Bloomberg Línea — Los aranceles del 10% que Donald Trump impuso a las importaciones peruanas el pasado 5 de abril han tenido un impacto mixto en la economía del país andino.
Mientras las exportaciones de joyería a Estados Unidos se desplomaron en un 80% y el sector textil desaceleró su crecimiento, el cobre y el oro han mantenido a flote el comercio entre ambos países.
“La aplicación del arancel del 10% genera un choque económico importante para el Perú, especialmente porque afecta directamente a sectores que dependen del mercado estadounidense, como la joyería, el textil y partes del agro”, dijo Gabriel Arrieta, jefe de Estudios Económicos e Inteligencia Comercial del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN-ADEX).
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El cobre es el principal producto de exportación a EE.UU. y el mineral quedó completamente exento de los gravámenes anunciados en abril.
De acuerdo con la Asociación de Exportadores, ADEX, la joyería alcanzó US$183.1 millones en exportaciones anuales en 2024, mientras que el sector textil generó US$62.7 millones en dicho año.
El 9 de julio vence el plazo para que los países negocien acuerdos arancelarios con Estados Unidos. Los analistas temen que esa fecha traiga un reparto discrecional de tarifas mayores, especialmente para naciones con inversiones chinas significativas como Perú.
El país podría pasar del 10% actual a rangos del 11%-50% bajo el esquema de aranceles recíprocos, dijeron expertos consultados por Bloomberg Línea.
Los sectores peruanos más afectados
La exclusión del cobre de las tarifas estadounidenses fue crucial para contener el daño agregado. Según la Asociación de Exportadores, el año pasado se enviaron de Perú a Estados Unidos unos 97 millones de toneladas de cobre en exportaciones valorizadas en US$920 millones.
Pero los efectos sectoriales ya son visibles: la joyería enfrenta su peor momento al depender en 95% del mercado estadounidense, mientras las prendas de vestir aún crecen, pero a un ritmo inferior al observado antes del arancel.
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Perú se encuentra en el nivel más bajo del esquema arancelario de Trump. Mientras el país andino enfrenta el 10% universal, China soporta un 30% combinado, y sectores específicos como acero y aluminio enfrentan tarifas del 50%.
Los aranceles recíprocos generales, aunque pausados, oscilan entre 11% y 50%, lo que deja margen para escaladas significativas. Los datos de la Asociación de Exportadores revelan que ocho sectores registran caídas en sus exportaciones a EE.UU.
Además de la joyería, el sector textil muestra señales de desaceleración, mientras que metalmecánica, minería no metálica y pesca no tradicional reportan contracciones puntuales.
La agroindustria enfrenta otro desafío. Las exportaciones de aguacates (paltas) perdieron competitividad frente a México, que mantiene acceso preferencial con un 0% de arancel mientras que Perú ahora tiene un 10%.

Luis Miguel Castilla, exministro de Economía, señala que la imposición de tarifas vulnera el Tratado de Libre Comercio bilateral firmado con EE.UU. y rompe la previsibilidad comercial, especialmente cuando sectores como automóviles ya enfrentan aranceles del 25%.
Fuera de los altos precios del cobre y el oro, productos agrícolas como uvas y mangos también ayudaron a compensar las pérdidas sectoriales.
Según los datos de la Asociación de Exportadores, a junio de este año, el precio promedio mensual del cobre está valorizado en US$9,835 por tonelada métrica y tuvo una variación frente al precio promedio de junio de 2024, de +1.9%.
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César Huiman, analista senior de Renta4 SAB, destaca que estos commodities sostienen el crecimiento positivo del intercambio comercial.
Bloomberg Línea llamó al Ministerio de Economía y Finanzas para conocer el estado de las negociaciones arancelarias, sus expectativas de cara al vencimiento del plazo para negociar con Estados Unidos y saber si el gobierno espera lograr alguna excepción o quedarse con el 10% de arancel, pero no obtuvo respuesta.
¿Los aranceles impactan la moneda peruana?
Gallardo, del Instituto Peruano de Economía, señaló que la reciente apreciación del sol frente al dólar responde, principalmente, a factores externos, como la creciente incertidumbre sobre la economía de Estados Unidos.
El precio del dólar bajó hasta S/3,54 en los últimos días, según los datos del Banco Central de Reserva (BCR) a comparación de los S/3,78 del 6 de noviembre del año pasado, un día después de conocerse la victoria de Donald Trump.
Hoy en día su valor promedio de S/3.54 es el más bajo en los últimos cinco años, al menos desde el 18 de septiembre de 2020, en medio de la pandemia, cuando su precio fue de S/3,52.
“La debilidad del dólar se explica por la dificultad de controlar la inflación, el alto endeudamiento público y la pérdida de credibilidad en las políticas económicas norteamericanas”, dijo Gallardo.
Esta fortaleza del sol es un fenómeno temporal, un “desequilibrio” que debería corregirse en el mediano plazo, dice Gallardo, ya que el tipo de cambio tenderá a volver a su nivel de equilibrio, que el Banco Central de la Reserva estima en torno a los S/ 3.60 por dólar.
Añadió que, si bien no se puede predecir con exactitud cuánto durará esta tendencia, es probable que se mantenga por unos meses más mientras persistan las condiciones actuales en Estados Unidos.
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Lo que vendría en julio
El 78% de las exportaciones peruanas a EE.UU. están expuestas a aranceles, el equivalente al 10% del total exportado globalmente.
“El verdadero riesgo no está en el arancel en sí mismo, sino en la incertidumbre que genera sobre el crecimiento económico global”, señaló Carlos Gallardo, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), en entrevista con Bloomberg Línea.
Según el economista, las tensiones comerciales impulsadas por Estados Unidos, especialmente con China y la Unión Europea, elevan la volatilidad de los mercados y siembran dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación global.
“Si el crecimiento se desacelera en bloques como EE.UU. o China, el impacto sobre el Perú no será necesariamente directo por los aranceles, sino indirecto, a través de menores volúmenes de comercio, menores precios de exportación y menos apetito por inversión extranjera”, advirtió.
Para Gallardo, ese entorno incierto afecta más a países emergentes como el Perú, cuyo desempeño económico está muy vinculado a las exportaciones y la demanda externa de materias primas.
La fecha crítica es el 9 de julio, cuando Trump revisará los términos arancelarios y podría aplicar tarifas diferenciadas por país.
Los analistas temen que Perú enfrente aranceles superiores si Washington decide castigar a naciones con inversiones chinas significativas.
El país podría pasar del 10% actual a rangos del 11%-50% bajo el esquema de aranceles recíprocos, o incluso enfrentar penalizaciones adicionales del 20% como las aplicadas a productos chinos.
El gobierno peruano dice ha buscado dialogar con el Departamento de Comercio estadounidense para obtener una rebaja o exclusión de las tarifas.
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“No vemos fundamentos técnicos claros para que Perú haya sido incluido”, dijo Gabriel Arrieta, jefe de Estudios Económicos e Inteligencia Comercial del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales (CIEN-ADEX).
Pero mientras la diplomacia trabaja, las empresas diversifican mercados y renegocian contratos para mantener la competitividad en un escenario comercial cada vez más impredecible.
Por ejemplo, empresas como Valle y Pampa, uno de los mayores exportadores de arándanos del país, han comenzado a redirigir parte de sus envíos hacia mercados asiáticos como China, India e Indonesia, en respuesta al encarecimiento del acceso al mercado estadounidense.
Otras grandes agroexportadoras, como Camposol y Danper, optan por renegociar contratos con sus compradores en EE.UU., absorbiendo parcialmente los sobrecostos para no perder participación.