Política de Sheinbaum para Pemex se aleja del discurso de AMLO

La presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo intentan enviar un mensaje de certidumbre a los inversionistas y contribuyentes sobre el futuro de Pemex

AMLO y Claudia Sheinbaum
06 de agosto, 2025 | 08:43 AM

Ciudad de México — La política a largo plazo de la presidenta Claudia Sheinbaum para Petróleos Mexicanos, la empresa estatal conocida como Pemex, está tomando distancia del discurso del exmandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

La estrecha relación política de la mandataria y el expresidente con más de 20 años de historia comienza a diferenciarse en la ejecución de su política energética para rescatar a la petrolera mexicana.

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El equipo de Sheinbaum intenta enviar un mensaje de certidumbre a los inversionistas y contribuyentes sobre el futuro de Pemex, mediante una estrategia financiera y operativa que reduzca la abultada deuda en los mercados que oscila los US$100.000 millones, la más alta entre las petroleras a nivel mundial.

La primera señal fue la emisión de bonos por US$12.000 millones desde Hacienda para cubrir los vencimientos de deuda y préstamos bancarios a través de un complejo instrumento financiero fuera del balance contable del Gobierno y Pemex. El resultado fue casi inmediato: la agencia Fitch subió la calificación crediticia de Pemex después de 11 años de descensos.

Ver más: Fitch sube calificación crediticia de Pemex tras apoyo del Gobierno de México

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El segundo paso fue la presentación de un profundo plan para rescatar a Pemex, coordinado por las Secretarías de Energía, Hacienda y Crédito Público, además de un evento posterior con sus máximos representantes congregados fuera de Palacio Nacional para detallar la estrategia a centenas de empresarios, analistas y periodistas del sector energético.

“Hemos logrado construir una visión de futuro para Pemex con una revisión minuciosa de los números”, declaró Sheinbaum durante su conferencia de prensa el martes 5 de agosto.

Aunque ambos políticos comparten principios de continuidad en la política de rescate, la distancia cobra forma en los detalles del plan para la petrolera mexicana, luego de una reforma constitucional con un nuevo marco de leyes secundarias y régimen fiscal para Pemex.

Reapertura a la inversión privada

Uno de los cambios más significativos en la política de Sheinbaum es la reapertura a la inversión privada en exploración y producción, luego de seis años de parálisis con López Obrador, quien criticó las subastas de bloques petroleros ante la falta de resultados de producción e inversión prometidas desde 2013.

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“En términos legales hasta se podrían cancelar. No lo hacemos porque (las petroleras) harían un alboroto”, dijo AMLO en septiembre de 2022.

Pemex, bajo el nuevo modelo de contratos de inversión mixta, espera que las empresas ayuden a sostener la meta de 1,8 millones de barriles diarios de aceite hacia 2030, mientras países como Brasil, Colombia y más recientemente Guyana consolidan un modelo de apertura a la inversión privada en Latinoamérica desde hace más de 20 años.

“Todos sabemos que nuestro país y el mundo entero atraviesan por un momento de redefiniciones (…) Nuestra misión, no coyuntural sino histórica, es construir un modelo energético propio que combine soberanía con competitividad, que garantice justicia energética para los más vulnerables, pero al mismo tiempo convoque e involucre al sector privado para aprovechar los recursos”, declaró la Secretaria de Energía, Luz Elena González, durante la presentación del plan de Pemex en su nueva sede en la Ciudad de México.

La petrolera persigue 21 contratos con empresas privadas para lograr una producción inicial de 92.000 barriles diarios en 2026 hasta un pico de 450.000 en 2033 que represente el 25% de la producción total.

Algunas empresas como Grupo Carso, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim Helú, han manifestado su interés en participar en el nuevo modelo con Pemex ante la garantía de pago.

Ver más: Carlos Slim profundiza interés en el petróleo mientras gigantes abandonan el negocio en México

Recursos no convencionales

Mientras AMLO se negó públicamente a considerar la búsqueda y explotación de gas en áreas terrestres no convencionales por el elevado consumo de agua y contaminación terrestre, la nueva dirección de Pemex está analizando entrar a este tipo de activos que requieren fractura hidráulica, técnica conocida como fracking.

Víctor Rodríguez Padilla, CEO de Pemex, mencionó que México tiene un potencial de gas “muy importante” en recursos no convencionales. Y el país necesita ese gas porque, actualmente, lo utiliza para producir el 60% de la electricidad nacional con importaciones de gas provenientes de Estados Unidos, las cuales han llegado a representar más del 90% del energético que hay en el mercado nacional para consumo.

“Es una dependencia que, en términos de seguridad nacional, es un problema grande”, declaró el directivo durante su mensaje sobre la estrategia.

La última estimación oficial de potencial petrolero arrojó un volumen de 113.000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. De ese total , 57% está en plays no convencionales, según el Plan Estratégico de Pemex 2025-2035, publicado por la petrolera.

Pemex tiene como objetivo producir 5.000 millones de pies cúbicos diarios de gas natural hacia 2030.

Necesitamos ese gas y debe ser gas nacional. Tenemos que reducir la dependencia y buscar ese gas donde esté. En yacimientos convencionales, yacimientos de geología muy compleja, pero tenemos que sacar ese gas. Estamos explorando todas las posibilidades”, declaró Rodríguez Padilla en el auditorio de la nueva sede de la Secretaría de Energía en la Ciudad de México.

AMLO justificó las importaciones de gas por los contratos de transporte de su empresa hermana, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y los excedentes asociados.

Exportaciones y otros negocios

AMLO, como se conoce al expresidente, perseguía acabar con las exportaciones de crudo para refinarlo por completo en las refinerías de Pemex con el fin de bajar los precios de los combustibles, una política que el mandatario matizó al control de precios por debajo de la inflación.

“Se vendía el petróleo crudo y comprábamos gasolinas. Es como si vendiéramos naranja y compráramos jugo de naranja”, declaró el mandatario en una conferencia de mayo de 2019.

La nueva visión de Pemex contempla seguir exportando crudo, solo en términos de excedentes del Sistema Nacional de Refinación, pero la política comercial de la empresa seguirá abierta a los mercados internacionales porque Pemex prevé exportar diésel en 2027, incluso con margen para vender gasolina en el extranjero ante la nueva capacidad de refinación de sus siete complejos.

López Obrador también criticó el desarrollo de energías renovables por ser caras y poner en riesgo al sistema eléctrico nacional, incluso por cuestiones estéticas, mientras que Sheinbaum está apostando por el impulso con tecnología de cogeneración, solar fotovoltaica y eólica para que Pemex comercialice sus excedentes de energía limpia.

Un fracaso legislativo en el sector eléctrico en 2022 llevó a AMLO a la creación de la empresa estatal LitioMx, después de nacionalizar el mineral clave para la industria de vehículos y baterías eléctricas. Sheinbaum y el CEO de Pemex pretenden que la empresa entre al negocio minero a través del aprovechamiento de salmueras en campos petroleros.

Ver más: La esperanza de Pemex en energías renovables recae en un Instituto sin presupuesto federal

“Entre los recursos energéticos que se evaluarán para 2030 se incluyen el aprovechamiento de la energía eólica, geotérmica, hidrógeno geológico, biocombustibles, energía mareomotriz y undimotriz, así como la extracción de minerales estratégicos como el litio”, señala Pemex en su plan.

Apoyo a la inversión

A pesar de que Pemex recibió ayuda del Gobierno anterior mediante inyecciones de capital, condonación de impuestos y presupuesto etiquetado, además de transferencias para cubrir la inversión en la refinería Dos Bocas, la cual sigue sin operar a su máxima capacidad desde la inauguración en 2022, las calificadoras Moody’s y Fitch continuaron degradando su calificación crediticia mientras la petrolera se enfocó en refinanciar su deuda y apostar por el negocio de refinación.

Hoy el Gobierno de Sheinbaum y Pemex tienen la meta de reducir en 26% la pesada deuda hasta US$77.300 millones hacia 2030.

El plan para que Pemex asuma la cobertura de sus gastos en dos años dependerá de un fideicomiso, implementado con la banca estatal de desarrollo, así como bancos privados, para proyectos de inversión por US$13.250 millones.

Pemex ha gastado el 71% de su presupuesto de inversión de capital para este año durante los primeros seis meses de este año.

AMLO criticó el vehículo de fideicomisos —un contrato mediante el cual se transmiten ciertos bienes y derechos a una institución administradora para realizar los fines exclusivos señalados en el acuerdo— por la supuesta corrupción ejercida mediante estos mecanismos, y extinguió más de 100 durante su gestión.

Hoy el fideicomiso de inversión para Pemex pretende ser financiado por la banca de desarrollo estatal Banco Nacional De Obras Y Servicios (Banobras), Nacional Financiera (Nafin) y Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), así como banca privada y el público inversionista.

“Vamos a asegurar que habrá suficientes recursos para todos los proyectos, tanto directos, mixtos, estratégicos que van a permitir a la empresa incrementar sus ingresos”, declaró el director del Banco Nacional De Obras Y Servicios, Jorge Mendoza en el evento de la Sener.

El directivo dijo que en los próximos días se habilitaría una ventanilla por parte de Pemex para las empresas interesadas en invertir en el instrumento.

La viabilidad del nuevo plan dividió a analistas consultados por Bloomberg Línea en el corto y mediano plazo.

Ver más: ¿El plan de Sheinbaum para rescatar a Pemex funcionará?

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