que se utiliza ocasionalmente para señalar las posiciones de China al mundo exterior.
Una serie de nuevos aranceles podría ayudar a recaudar ingresos para algunos de los recortes impositivos que Trump quiere y acabar, al menos por ahora, con la teoría de que las descaradas amenazas de Trump eran faroles para usar como palanca de negociación.
Pero también amenazan con reavivar una inflación que la Reserva Federal considera persistente, desorganizar las cadenas de suministro de América del Norte (especialmente la industria automotriz) e invitar a desafíos legales basados en un pacto de libre comercio continental que el propio Trump renegoció durante su primer mandato.
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Los planes de Trump también corren el riesgo de debilitar una economía estadounidense que ya muestra signos de tensión. Las acciones y las criptomonedas han caído desde máximos históricos recientes, la confianza del consumidor se redujo drásticamente y la inflación sigue latente. Una nueva guerra arancelaria amenaza con desencadenar una ola de ventas más amplia.
Los aranceles sobre Canadá son casi generales, salvo para el petróleo crudo, el gas natural y otros productos energéticos canadienses, que son del 10%. El gobierno del primer ministro Justin Trudeau ha considerado la posibilidad de aplicar su propio impuesto a las exportaciones de crudo para asegurarse de que los conductores estadounidenses sientan el dolor de la guerra comercial de Trump. Todavía no está claro si lo harán, y Trudeau está a punto de dejar el cargo.
En octubre pasado, el gobierno canadiense impuso aranceles del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China y aranceles del 25% a una lista de productos de acero y aluminio chinos.
“Seguiremos trabajando para asegurarnos de hacer todo lo posible para asegurarnos de que no haya aranceles el martes, pero si alguna vez los hubiera, como todos hemos visto, como estábamos listos para hacer la última vez, tendremos una respuesta fuerte, inequívoca y proporcional como esperan los canadienses”, dijo Trudeau el domingo.
Los aranceles propuestos por Trump a México se aplican a todas las importaciones. La presidenta Claudia Sheinbaum ha evaluado sus propias medidas para evitarlos, incluidos posibles nuevos aranceles a China. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, lo calificó de “muy interesante” y alentó a ambos vecinos a hacerlo. Canadá ha anunciado medidas similares anteriormente.
Las conversaciones entre Estados Unidos y México sobre seguridad y lucha contra el narcotráfico están más avanzadas que las que se refieren a comercio y aranceles, según han dicho dos personas familiarizadas con las conversaciones. En un intento de demostrar su voluntad de cooperar con Estados Unidos en materia de seguridad, México entregó el jueves a 29 personas acusadas de tráfico de drogas y otros delitos para que enfrenten cargos en Estados Unidos. Los funcionarios mexicanos pensaron que eso podría ser suficiente para ganar más tiempo antes de que se impusieran los aranceles y permitir que las conversaciones sobre las relaciones comerciales continuaran, según una persona familiarizada con el asunto.
Trump también está planeando otras series de aranceles basados en informes que debe presentar antes del 1 de abril. Uno de ellos es el de los llamados “aranceles recíprocos”, según los cuales Trump cobrará tarifas país por país, basándose en cálculos como los aranceles de otro país, las barreras comerciales y los regímenes fiscales. No está claro si el cálculo “recíproco” incluiría los aranceles ya vigentes, como las medidas de México y Canadá que Trump ha vinculado a la seguridad fronteriza.
“Vamos a evaluar eso y darles la oportunidad de remediarlo, por lo que podríamos ver un aumento en los aranceles, o si nuestros socios comerciales quieren remediar lo que ha sido un comercio injusto, entonces podemos ver que se eliminen los aranceles”, dijo Bessent en Face the Nation de CBS.
Otra corriente es una serie de aranceles sobre sectores específicos, entre ellos un arancel del 25% sobre el acero y el aluminio que entrará en vigor el 12 de marzo y que afectaría gravemente a Canadá y México.
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Trump también está planeando aranceles sectoriales a los automóviles, los chips semiconductores y los medicamentos farmacéuticos, todos los cuales podrían imponerse tan pronto como el 2 de abril. Lanzó una investigación que podría conducir a nuevos aranceles al cobre a finales de este año. Y el sábado, ordenó al Departamento de Comercio que investigara el daño a la seguridad nacional que plantean las importaciones de madera, sentando las bases legales para nuevos aranceles, que nuevamente parecen estar dirigidos a Canadá.
Tanto Canadá como México han trabajado para evitar los aranceles, aunque no está claro qué más pueden hacer. Canadá designó a un zar del fentanilo y dedicó nuevas medidas a la seguridad fronteriza, como había pedido Trump. Trump dice que no es suficiente, y un funcionario de la Casa Blanca ha dicho que la métrica que Trump está observando son las muertes en el país por fentanilo.
Todo esto ha sembrado confusión sobre qué puede ofrecer Canadá, si es que puede ofrecer algo, para evitar una guerra comercial, dado que solo se han incautado 70 libras (31,8 kg) de fentanilo en la frontera norte de Estados Unidos o cerca de ella desde octubre de 2021 y ha impuesto restricciones existentes y prometidas a China.
Cualquier arancel que se imponga incluirá al menos alguna represalia que afectaría a los exportadores estadounidenses. Canadá, donde la indignación por las amenazas de Trump está llevando a los consumidores a evitar los productos estadounidenses, planea imponer de inmediato aranceles de represalia sobre 30.000 millones de dólares canadienses (US$20.750 millones) en productos estadounidenses, y tres semanas después impondrá gravámenes sobre otros 125.000 millones de dólares canadienses (US$86.400 millones). México no ha detallado ningún plan de represalia.
China también dijo que Estados Unidos debería centrarse en “reducir la demanda interna de drogas” y aumentar la aplicación de la ley para frenar el consumo interno de fentanilo.
“El aumento unilateral de aranceles por parte de Estados Unidos viola gravemente las normas de la OMC y es un acto típico de unilateralismo y proteccionismo comercial”, afirmó la Embajada de China en una declaración escrita.
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