Bloomberg Línea — El Gobierno venezolano enfrenta serias limitaciones económicas y prácticas para ocupar y administrar de facto el territorio del Esequibo, en disputa con Guyana y rico en recursos naturales como el petróleo, pese a que ha intensificado la presión política con la elección de un gobernador en unos cuestionados comicios regionales.
La elección del gobernador venezolano en la región de 160.000 km2 cobró protagonismo mundial por el pulso por sus minerales y su petróleo, y volvió a poner presión en la prolongada disputa territorial entre Venezuela y Guyana, país que consideró como una provocación la contienda electoral organizada por el Gobierno de Nicolás Maduro.
Venezuela incluyó por primera vez al Esequibo en las elecciones regionales del pasado 25 de mayo, y eligió simbólicamente a un gobernador. Aunque la región es controlada en la actualidad por Guyana, el Gobierno de Nicolás Maduro lo considera como un estado de Venezuela.
La designación de un gobernador y ocho diputados para ese territorio es “un gesto simbólico, pero con intención geopolítica”, dijo a Bloomberg Línea el economista, académico y analista sobre asuntos venezolanos Roberto Pérez. “A diferencia del chavismo original, que relegó convenientemente el reclamo sobre el Esequibo, el madurismo parece querer reactivarlo como una causa nacional”.
En los comicios, que no se realizaron directamente en el Esequibo, sino en una zona cercana en la que la mayoría de la población es venezolana, fue electo el candidato del gobernante PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), Neil Villamizar, como gobernador de la Guayana Esequiba.
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El analista Pérez dice que la postura del Gobierno Maduro “choca con la realidad”, ya que la crítica situación de las finanzas públicas, la reciente aceleración inflacionaria, las sanciones de Estados Unidos y los problemas estructurales del sector petrolero “son obstáculos casi infranqueables para ejercer, de facto, la ocupación y administración del territorio”.
Además, dice que Guyana tampoco está en condiciones de enfrentar un conflicto externo, pues a pesar de sus “impresionantes cifras macroeconómicas”, sigue enfrentando una distribución muy desigual de la renta petrolera y una infraestructura limitada.
Guyana, con una población de apenas 831.100 habitantes, logró una disminución de la pobreza del 60,9 % en 2006 al 48,4 % en 2019.
No obstante, se sigue enfrentando a otros retos como la informalidad laboral.
En 2023, la proporción del empleo informal era del 55,5% en los hombres y del 41,8% en las mujeres, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Para evitar caer en la “maldición de los recursos naturales”, Pérez cree que el país deberá fortalecer su institucionalidad y diversificar su economía. “Irónicamente, la experiencia venezolana podría servirle de advertencia temprana sobre los riesgos de depender en exceso de la renta petrolera sin mecanismos de gobernanza sólidos”.
El Esequibo, una causa nacionalista

Para la académica y analista Nastassja Rojas, la estrategia del Gobierno venezolano ha sido hasta el momento utilizar el Esequibo como una bandera nacionalista, construyendo “enemigos externos” para sostenerse políticamente. “Esto no es casualidad precisamente en estos momentos en los que tiene más cuestionamientos internacionales generados por las elecciones del 28 de julio de 2024”, dijo.
En 2023, el Gobierno de Nicolás Maduro realizó un referendo en el que se aprobó la creación de la Guayana Esequiba como el estado número 24 de Venezuela.
La inclusión del Esequibo en las elecciones regionales no tiene efectos prácticos, según Nastassja Rojas. “Responde más a su narrativa del ejercicio de soberanía sobre el territorio, pero no tienen manera de ejercer realmente soberanía. Además de ser una clara violación al derecho internacional público”.
En respuesta a las elecciones regionales en Venezuela, el vicepresidente guyanés, Bharrat Jagdeo, dijo que el proceso fue “un fracaso según cualquier estándar”.
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“El pueblo de Guyana, cada niño, cada hombre, cada mujer, saben instintivamente, genéticamente, que cada pedazo de nuestro territorio (…) nos pertenece", dijo el vicepresidente Jagdeo. “Nadie quiere ser parte de Venezuela, este es un territorio soberano guyanés”.
En el marco de la disputa territorial con Venezuela, la Comunidad del Caribe (Caricom) expresó su “firme apoyo a la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Guyana”.
El Gobierno de Estados Unidos rechazó “todos los intentos de Nicolás Maduro y su régimen ilegítimo de socavar la integridad territorial de Guyana, incluida esta última farsa electoral en la región del Esequibo”.
Aunque la disputa es una de las más prolongadas y complejas en Sudamérica, la tensión aumentó solo tras el descubrimiento de importantes yacimientos petroleros en 2015.
Los abogados de Holland & Knight indican que la disputa se remonta al laudo arbitral de París del 3 de octubre de 1899, que le otorgó la soberanía del territorio a Guyana, pero que posteriormente fue denunciada ante la ONU por Venezuela, que a su vez sostiene que dicho laudo es nulo debido a supuestas irregularidades en el proceso.
En 2018, Guyana llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con el fin de obtener una declaración de que el territorio le pertenece.
Venezuela, por su parte, ha argumentado que la CIJ no tiene jurisdicción en el caso.
Para el analista Pérez, “en lugar de montar una elección simbólica, Maduro haría mejor en reforzar el caso ante la Corte Internacional de Justicia y evitar provocaciones que puedan volverse en su contra”.
La CIJ representa el único canal legítimo para resolver la disputa y cualquier intento unilateral de Venezuela podría aislarla aún más, no solo diplomáticamente, sino también en términos de inversión y cooperación internacional.
Guyana y Venezuela, dos realidades distintas

En términos generales, el auge económico de la Guayana ha coincidido con el colapso de la economía venezolana.
De acuerdo a las más recientes proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía venezolana decrecerá un 1,5% este año, mientras que el PIB de Guyana se expandirá un 10,3%.
El analista Pérez sintetiza que los países, aunque geográficamente cercanos, “se encuentran en las antípodas de la estabilidad económica”.
Por lo anterior, refuerza que Venezuela “carece tanto del músculo económico como de la capacidad institucional y humana” para hacer efectiva esta intención de controlar el territorio del Esequibo.
“Esta debilidad ha sido aprovechada por multinacionales como ExxonMobil (XOM), Hess Corporation (HES) y la estatal china CNOOC, que continúan invirtiendo activamente en el Esequibo, consolidando una ocupación económica del territorio en litigio”, añadió Pérez.
En el caso de ExxonMobil, la compañía ha realizado más de 30 descubrimientos costa afuera en Guyana desde 2015 y comenzó la producción en diciembre de 2019, de acuerdo a información recopilada por el grupo de banca de inversión BancTrust & Co.
“La compañía planea tener operando seis buques FPSO con una capacidad de producción bruta de más de 1,2 millones de barriles de petróleo diarios en el bloque Stabroek para finales de 2027, superando así el nivel de producción actual de Venezuela”, indicó BancTrust & Co en un informe publicado en marzo.
En Guyana, los sustanciales ingresos del petróleo están protegidos y se depositan en el Fondo de Recursos Naturales (NRF, en inglés), un instrumento para gestionar los recursos provenientes del crudo, con una parte que se pone a disposición para el gasto presupuestario de acuerdo con las reglas de retiro en la Ley NRF 2021.
Estos ingresos provenientes de los hidrocarburos se mantienen fuera de la economía para mitigar los posibles efectos del mal holandés y los retiros están definidos a través de Ley del NRF, lo que permite transferencias presupuestarias de aproximadamente el 13% del PIB no petrolero (y alrededor del 35% de los ingresos fiscales) entre 2022 y 2026.
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