Bloomberg — El presidente Donald Trump dijo que impondría aranceles a una amplia gama de importaciones en los próximos meses, incluidos el acero, el aluminio, el petróleo y el gas, los productos farmacéuticos y los semiconductores, aumentando sus amenazas de golpear a los socios comerciales con nuevos gravámenes.
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También dijo que Estados Unidos “haría algo muy sustancial” con los aranceles dirigidos a la Unión Europea, en comentarios el viernes 31 desde la Oficina Oval, donde estaba firmando una orden ejecutiva sobre la desregulación.
El petróleo subió en las últimas operaciones después de los comentarios de Trump. El West Texas Intermediate avanzó a US$73,33 dólares a las 4 p.m. en Nueva York después de haber cerrado antes a US$72,53 dólares. Los futuros del cobre en Nueva York borraron brevemente algunas de las pérdidas del día.
Trump también dijo que no estaba preocupado por la advertencia de los economistas de que los aranceles impulsarían el crecimiento de los precios, una preocupación para los votantes que lo ayudó a impulsar de nuevo a la Casa Blanca.
“Los aranceles no causan inflación”, insistió Trump.
El presidente habló horas después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijera que Trump cumpliría su promesa de aplicar a Canadá y México aranceles del 25% y un impuesto separado del 10% a los productos de China el sábado.
Esos aranceles son una respuesta a lo que Trump dice es un fracaso de esas naciones para ayudar a prevenir el flujo de inmigrantes indocumentados y drogas ilegales, como el fentanilo, a través de las fronteras estadounidenses.
Trump ha prometido anteriormente aranceles sectoriales (sobre chips, productos farmacéuticos, acero, aluminio y cobre) como un intento de reestructurar las cadenas de suministro y obligar a los fabricantes a trasladar la producción a Estados Unidos, pero no había especificado cuándo entrarían en vigor.
También ha ordenado informes, que deben presentarse el 1 de abril, sobre cuestiones comerciales generales y aranceles, que podrían llevarlo a activar nuevos gravámenes o abandonar el pacto comercial continental que renegoció con Canadá y México en su primer mandato.
Y su administración está investigando si China cumplió con un acuerdo comercial alcanzado en su primer mandato, lo que preparó el escenario para los aranceles contra la segunda economía más grande del mundo.
Todas esas medidas ponen de relieve cómo Trump está avanzando en su segundo mandato para poner en práctica un punto clave de su agenda comercial: rehacer la economía estadounidense imponiendo aranceles a una amplia gama de importaciones y a aliados y adversarios de Estados Unidos por igual.
Los economistas advierten que los aranceles aumentarían el costo de los materiales importados que utilizan los fabricantes estadounidenses, aumentarían los precios para los consumidores estadounidenses, que ya están preocupados por la inflación, y reducirían los flujos comerciales globales.
Sin embargo, el presidente estadounidense es un creyente declarado de los aranceles, insistiendo en que traerán un renacimiento de la industria manufacturera nacional. Y ha promocionado los aranceles como una fuente de ingresos mientras busca renovar y expandir los recortes de impuestos que vencen y aprobar una serie de otros créditos y beneficios.
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Esta historia fue actualizada a las 15:23 (Ciudad de México) con información a lo largo del texto.