Bloomberg — Perú es conocido por encarcelar, procesar y condenar a más expresidentes que casi cualquier otro país del mundo. Pero es otra historia con sus cónyuges.
Tres expresidentes se encuentran actualmente tras las rejas por diversos delitos de corrupción o sedición. Sus esposas en cambio, que han enfrentado procesos penales, en su mayoría han logrado eludir la justicia peruana.
Las dificultades de Perú quedaron patentes esta semana, cuando el expresidente Ollanta Humala fue condenado a 15 años de prisión por lavado de dinero junto a su esposa, Nadine Heredia. Humala asistió a la vista judicial y fue detenido. Sin embargo, Heredia no se presentó y solicitó asilo en la embajada de Brasil, que le fue concedido, y horas más tarde partió hacia el país vecino.
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Una dinámica similar se produjo a finales de 2022, cuando el entonces presidente Pedro Castillo intentó cerrar ilegalmente el Congreso. Fue detenido y enviado a la prisión presidencial construida expresamente para él en Perú. Pero su esposa, Lilia Paredes, acudió a la embajada de México, obtuvo asilo y abandonó el país.
Perú presentó una protesta formal, argumentando que Paredes era parte de una investigación para determinar si formaba parte de una organización criminal, acusaciones que ella niega. “El Gobierno del Perú reitera de manera enfática que no existe persecución política en el país”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Castillo fue sucedido por la actual presidenta Dina Boluarte, quien se mostró furiosa por el apoyo de México y retiró al embajador de Perú en ese país poco después. Afirmó que México violó el principio del derecho internacional sobre la no injerencia en los asuntos internos. Más de dos años después, Perú aún no ha nombrado un nuevo enviado.
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El tercer expresidente encarcelado es Alejandro Toledo, condenado por recibir un soborno de US$35 millones. Su esposa, Eliane Karp, también estuvo implicada en el caso y ambos tenían órdenes de detención en Perú. Ambos residían en EE.UU. cuando Perú solicitó su extradición.
Mientras Toledo fue enviado de vuelta a Perú, condenado y encarcelado en la prisión presidencial, Karp abandonó EE.UU. y se marchó a Israel, donde tiene ciudadanía. Perú no tiene tratado de extradición con Israel, pero ha solicitado que Karp sea enviada a Perú.
El abogado de Heredia, por su parte, declaró a una emisora de radio local que la decisión de su cliente de solicitar asilo en Brasil era personal y se basaba en lo que calificó como un veredicto erróneo para encarcelar a la exprimera dama.
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